José Antonio Campillo Gayo José Antonio Campillo Gayo
Lunes, 27 de Mayo de 2024
Creación literaria

El adobe en carcavada nace

Por José Antonio Campillo Gayo

[Img #27893]
 
 
La arcilla amasada en el duro tajo,
con gran tesón, sacrificio y trabajo,
fue una vez más extraída en el barrial de hontanares,
que con diversos y elementales materiales,
un recurrente molde transforma en fracciones
de útiles y rústicas figuras rectangulares;
ancestral modelo artesanal, inconfundible ejemplar,
familiar adobe en estos agros llanos del gran secano.
 
Tierra fuerte con necesidad de abundante agua y paja,
desmenuzada amalgama, triturada y fragmentada
al socaire de cielos claros en tibios días primaverales,
con vientos favorables de marzo a mayo absorbiendo soles.
 
Adecuado atuendo de ropa y calzado para las ocasiones,
donde jóvenes y menos jóvenes se citan a estas tareas,
convencidos de poder sacar un dinero para sus ahorrillos,
arqueando el cuello con curvatura de espalda y cintura,
sabedores de que en casa escasea el pan y no sobra la sal.
 
Barro y más barro es la materia prima en el espinoso oficio,
reclamando a gritos el sabio dicho:” sol y aire y agua no”,
avisados de que en jornada de holganza no habrá hogaza;
presto está ya el candeal, ¡pan que alivió tanto mal!,
aunque para proseguir la jornada no debe faltar el bocadillo:
tierna cebolla, torreznos, chorizo casero y queso de autor,
todo ello con abundante vino de racimos de tempranillo,
alzando la bota para aliviar y calmar la reseca garganta.
 
Textura, esencia, vida y alma de estas casas y tapiales,
siempre a la intemperie, con heladas, rigores y vendavales,
recubiertas con el capeo protector del barro como modelo.
 
Longeva carcavada - cárcava cavada-,
legendario solar, sólo solar, cóncava cavidad,
diluida angostura, vacuo pedestal para la posteridad …
 
Montículo cercenado que fue perdiendo altura
por las dentelladas de un agresivo e incisivo pico,
sin olvidar la tenaz erosión del viento y lluvia que coadyuvan.
 
Ya corean al alba las golondrinas con sus rasantes vuelos,
recalan y, reclaman la carencia de barro para sus nidos;
dispersos y locuaces se agitan a la amanecida los gorriones,
remedando su rutinario piar por donde quiera que van;
en tanto que ranas y renacuajos intentan en un esfuerzo vano
salir de los charcos diezmados, para abandonar el fango,
divisando a poca distancia, yerbajos, juncales y matorrales,
donde se ve de vez en cuando algún conejo fruncir el ceño.
 
En carcavada el adobe nace y en carcavada el adobe fenece…
 
José Antonio Campillo Gayo
Desde Grajal de Campos, León
Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.33

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.