Redacción Redacción
Jueves, 20 de Abril de 2023
Proyectos en el CRA de El Burgo y el CEIP de Sahagún

Huertos escolares: mucho más que una alubia germinando en algodón

Llamada a recuperar una alimentación de proximidad y ecológica

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“La patata le dijo al labrador: aunque me siembres en marzo, aunque me siembres en abril, hasta finales de mayo no pienso salir”. Y hasta ese mes tendrán que esperar para ver resultados los pequeños hortelanos del Colegio Rural Agrupado de El Burgo Ranero y los del Colegio de Educación Infantil y Primaria de Sahagún, muy atareados estos días en la puesta en marcha de sus respectivos huertos escolares. 
 
Con el respeto al medio ambiente, el trabajo en equipo, y la conciencia sobre el valor del alimento como banderas, los centros escolares de la comarca apuestan por este tipo de proyectos transversales que abarcan todo el curso escolar y que incluyen desde la planificación de la siembra de las distintas variedades, a la preparación de semilleros, el traslado a tierra de las llantas, riego, podas, abonados, recolección… 
 
Calendario agrícola en mano, las niñas y niños irán dando forma a su huerto escolar, a la vez que aprenden y toman conciencia de la importancia del cultivo del alimento. “Aprenden así a Identificar y nombrar las hortalizas sembradas, las distintas épocas de siembra, las técnicas de cultivo tradicional y los aperos apropiados para cada cultivo. En nuestro caso, toca agradecer el trabajo que está desarrollando en el centro Diana Ruiz, madre de dos de nuestras alumnas”, explican desde el CRA de El Burgo Ranero.
 
 
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No obstante, más allá de una clase teórica y práctica de horticultura, los niños y las niñas pueden aprender conceptos, valores, actitudes y procedimientos relacionados con las diferentes áreas curriculares. “El huerto ha de ser una fuente de conocimientos, fomentando el espíritu investigador y el planteamiento de preguntas y problemas a trabajar, de forma que sea un recurso didáctico y un centro de interés que permita desarrollar proyectos de investigación”, precisan desde el CEIP Fray Bernardino de Sahagún. 
 
Así, la práctica, meter las manos en la tierra, tiene otra lectura más profunda que habla de los problemas socioambientales y el desarrollo de un pensamiento abierto, creativo, flexible y crítico; el consumo de productos de cercanía, el trabajo cooperativo, o la adquisición de hábitos y actitudes relacionadas con el bienestar y la seguridad personal, la higiene y el fortalecimiento de la salud.
 
Ciencia aplicada al huerto
Una alubia o un garbanzo arropado por un algodón mojado en agua representa, en las primeras etapas escolares, el primer contacto con el mundo agrícola. Una vez asoman tallo y raíces, la falta de espacio en los centros escolares suele frenar la experiencia sin completar el ciclo biológico. 
 
A través de los huertos escolares del CRA de El Burgo y del CEIP Fray Bernardino de Sahagún los niños y niñas de la comarca pueden llegar más allá del estudio teórico de la vida de las plantas, creando verdaderos ecosistemas productores de alimento. Del mismo modo, el contacto con la tierra crea conciencia sobre hábitos de consumo saludables, sostenibles, con una llamada a recuperar una alimentación de proximidad y ecológica.
 
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