Juanda Rodríguez Juanda Rodríguez
Miércoles, 27 de Julio de 2022
Villeza/Las Grañeras

"Siempre me gustó cantar. Decía mi cuñado, Maximino, que vivía al lado de mi casa: ya está ahí Radio Grañeras”

Francisca Bartolomé cumplió el lunes 102 años

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Francisca Bartolomé Mencía, Paca, una mujer algo menuda, pero de fuerte y gran corazón, cumplió 102 años el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, rodeada de sus tres hijas (Nieves, Oliva y Ana), de sus cuatro nietos y de algún allegado más. Nacida en el pueblo de Las Grañeras, vivió casi toda su vida en Villeza, de donde era natural su marido Anastasio, fallecido hace ya 27 años. Actualmente reside en León donde es atendida con todo el mimo que se merece esta longeva mujerina.
 
Aquejada de una ligera sordera, se empeña la centenaria en repetir que no vale ya para nada “porque se me va la cabeza y ya no puedo ni leer”, pero al mismo tiempo es fácil contrastar que conserva una memoria y una alegría envidiables. La menor de diez hermanos (más dos que fallecieron de jóvenes) asegura que, por ser la niña ‘mimada’, “no me tocó trabajar mucho”.
 
[Img #24562]Lo que más recuerda de su juventud en Las Grañeras es la ilusión que le hacía ir a Bilbao, donde pasaba temporadas en casa de su hermano Isidoro, que era un cargo militar. “Me gustaba mucho Bilbao, mucho, mucho, pero mucho”.
 
“La vida va pasando, unos más felices que otros”, confiesa, mientras repasa los trabajos que, ahí sí, le tocó en Villeza, en las tierras, los majuelos y en la era que estaba frente a su casa, también al lado de la escuela de los chiguitos por donde pasaron sus hijas.
 
Se enorgullece la señora Paca cuando habla de su religiosidad. “Yo siempre fui muy religiosa, gracias a Dios, y lo soy, lo soy. Todavía rezo mucho, a todas horas, a Dios y a la Virgen. En Las Grañeras yo decía el rosario y don Simón, el cura, me daba a mí un libro para que leyera los gozos de San José en la iglesia. Para Dios valgo mucho. Yo fui la corresponsal de la revista ‘El Promotor’ en Villeza, que me lo dejó la maestra doña Secundina cuando se marchó”.
 
La señora Paca vivió épocas de hambre, necesidades y calamidad. Su padre murió en 1939, a la misma hora que repicaban las campanas de la iglesia de Las Grañeras por el feliz final de la Guerra Civil. A los siete meses falleció su madre. Paca tenía entonces 18 años. La foto de estudio del salón delata su extraordinaria belleza. Y aún conserva parte de esa hermosura de mujer guapa, sobre todo por la gran mata de pelo natural y cano que, según dice, aún se cepilla ella sola muchos días por la mañana.
 
-¿Cómo es posible que hayas llegado a tener tantos años, Paca?
-Porque Dios lo ha querido así, como le rezado mucho pues me habrá oído; no hay un día que no rece, por mis padres también, que los pobres están en el otro mundo desde hace ya mucho tiempo.
-¿Siempre has sido tan alegre?
-Sí. Siempre me gustó cantar. Decía mi cuñado, Maximino, que vivía al lado de mi casa: “ya está cantando Radio Grañeras”… (risas) 
- Paca, ¿me invitas a comer tarta el año que viene y celebramos los 103?
- (Aplaude) Ven cuando quieras hijo, ven siempre que quieras.
 
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