Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

Más de 300.000 euros esperan a sus legítimos dueños
La herencia de Alicia del Valle a los “pobres de Sahagún”: una última voluntad todavía pendiente
El Ayuntamiento concretará “un perímetro de personas que potencialmente podrían ser beneficiarias”
Pobreza absoluta, pobreza relativa, pobreza estructural, coyuntural, energética, infantil, rural, urbana… Hay tantas formas de medir la pobreza, tantas formas de definirla y tantos factores a tener en cuenta a la hora de analizarla, que no es de extrañar que la conocida como la ‘herencia de los pobres de Sahagún’ siga, dos décadas después, esperando a sus legítimos dueños.
Se cumplen ahora 20 años de uno de los hechos más singulares ocurridos este siglo en la localidad de Sahagún; una historia incompleta que arranca con una llamada de teléfono desde un despacho de abogados de Madrid que aseguraba al entonces alcalde, José Manuel Lora, que una mujer viuda y sin hijos, hasta la fecha desconocida en el municipio, había dejado todos sus bienes a “los pobres de Sahagún”, literalmente. Más de 400.000 euros entre propiedades y ahorros, que aquel que ocupase el sillón de Alcaldía debía repartir bajo principios de equidad. Lora hizo un primer intento tres años después, que se reveló fallido y, desde aquella, el Gobierno local sigue sin dar respuesta al testamento de Alicia del Valle.
Un anacronismo. Una broma. Un ‘marrón’
Sahagún, invierno de 2004. Una llamada de teléfono paraliza la actividad en el despacho de Alcaldía. José Manuel Lora escucha en silencio la comunicación de quienes se identifican como responsables de un despacho de abogados madrileño desde donde, siguiendo la última voluntad de una de sus clientas, Alicia del Valle, se procede a leer lo dispuesto: “que todos mis bienes pasen a manos de los pobres de Sahagún”, decían al otro lado. “Me sonó extraño —señalaba Lora a la prensa en aquel momento— porque es inusual esto; había oído hablar de que en el siglo XIX era frecuente dejar la herencia a los pobres, pero hoy día parece un anacronismo histórico. Creí que era una broma”.
La herencia estaba compuesta por acciones de una conocida empresa energética, un piso tipo corrala en la ciudad de Madrid y dinero en una cuenta corriente, en total, más de 410.000 euros. Pero ¿Qué impulsó a esta desconocida a dejar todo a la gente de un pueblo con el que, aparentemente, no tenía relación? La historia se abre a la imaginación y, del hallazgo de un libro entre los efectos personales de la señora del Valle, hay respuesta probable. Y es que, la idea pudo surgir de la lectura de una biografía del patrón de Sahagún, San Juan de Sahagún, del que era devota, y "en la que había subrayado un párrafo que decía que, el que no tuviera herederos, dejara el dinero a los pobres, ya que así tenía asegurado el cielo". Alicia del Valle, viuda de Miguel Morala, había muerto sin descendencia.
Ordenado el papeleo propio de una herencia, la Administración local lanzó en 2007 una convocatoria de ayudas, con buen fondo, pero mala forma, que abrió hueco a la picaresca. Las bases de esa primera y única convocatoria recogían ayudas de entre 400 y 500 euros para personas con ingresos inferiores a 7.000 euros al año recibiéndose 200 solicitudes para sufragar gastos de primera necesidad, alojamiento temporal ante siniestros o necesidades básicas de subsistencia como manutención, vestido o prótesis. El resultado no fue el esperado y, además, el PSOE perdió las siguientes elecciones y entró una nueva corporación, liderada por el ‘popular’ Emilio Redondo, que así resumía dos años después el resultado de la convocatoria de subvenciones de su antecesor: “Hay gente a la que se concedieron las ayudas sin necesitarlas; hubo quien pidió para arreglarse la boca y sigue sin dientes o para arreglar un tejado de una casa que ahora está en el suelo”.
Como ya se ha dicho, el Gobierno local de José Manuel Lora intentó repartir la herencia, que quedó reducida a 310.000 euros, si bien en el siguiente turno de gobierno, con Emilio Redondo a la cabeza, se congeló el proceso aunque sí había sobre la mesa algunas ideas: del PP, por ejemplo, que proponía la creación de una “fundación cuyos fines pasarían por echar un cable a personas de edad con problemas económicos para acceder a una residencia” o la “creación de algún servicio para la comunidad bonificado para las rentas más bajas, como una piscina climatizada”, apuntaban desde UPL entonces.
Los ocho años de Redondo (PP) y cuatro más de Lisandro García de la Viuda (PSOE) se suman a los cinco de la actual corporación (PP) con Paula Conde a la cabeza que, por ahora, no ve en la ‘herencia de los pobres’ una prioridad.
“Pobres de Sahagún es un concepto jurídico indeterminado. No es sencillo abordar un reparto bajo esta premisa. Por tanto, como primer paso, estamos intentando concretar un perímetro de personas que potencialmente podría ser beneficiaria de dicha herencia, siempre de conformidad con el derecho sucesorio, que es de aplicación ineludible”, explica la alcaldesa de Sahagún, Paula Conde. “Además, la forma en que se elaboró la herencia no deja clara la forma legal de ejecutarla”, es todo muy complejo, apostilla la edil.
