Emilio Vilar Emilio Vilar 2
Viernes, 05 de Julio de 2013
Juventud

Las nuevas 'enfermedades'

La industria farmacéutica hace su agosto con la inestimable colaboración de la clase médica. Lo que siempre fueron características distintivas del carácter y personalidad del individuo, hoy se etiquetan como patologías merecedoras de tratamiento farmacológico.
Si en nuestra infancia éramos niños inquietos, trastos, movidos, malos, hechos de rabos de lagartija… hoy cualquier psicólogo nos hubiera diagnosticado TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad). La industria farmacológica ha preparado una solución química (a base de anfetaminas) en contraposición a aquel tratamiento natural basado en zapatilla materna aplicada repetidamente sobre los infantiles glúteos hasta que adquirían un tono rojo carmesí.
Recientemente un psiquiatra (de la escuela cínica, supongo) me argumentaba que su función es la de proporcionar felicidad, y a eso se limitan: Felices los padres liberados de la sensación de fracaso en lo relativo a la educación de sus hijos (no lo hemos hecho mal, es que está enfermo). Felices los maestros, pues ese niño, impermeable a la disciplina y disruptor  de la dinámica escolar, está mucho más tranquilo desde que lo medican. Feliz el niño porque ha encontrado la excusa perfecta para su comportamiento caprichoso y descontrolado. Feliz el psicólogo que ve cómo crece su cartera (de clientes y de la otra) con las visitas de seguimiento periódico. Felices por último las multinacionales farmacéuticas que ven cómo sus cuentas de resultados crecen y crecen. El único que no está feliz es el sistema público de salud que financia medicamentos nuevos, caros y de dudosa eficacia.
Otra ‘patología’ que me hace mucha gracia es el Trastorno Oposicionista Desafiante, es decir: Ese niño que con doce o trece años mantiene unas actitudes y comportamientos que sacarían de quicio al mismísimo Santo Job. Antes a eso lo llamaban adolescencia, y todos los niños normales lo sufríamos sin necesidad de medicación, en este caso si (por la edad) el tratamiento materno no funcionaba, el padre sacaba el cinto, con lo que se implicaban ambos progenitores en el proceso educativo del retoño y curaban el trastorno de manera radical. Con esto no quiero que se me interprete como que defiendo la violencia contra los niños como ‘terapia’, me limito a describir lo que la mayoría de niños de los años '60 vivimos como normalidad. Felizmente estos métodos hoy están en desuso e incluso penalizados por la legislación vigente, a la vez que han surgido terapias individuales y familiares que hacen posible la resolución de conflictos sin recurrir a la violencia ni a la medicación. 
Después de escribir esto, me llega la noticia de que León Eisemberg, quien describió el TDAH para que se incluyera en 1968 en el catálogo de enfermedades mentales (DSM), siete meses antes de morir declaró que éste es un ejemplo de enfermedad ficticia. Algo así ocurre con Richard Gardner, inventor del Síndrome de Alienación Parental, desorden psicológico por el que, después de un ‘lavado de cerebro’ realizado por uno de los progenitores, el niño rechaza al otro (generalmente al padre). Esta teoría no ha sido reconocida por la comunidad científica, en cambio a Gardner sí se le ha reconocido… como maltratador y pedófilo. 


Comentarios (2)
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.158

  • Jon Espilla

    Jon Espilla | Lunes, 08 de Julio de 2013 a las 15:59:02 horas

    como siempre, sutil y certero en sus artículos. un abrazo!!!

    Accede para responder

  • Javier Robles

    Javier Robles | Viernes, 05 de Julio de 2013 a las 10:21:09 horas

    Interesante, es curioso como en la sociedad actual todo tiene que tener un porque, y si no lo tiene lo inventamos.
    Hace años, quiza muchos, nuestros padres tenian ocupaciones diferentes y las "tonterias" las cortaban por lo sano.
    Es curioso ver otras culturas, donde el concepto de depresion varia, les preocupa vivir incluso a veces sobrevivir, por eso ven en nosotros enfermedades que ellos no "tienen",¿que eso del acoso laboral?,¿que es eso del acoso escolar?, ¿que es eso de la depresion posparto?, y asi una tras otra, los niños lo tienen claro y espabilan a unas velocidades de vertigo, mas que nada por la cuenta que les tiene.
    De todos modos D. Emilio, casi prefiero vivir en esta sociedad con sus enfermedades "inventadas" para mayor gloria de la economia de medicos y laboratorios. Seguroa que Ud. que le creo muy "viajao" me entiende.
    Un afectuoso saludo.

    Accede para responder

Sahagún Digital

Ir al contenido
Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.