Cristina Domínguez Cristina Domínguez
Viernes, 30 de Julio de 2021
Turismo al sureste leonés

Ruta de las cuatro torres: enclaves singulares de altura

Almanza-Villamartín de Don Sancho-Cea-Sahelices del Río

[Img #22859][Img #22857]
 
Nuestra cuarta ruta por el sureste leonés nos lleva hoy por cuatro poblaciones de la vega del Cea: Almanza, Villamartín de Don Sancho, Cea y Sahelices del Río. Desde el punto de vista medioambiental, la influencia del agua deja su impronta en kilómetros de senda verde poco humanizada ideales para observar fauna y flora o parar a tomar fuerzas en su sombra fresca. No obstante, no nos detendremos hoy en el análisis medioambiental de este fantástico ecosistema que, como decimos siempre, merece por sí solo una visita calmada.
 
La ruta inventada que proponemos, la Ruta de las cuatro torres, recorre en medio centenar de kilómetros otros tantos enclaves singulares de altura: la Torre de Almanza, el centro cultural de Villamartín de Don Sancho, el Castillo de Cea y el último testimonio del despoblado Barriales, en Sahelices del Río.
 
La marcha se puede iniciar en cualquiera de ellos y, al azar, arrancamos en Almanza… 
 
[Img #22865]Almanza
La villa de Almanza lleva unos años apostando muy fuerte por el turismo sostenible. Rutas de senderismo y BTT, agroalimentación, micología… difícil será aburrirse en esta población cuyo icono patrimonial merece una parada.
 
Se trata de la Torre de Almanza, de 28 metros de altura, y que impresiona por partida doble: por sus dimensiones, y por las increíbles panorámicas que se contemplan de Tierra de Campos, de las montañas palentinas y de los Picos de Europa. Sus tres plantas cuentan con el mismo número de miradores y, en la ‘cima’, el reloj, realizado por los mismos maestros relojeros que el de la Puerta del Sol de Madrid.
 
Un proyecto del arquitecto Torbado cuya construcción se finalizó en 1947 siendo alcalde Miguel Fontecha Ayuela, propietario de la casa, que un día fue propiedad de Almanzor según cuenta la leyenda y la tradición, que también narra la existencia de un túnel que bajaría perpendicular hasta el río y por el que se hacían provisiones de agua durante los asedios.
 
La Torre del Reloj de Almanza es, además, un símbolo de la unidad de un pueblo, dado que en su construcción colaboraron todos los vecinos. Hace un par de años fue restaurada para hacerla visitable y, normalmente, alberga exposiciones de pintura o incluso etnográficas. El edificio está abierto todos los días de julio y agosto y los fines de semana para el resto del año. Se puede concertar una visita guiada a través del teléfono: 639 455 245.
 
 
[Img #22866][Img #22869]
 
La villa de Almanza cuenta con varios establecimientos hosteleros y tiendas de alimentación en las que hacer acopio y tirar la manta por alguno de los preciosos parajes que rodean la conocida como ‘Perla del Cea’.  
 
Villamartín de Don Sancho
[Img #22868]Del reloj de Almanza, al de Villamartín de Don Sancho. Aunque el punto más elevado del ‘skyline’ de esta población se sitúa en la torre de la iglesia, (Dulce Nombre de María) hay otra ‘torre’ que encierra un tesoro y que será nuestra segunda parada. Hablamos del Museo Etnográfico de Villamartín, centro cultural, antaño Casa Consistorial, que fue restaurado en 2005 respetando la fachada original del edificio, construido en adobe. 
 
Dentro, más de medio millar de aperos, herramientas, enseres, utensilios… testimonios todos ellos de un tiempo y una comunidad que ha sabido preservar el encanto de lo cotidiano. No en vano el museo crece día a día gracias a las donaciones de sus vecinos.
 
Entre las curiosidades del museo destacan los 'artilugios' donde eran pesados y tallados los quintos antes de emprender el servicio militar; también la maquinaria del viejo reloj de la torre del pueblo y enseres de la cocina tan atípicos en esos tiempos como una jarra filtradora de agua del siglo pasado, una máquina de hacer fideos para la sopa, otra para elaborar salsa mayonesa, chocolateras o especieros, entre otros. Navajas para afeitar, platos, planchas, tenedores, vasijas, cuencos para la sopa, tinajas, pucheros para sopas, medidas para hacer adobes, trillos, arados y utensilios para guardar cereal, completan el pequeño gran museo de Villamartín.
 
El etnográfico de Villamartín permanecerá abierto al público hasta el 15 de septiembre, de miércoles a domingo, de 11:30 a 13:30 y de 16:30 a 20:30. Más información: info@aytovillamartindedonsancho.es / Teléfono del museo: 987 680 433
 
 
[Img #22864][Img #22867]
 
Villamartín dispone de locales hosteleros y una amplísima zona de monte donde tirarse a descansar. En este sentido, el Ayuntamiento impulsa un proyecto de revalorización y puesta en valor de un rincón de alto valor medioambiental -La Cota- del que pronto tendremos noticias.
 
