José Antonio Campillo Gayo José Antonio Campillo Gayo
Lunes, 20 de Febrero de 2023
Desde Grajal de Campos

El campo como reclamo

José Antonio Campillo Gayo

[Img #25660]
 
Por el camino hollado que sube hasta el llano,
hay abundantes tramos de tierra y piedra,
además de un amplio campo de llamativos tonos:
ocres terrosos, cerros grisáceos, oscuras lomas,
verdosa vega con pinceles de diferentes tomas;
en días de abundante lluvia se mezclan solos,
enfangando el camino de espesos lodos.
 
A menudo recorro la vía de ida y vuelta,
saliendo a mi encuentro: el junco mecido por el viento,  
la abubilla pilla y solitaria, la mariposa que no reposa, 
los sarmientos con el pelo largo y, el olor propio del agro
que, reza a mayo, implorando amparo,
a las nubes negruzcas que el cielo cruzan.
 
Camino de la ‘Tejana’ hondo y extenso,
cúmulo de recuerdos en la edad temprana,
veredas polvorientas, a veces tan maltrechas…
senda que va a las eras en prominente cuesta,
recordando a la apreciada espiga de grano y rango.  
 
Pasillo de aves que sin pagar peaje se van al aire,
asiento y cuna de mil reptiles de diferente estirpe;
a la derecha del primer recodo hay un regato,
contigua está la fuente que nace madre,
donde acuden las palomas de las cercanas lomas,
y abrevan en vuelo, mordiendo el polvo, las golondrinas.
 
Solar de ‘carcavada’, solar de adobes vistiendo un pueblo,
materia prima de humildes casas, de sus tapiales y palomares,
allí de niño jugué en sus plazas y, recorrí sus calles en ocasiones.
 
Recientes huellas están visibles en todo el campo,
porque los pájaros del entorno están de antojo;
así los grajos, ebrios de soles y con sus negros trajes,
alargan vuelos en tardes tibias sin olvidar rencillas, 
repartiéndose en buena lid, jarra, condumio y botín.
 
Hay señales evidentes de cruentas luchas que nadie escucha,
argucias que se dirimen a sangre y muerte en las cunetas;
las cigüeñas miran atentas y se santiguan a su manera,
acomodándose discretamente desde sus nidos a los pretiles,
observando atónitas, la indumentaria de los reptiles.
 
De lejos se vislumbra el vivo verde de la pradera,
mientras, plantas y seres redimen cuentas en primavera;
sestean al sol las ranas del aguanal y los erizos sin despeinar, 
que al menor ruido se van al agua o se refugian tras el pinar. 
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