Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

Informa EL COMERCIO en su edición de hoy
El exorcista de la Iglesia asturiana es de Villamoratiel de las Matas
El último exorcismo practicado en Asturias, concretamente en Gijón, ha sido encargado a uno los “hombres fuertes de la Diócesis asturiana”: Benito Gallego, don Benito, deán de la Catedral de Oviedo y natural de Villamoratiel de las Matas, según informa en su edición de hoy EL COMERCIO.
Gallego tiene setenta años y desde hace 37 es canónigo penitenciario, es decir, se encarga de administrar el sacramento de la penitencia en pecados de especial gravedad y “levantar la excomunión”, en su caso.
“Ese inmenso poder espiritual sobre las almas de la grey acumulado durante casi cuatro décadas ha convertido a este leonés de Villamoratiel de las Matas en el exorcista de la Iglesia asturiana sin nombramiento, porque sólo un 26% de las 69 diócesis españolas cuentan con exorcista designado de forma oficial”, informa EL COMERCIO.
El sigilo y «la prudencia» que exige el cargo lo habían mantenido oculto hasta ahora, pero la alerta lanzada por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, de que «la demanda de exorcismos aumenta» y el hecho de que haya decidido designar a ocho sacerdotes para desempeñar esta tarea han motivado que haya accedido a desvelar su misión para EL COMERCIO «hasta donde se puede”.
La liturgia en la que invocará a Dios y se dirigirá imperativamente al diablo «para que deje de atormentar o de poseer a una persona» comienza con una comprobación básica: "Lo primero es ver que no hay una explicación de tipo puramente psiquiátrico o psíquico, sino que hay una influencia directa y expresa del demonio, que no es un ser mitológico, sino que es un ser personal y real que existe y actúa sobre las personas, las cosas y los lugares".
Solo entonces comienza un antiquísimo ritual renovado por Juan Pablo II en 1998, cuando la Santa Sede decidió, después de casi 400 años, revisar el anterior texto (que databa de 1614) por los cambios que supuso el Concilio Vaticano II y los avances de la ciencia en el campo de la mente.
Don Benito extrae el volumen que utiliza de un armario, una edición de 2001, y abre sus páginas con familiaridad, pero también con respeto: "Primero se invoca a la Santísima Trinidad –Padre, Hijo y Espíritu Santo– y luego viene una oración pidiendo esa asistencia especial del Señor. Después, hay una súplica invocando la intervención de los santos y para que el demonio deje de actuar como está actuando en esa persona. Más tarde, unas lecturas del Santo Evangelio antes de la imposición de manos y de la renovación de las promesas bautismales. Y, por fin, se pronuncia la fórmula imperativa propiamente dicha del exorcismo, pidiendo por la fuerza del Señor Jesús, por la fuerza de su cruz, que deje libre a esa persona".
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Abundio Casado Bartolomé. | Lunes, 17 de Junio de 2013 a las 09:09:56 horas
Vilamoratiel da personas ilustres porque allí hay buerna gente.
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