Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

Sustituirá a la actual, totalmente desfigurada
Una escultura de Jesús Román perpetuará la memoria de fray Pedro Ponce de León
Pionero en el uso del lenguaje por signos
Una escultura del artista Jesús Román perpetuará la memoria de fray Pedro Ponce de León, uno de los hijos ilustres de la localidad de Sahagún y pionero en el uso del lenguaje por signos o señas.
La pieza, tallada en piedra de Sepúlveda, sustituirá a otra que se instaló en los años ochenta en el Jardín de San Benito, junto al Arco, también en recuerdo del religioso benedictino -nacido en la villa en 1508- y que ya se encuentra totalmente desfigurada.
La obra que rubrica Jesús Román, también autor del Monumento a la Semana Santa, presenta a fray Pedro Ponce en su ejercicio como pedagogo. Frente a un alumno, la mano derecha de fray Pedro permanece contraída, dibujando una C, a la vez que invita al alumno a centrar la mirada en la forma de ésta tomándole del hombro. El joven, frente a un atril, atiende la lección, en un claro homenaje a la docencia “y a la relación maestro-aprendiz”, explica Román.
Además de proyectar una imagen de Ponce como maestro, la escultura de Jesús Román también encierra, según el autor, “un mensaje de inclusión, de capacidades”, no en vano se le considera inventor del método oral puro en la enseñanza de los sordos.
Sobre fray Pedro Ponce
Fray Pedro Ponce de León nació en Sahagún hacía 1508 y tomó el hábito benedictino en el monasterio de la población que le vio nacer. Hacía 1533 fue trasladado al convento de Oña (Burgos) ejerciendo aquí la profesión de herbolario y de ‘procurador de Causas’ en representación del mismo. También fue encargado de firmar los documentos de préstamos y arrendamiento, los contratos de trueques, cartas de arriendo e hizo las veces de promotor o testigo en los pleitos entablados entre el monasterio y los concejos campesinos.
Ponce de León ejerció también el oficio de ‘teniente mayordomo’ del monasterio y fue nombrado miembro de la comisión para la reparación de los hospitales de Santa Catalina, San Lázaro y San Iñigo, todos ellos, feudos del monasterio.
Hacia el año 1548 o 1549, se debió hacer cargo, en el propio monasterio de Oña, de dos muchachos sordos llamados Francisco y Pedro de Tovar, hijos de los marqueses de Berlanga y sobrinos de Pedro IV Fernández de Velasco, condestable de Castilla, con la intención de hacerlos hablar.
Al parecer, Ponce de León consiguió curar a los muchachos, primero, de una vieja ‘enfermedad’ que ambos tenían en la garganta. En este sentido, se supone que el religioso empleó un tratamiento basado en el uso de determinadas hierbas. En segundo lugar, Fray Pedro Ponce, parece que consiguió que recuperasen el habla “en cierta forma” además de enseñarles a leer y a escribir, motivo por el que se le considera inventor del método oral puro en la enseñanza de los sordos.
Una de las muchas tradiciones de los cronistas benedictinos, es la que afirma que fray Pedro Ponce de León consiguió educar a unos cuantos alumnos sordos más, hijos todos ellos de la nobleza castellana. En la actualidad no existe obra pedagógica escrita de Pedro Ponce de León, salvo un reducido folio incompleto que se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, donde explica su sistema. Explicación que se reduce a describir un alfabeto bimanual de su invención muy primitivo y que, con la lógica evolución, es similar al actualmente usado por los sordos, basado en la idea de la “mano musical”.
Hoy en día existen muchos colegios e instituciones relacionadas con la educación especial, especialmente en España e Iberoamérica, que reciben el nombre de este benedictino.
Por su calidad de monje disponía de una serie de ventajas para enfrentarse desde nuevas perspectivas en el uso lingüístico. Sin bien la obra de Ponce no encontró inmediata continuidad ni profunda repercusión social, al no crearse institución alguna, sus éxitos sí influyeron decisivamente en la pedagogía posterior, además de romper con los prejuicios que rodeaban a las personas con discapacidad en aquella época. Ponce de León fallecerá en Oña (Burgos) a finales de agosto de 1584.