![[Img #27150]](https://sahagundigital.com/upload/images/01_2024/109_20_aliciadelvalle.jpg)
Pobreza absoluta, pobreza relativa, pobreza estructural, coyuntural, energética, infantil, rural, urbana… Hay tantas formas de medir la pobreza, tantas formas de definirla y tantos factores a tener en cuenta a la hora de analizarla, que no es de extrañar que la conocida como la ‘herencia de los pobres de Sahagún’ siga, dos décadas después, esperando a sus legítimos dueños.
Se cumplen ahora 20 años de uno de los hechos más singulares ocurridos este siglo en la localidad de Sahagún; una historia incompleta que arranca con una llamada de teléfono desde un despacho de abogados de Madrid que aseguraba al entonces alcalde, José Manuel Lora, que una mujer viuda y sin hijos, hasta la fecha desconocida en el municipio, había dejado todos sus bienes a “los pobres de Sahagún”, literalmente. Más de 400.000 euros entre propiedades y ahorros, que aquel que ocupase el sillón de Alcaldía debía repartir bajo principios de equidad. Lora hizo un primer intento tres años después, que se reveló fallido y, desde aquella, el Gobierno local sigue sin dar respuesta al testamento de Alicia del Valle.
Un anacronismo. Una broma. Un ‘marrón’
Sahagún, invierno de 2004. Una llamada de teléfono paraliza la actividad en el despacho de Alcaldía. José Manuel Lora escucha en silencio la comunicación de quienes se identifican como responsables de un despacho de abogados madrileño desde donde, siguiendo la última voluntad de una de sus clientas, Alicia del Valle, se procede a leer lo dispuesto: “que todos mis bienes pasen a manos de los pobres de Sahagún”, decían al otro lado. “Me sonó extraño —señalaba Lora a la prensa en aquel momento— porque es inusual esto; había oído hablar de que en el siglo XIX era frecuente dejar la herencia a los pobres, pero hoy día parece un anacronismo histórico. Creí que era una broma”.
La herencia estaba compuesta por acciones de una conocida empresa energética, un piso tipo corrala en la ciudad de Madrid y dinero en una cuenta corriente, en total, más de 410.000 euros. Pero ¿Qué impulsó a esta desconocida a dejar todo a la gente de un pueblo con el que, aparentemente, no tenía relación? La historia se abre a la imaginación y, del hallazgo de un libro entre los efectos personales de la señora del Valle, hay respuesta probable. Y es que, la idea pudo surgir de la lectura de una biografía del patrón de Sahagún, San Juan de Sahagún, del que era devota, y "en la que había subrayado un párrafo que decía que, el que no tuviera herederos, dejara el dinero a los pobres, ya que así tenía asegurado el cielo". Alicia del Valle, viuda de Miguel Morala, había muerto sin descendencia.
Ordenado el papeleo propio de una herencia, la Administración local lanzó en 2007 una convocatoria de ayudas, con buen fondo, pero mala forma, que abrió hueco a la picaresca. Las bases de esa primera y única convocatoria recogían ayudas de entre 400 y 500 euros para personas con ingresos inferiores a 7.000 euros al año recibiéndose 200 solicitudes para sufragar gastos de primera necesidad, alojamiento temporal ante siniestros o necesidades básicas de subsistencia como manutención, vestido o prótesis. El resultado no fue el esperado y, además, el PSOE perdió las siguientes elecciones y entró una nueva corporación, liderada por el ‘popular’ Emilio Redondo, que así resumía dos años después el resultado de la convocatoria de subvenciones de su antecesor: “Hay gente a la que se concedieron las ayudas sin necesitarlas; hubo quien pidió para arreglarse la boca y sigue sin dientes o para arreglar un tejado de una casa que ahora está en el suelo”.
Como ya se ha dicho, el Gobierno local de José Manuel Lora intentó repartir la herencia, que quedó reducida a 310.000 euros, si bien en el siguiente turno de gobierno, con Emilio Redondo a la cabeza, se congeló el proceso aunque sí había sobre la mesa algunas ideas: del PP, por ejemplo, que proponía la creación de una “fundación cuyos fines pasarían por echar un cable a personas de edad con problemas económicos para acceder a una residencia” o la “creación de algún servicio para la comunidad bonificado para las rentas más bajas, como una piscina climatizada”, apuntaban desde UPL entonces.
Los ocho años de Redondo (PP) y cuatro más de Lisandro García de la Viuda (PSOE) se suman a los cinco de la actual corporación (PP) con Paula Conde a la cabeza que, por ahora, no ve en la ‘herencia de los pobres’ una prioridad.
“Pobres de Sahagún es un concepto jurídico indeterminado. No es sencillo abordar un reparto bajo esta premisa. Por tanto, como primer paso, estamos intentando concretar un perímetro de personas que potencialmente podría ser beneficiaria de dicha herencia, siempre de conformidad con el derecho sucesorio, que es de aplicación ineludible”, explica la alcaldesa de Sahagún, Paula Conde. “Además, la forma en que se elaboró la herencia no deja clara la forma legal de ejecutarla”, es todo muy complejo, apostilla la edil.
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