Un encuentro con sabor a familia

 

 

‘La Buena Noticia en lo pequeño’. Al abrigo de este lema y en un entorno natural magnífico, se desarrolló el sábado, 11 de mayo, el primer encuentro de Pastoral Rural Diocesana, en el monasterio cisterciense de Santa María la Real, de Gradefes.

 

Un encuentro con sabor a familia, presidida por nuestro obispo Luis Ángel, donde confluyeron los deseos, esperanzas e ilusiones, también los problemas e inseguridades de veinticinco pueblos, siete de los cuales, de nuestra comarca, para buscar juntos la forma de apoyarnos, animarnos y cuidarnos.

 

En un ambiente festivo y alegre, rezamos, escuchamos las experiencias que ya se están llevando a cabo en la diócesis: grupos de Animadores de la Palabra que recorren las pequeñas parroquias rurales para celebrar el domingo; coros interparroquiales que animan momentos importantes: fiestas, bautizos, funerales; agrupación de parroquias para celebrar juntas especiales momentos del año litúrgico; el grupo Entre pueblos anda el Señor que existe en nuestra zona y que reúne, una vez al mes, a un grupo de personas de distintos pueblos; alguien que, desde la política intenta hacer presentes los valores del Evangelio: acogida, escucha, buena convivencia… Un mosaico de pequeñas realidades que nos permiten soñar juntos y creer que “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”. 

 

 

 

Esta acertada frase de Eduardo Galeano, fue el estribillo que fuimos coreando una y otra vez para tomar conciencia, por una parte, de la importancia de los pequeños gestos, y, por otra, del inmenso potencial que tienen cuando los juntamos.

 

A media mañana, la pausa (porque “sin mástica no hay mística”) para un café acompañado por los dulces que, con tanto mimo, elaboran las monjas cistercienses. En la reanudación del encuentro, llega el diálogo, la escucha y la comunicación desde lo que nos ha resonado dentro.

 

Cantos, gestos, abrazos, encuentros, todo lo que más necesitamos para sentirnos parte de una comunidad que quiere ser ‘Buena Noticia’ en la pequeñez de nuestras realidades rurales, y que encuentra eco en el Evangelio de Jesús que apostó precisamente por lo pequeño, lo insignificante, frágil y desprotegido.

 

Nos despedimos con el deseo de volver a encontrarnos el próximo año y, para mantener el vínculo y, aprovechando las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías, vamos a crear una comunidad de WhatsApp para estar informados y para ofrecer las experiencias a quien desee iniciarlas.

 

 

 

El equipo del Área de Pastoral Rural obsequió a los presentes con una mariposa que representa la fragilidad y la belleza de un ser que vive en ambientes limpios, no contaminados, y que busca la esencia de las flores para vivir. ¡Todo un símbolo para nosotros!