Aguas abajo, Cea. Nuestra tercera parada en los pueblos de ribera. Otra villa histórica del sureste leonés de visita obligada y con el perfil inconfundible de su castillo viéndolo todo desde las alturas.
 
Cea
La villa de Cea toma su nombre del río y, elevada en su promontorio, bajo la silueta de lo que otrora fue su castillo, forma un enorme cortado arcilloso, con oquedades que dan pleno sentido a su nombre, interpretado como seno, abismo, sima, concavidad u oquedad del terreno.
 
En este castillo encerró Don Fernando I a su hermano García, rey de Navarra, y en 1354 Don Pedro I el Cruel o el Justiciero se lo arrebató a Don Juan Alfonso de Alburquerque, destruyendo la fortaleza cuando en Trianos (Villamol) intentaba seducir a la bella María de Padilla.
 
El recinto del castillo, aunque en ruinas, permite apreciar restos del gran foso donde radicó la puerta principal del siglo XV. Se aprecia parte del torreón, que tenía tres pisos de habitaciones con bóvedas de cañón. También disponía de un pozo, hoy ya ciego, y un puente del siglo XI, reconstruido en 1737, según la inscripción que muestra en la tercera bóveda. 
 
 
[Img #22861][Img #22863]
 
Alberga ocho bóvedas de cañón, de seis a once metros de luz y sus pilares tienen tajamares triangulares aguas arriba y rectangulares aguas abajo, que alcanzan la rasante. El peto lleva dos hiladas de sillares y el perfil es alomado, hallándose asfaltada toda la rasante y ensanchada en los estribos. La visita al castillo es libre y hay que tener un poco de cuidado.
 
En Cea hay un par de bares, uno junto al silo, y otro camino del Castillo, próximo a la Casa Consistorial de Cea: Conde. 
 
Sahelices del Río 
[Img #22858]Los motivos de su desaparición no se saben, la leyenda dice que una terrible plaga de hormigas acabó con el pueblo, pero tampoco se descarta que, la peste negra, el hambre o la guerra devolviesen a la tierra el barro del que estaban hechas sus casas.
 
Hablamos de Barriales de Cea, a un tiro de piedra del pueblo de Sahelices del Río que, al contrario que el primero, está vivito y coleando. 
 
La torre de la iglesia de San Esteban es el último vestigio que se conserva del antiguo despoblado de Barriales de Cea, en plena línea divisora entre los reinos de León y Castilla. Los documentos que citan por primera vez Barriales de Cea datan del año de 1026, cuando Alfonso V derrotó a Almanzor, que asolaba periódicamente estas tierras. En este contexto la condesa Doña Sancha, hija del citado rey y monja en el beaterio de San Juan en Sahagún, dona al monasterio de San Facundo dos molinos que posee en el río Cea, uno por entero, y otro a la mitad “cum homines de Barriales”. Estos “hombres” de Barriales habitaban un poblado de reciente fundación, en el cual se asentabas grupos de repoblación. Ya en 1468 aparece dentro del arciprestazgo de Cea. No se sabe a ciencia cierta la fecha de su desaparición, pero ya en un pleito del año 1501 figura como despoblado; según la leyenda trasmitida de padres a hijos, debido a una terrible plaga de hormigas. 
 
El Diccionario de Madoz de 1847 también recoge esta tradición popular, aunque considera más probables causas como la peste negra, el hambre o las guerras, añadiendo que “la torre de su iglesia es lo único que se conserva en ‘buen’ estado”.
 
 
[Img #22862][Img #22860]
 
En la descripción que realiza Madoz en 1847 se comenta que el autor vio la torre en buen estado, información que no se corresponde con la realidad actual, pues de ella no queda más que el muro oeste con el refuerzo de las dos esquinas. El muro sigue manteniendo las medidas que cita (unos 15m de alto por 5,4m de ancho, en piedra rematada por unos arcos de ladrillo, visiblemente deteriorados) y desde lejos da la impresión de que esta entera en sus tres dimensiones. La torre de Barriales se encuentra actualmente incluida en la Lista Roja del Patrimonio. 
 
Dejando a un lado Barriales, Sahelices del Río, otro pueblo recomendable del que no se puede partir sin hacer parada en su teleclub, el Teleclub San Roque, ejemplo de resistencia de un modelo de ‘negocio’ en peligro de extinción. 
 
Y claro que hay más edificios de altura al sureste leonés. En Grajal, y su famosa torre, que tiene cinco esquinas pero falta una para tener cuatro... en Sahagún, la Torre de Reloj que pronto será visitables... la torre de Bercianos, un edificio que quiso ser iglesia... 
Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.174

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.