Pastorbono, o el encanto de la sencillez

 

 

No es la celebración más conocida, ni la más concurrida, ni la más rutilante, pero sí la que mejor conserva la esencia de las romerías populares, las de charla, brindis y baile. La festividad del Pastorbono, en Sahagún, regresó este lunes fiel a su cita, con el sencillo protocolo que la acompaña desde tiempos remotos y que viene marcado de tres principios fundamentales: coger sitio en el Plantío, hacerse con una botella de limonada y una bolsa de avellanas tostadas, y departir en familia o con amigos mientras se da buena cuenta de lo uno y de lo otro. El cuarto imprescindible de la celebración del Pastobono, ya reservado para los más animados, es echar unos bailes, y más concretamente una jotilla local conocida como Tantárida o Tantáriga y que nunca falta en el repertorio de los Dulzaineros de León, la formación folclórica que, 'sin enchufes' se encargó un año más de poner la música a la fiesta. Pastorbono bien podría considerarse la 'hermana pequeña' de otra romería sahagunense que ya pide paso, la de San Marcos, prevista para el 25 de este mes.