Mi querida estación de tren de Sahagún

 

Sahagún ha sido, hasta fechas muy cercanas, la tercera estación más importante en el transporte de viajeros y mercancías de toda la provincia de León; Por delante de ella solamente estaban León y Ponferrada. Astorga era la cuarta.

 

Disponía de toda clase de adelantos técnicos para desempeñar un servicio ferroviario puntero y Renfe, como empresa estatal, estaba jerarquizada. Sahagún disponía así de un jefe de Estación que tenía a su cargo, en cada turno de ocho horas, un factor de Circulación, un factor fijo y un guardagujas. Aunque el sistema de enclavamiento de agujas y señales (cambios de vía) estaba centralizado en una mesa de palancas, pronto se instalaron sistemas electrónicos por ordenador, para el manejo de agujas y señales.

 

La Estación de Sahagún, está ubicada en el kilómetro 61 de la línea férrea de Palencia a León, de vía doble, circulación por la izquierda y a una altitud sobre el nivel del mar de 829,6 metros, un enclave ideal para la cura de afecciones cardiopulmonares.

 

Esta línea dispuso de toda clase de sistemas de bloqueo (regulación de la circulación) desde los telefónicos, al actual y más moderno bloqueo automático banalizado en vía doble. Esto significa que pueden circular los trenes en sentido diverso y en el mismo por las dos vías.

  

Dotada de báscula de pesaje de trenes completos al paso y detectores de ruedas y ejes calientes -situados entre Grajal de Campos y Sahagún, así como entre Calzada del Coto y Sahagún- si algún vagón llevaba sobrecarga se sabía en la estación; también si algún eje o rueda de algún tren presentaba más temperatura de la permitida, era reconocido y segregado inmediatamente.

 

La facturación de mercancías diversas era muy importante y se facturaba por vagones completos: Cereales diversos con destino a los principales puertos marítimos (trigo y cebada); madera de pino y chopo y otras mercancías menores como el queso. Recuerdo, por ejemplo, que la fábrica de Gamazo facturaba tres veces por semana 600 kilos  de queso para toda la Península. También se atendía paquetería diversa que se cargaba en los trenes postales, uno en cada sentido. En reciprocidad, se recibían desde Noruega trenes completos de nitrato amónico para la fábrica de abono en El Burgo Ranero y trenes completos de vagones Transfesa con abono nitrogenado para  Arturo Aguilera, distribuidor para todos los labradores de la comarca.

 

Los títulos de transporte (billetes) se expendían en venta inmediata y venta anticipada para toda clase de trenes. El servicio de viajeros estaba compuesto por:

 

 

A la vista está que no somos una comarca vacía, sino una comarca vaciada y que, aunque nos consideramos una comarca oprimida, no está dormida. De todos estos trenes de viajeros, es de justicia recuperar, al menos, los seis trenes regionales que teníamos antes de la pandemia: uno en cada sentido por la mañana, uno en cada sentido a primeras horas de la tarde y otro por la noche enlazando de esta forma con la Alta Velocidad, causante de nuestras desgracias.