![[Img #22663]](http://sahagundigital.com/upload/images/06_2021/8650_jesusroman.png)
Una escultura del artista Jesús Román perpetuará la memoria de fray Pedro Ponce de León, uno de los hijos ilustres de la localidad de Sahagún y pionero en el uso del lenguaje por signos o señas.
La pieza, tallada en piedra de Sepúlveda, sustituirá a otra que se instaló en los años ochenta en el Jardín de San Benito, junto al Arco, también en recuerdo del religioso benedictino -nacido en la villa en 1508- y que ya se encuentra totalmente desfigurada.
La obra que rubrica Jesús Román, también autor del Monumento a la Semana Santa, presenta a fray Pedro Ponce en su ejercicio como pedagogo. Frente a un alumno, la mano derecha de fray Pedro permanece contraída, dibujando una C, a la vez que invita al alumno a centrar la mirada en la forma de ésta tomándole del hombro. El joven, frente a un atril, atiende la lección, en un claro homenaje a la docencia “y a la relación maestro-aprendiz”, explica Román.
Además de proyectar una imagen de Ponce como maestro, la escultura de Jesús Román también encierra, según el autor, “un mensaje de inclusión, de capacidades”, no en vano se le considera inventor del método oral puro en la enseñanza de los sordos.
Sobre fray Pedro Ponce
Fray Pedro Ponce de León nació en Sahagún hacía 1508 y tomó el hábito benedictino en el monasterio de la población que le vio nacer. Hacía 1533 fue trasladado al convento de Oña (Burgos) ejerciendo aquí la profesión de herbolario y de ‘procurador de Causas’ en representación del mismo. También fue encargado de firmar los documentos de préstamos y arrendamiento, los contratos de trueques, cartas de arriendo e hizo las veces de promotor o testigo en los pleitos entablados entre el monasterio y los concejos campesinos.
Ponce de León ejerció también el oficio de ‘teniente mayordomo’ del monasterio y fue nombrado miembro de la comisión para la reparación de los hospitales de Santa Catalina, San Lázaro y San Iñigo, todos ellos, feudos del monasterio.
Hacia el año 1548 o 1549, se debió hacer cargo, en el propio monasterio de Oña, de dos muchachos sordos llamados Francisco y Pedro de Tovar, hijos de los marqueses de Berlanga y sobrinos de Pedro IV Fernández de Velasco, condestable de Castilla, con la intención de hacerlos hablar.
Al parecer, Ponce de León consiguió curar a los muchachos, primero, de una vieja ‘enfermedad’ que ambos tenían en la garganta. En este sentido, se supone que el religioso empleó un tratamiento basado en el uso de determinadas hierbas. En segundo lugar, Fray Pedro Ponce, parece que consiguió que recuperasen el habla “en cierta forma” además de enseñarles a leer y a escribir, motivo por el que se le considera inventor del método oral puro en la enseñanza de los sordos.
Una de las muchas tradiciones de los cronistas benedictinos, es la que afirma que fray Pedro Ponce de León consiguió educar a unos cuantos alumnos sordos más, hijos todos ellos de la nobleza castellana. En la actualidad no existe obra pedagógica escrita de Pedro Ponce de León, salvo un reducido folio incompleto que se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, donde explica su sistema. Explicación que se reduce a describir un alfabeto bimanual de su invención muy primitivo y que, con la lógica evolución, es similar al actualmente usado por los sordos, basado en la idea de la “mano musical”.
Hoy en día existen muchos colegios e instituciones relacionadas con la educación especial, especialmente en España e Iberoamérica, que reciben el nombre de este benedictino.
Por su calidad de monje disponía de una serie de ventajas para enfrentarse desde nuevas perspectivas en el uso lingüístico. Sin bien la obra de Ponce no encontró inmediata continuidad ni profunda repercusión social, al no crearse institución alguna, sus éxitos sí influyeron decisivamente en la pedagogía posterior, además de romper con los prejuicios que rodeaban a las personas con discapacidad en aquella época. Ponce de León fallecerá en Oña (Burgos) a finales de agosto de 1584.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.174