Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025
Símbolo de vida y renovación ligado a las festividades invernales
La flor de Pascua, un legado de fray Bernardino de Sahagún que continúa vivo en Floristería Ros Mari
También es conocida por otras denominaciones como Nochebuena, pastora...
![[Img #28657]](https://sahagundigital.com/upload/images/11_2024/2369_flor-de-pascua-1.jpg)
Desde las antiguas culturas mesoamericanas, la flor de Pascua ha sido un símbolo de vida y renovación estrechamente ligado a las festividades invernales. Esta planta, nativa del sureste de México y que según la transmisión oral descubrió Moctezuma, se ha convertido, gracias a que fray Bernardino de Sahagún la eligió como decoración de las primeras pastorelas (representaciones teatrales de carácter religioso), en un emblema universal de la Navidad.
Floristería Ros Mari, continúa con esta arraigada tradición ornamental, popularizada por el misionero franciscano, ofreciendo a sus clientes toda una selección de esta flor, conocida también por otras denominaciones como nochebuena, pastora... para que no falte en la decoración de los hogares de la comarca.
Para preservar la planta en condiciones óptimas, Ros Mari aconseja unos cuidados básicos: situar la planta en un lugar luminoso, evitando la luz solar directa; una temperatura ambiental de entre 15 y 22 grados; riego moderado, dejando que la tierra se seque ligeramente entre riego y riego y evitando encharcar la maceta, así como mantenerla alejada de corrientes de aire frío.
Floristería Ros Mari posee una tienda física, ubicada en la céntrica Avenida de la Constitución número 52 de Sahagún, espacio en el que su equipo de profesionales ofrece a sus clientes atención y asesoramiento personalizado, junto a consejos de jardinería para el cuidado de plantas y flores.
Además, tiene disponible el número de teléfono: 987 782 040, para hacer reservas y resolver dudas y una página web: rosmarifloristas.es y un perfil de Instagram: @sorayarojo_rosmarifloristas, donde poder descubrir sus creaciones y las últimas tendencias en diseño floral.
![[Img #28665]](https://sahagundigital.com/upload/images/11_2024/2248_flor-de-pascua-cris-2.jpg)
El legado de un sahagunense universal
Su nombre científico es Euphorbia pulcherrima pero se la conoce comúnmente como flor de Navidad, flor de fuego, Santa Catalina, corona del Inca, Nochebuena o poinsetia, entre otros nombres. De aspecto inconfundible, se trata de una planta nativa del sureste de México que, utilizada como arbusto en jardinería desde tiempo inmemorial, se ha convertido, gracias al sahagunense Bernardino de Rivera, fray Bernardino de Sahagún, en un emblema universal de la Navidad.
Según la tradición oral, Moctezuma descubrió la flor de Pascua. La recogió de una pequeña colina de las tierras del sur de México, llamada Taxco, en el estado de Guerrero. “El joven emperador, fue quien encontró la bella flor y decidió llevarla a los jardines de su palacio, en la ciudad de Tenochtitlan. Los cultivadores de flores aztecas, amorosamente la cuidaron, quedando cautivados por su belleza y la emplearon para sus ceremonias religiosas de invierno, ellos fueron quienes la llamaron cuetlaxochitl, la flor color de fuego, por sus pétalos encendidos de color rojo escarlata”, cuentan los cronistas de aquel país.
Los libros de historia botánica mexicana ligadas al comercio relatan que la flor fue descubierta –"oficialmente"- en México en 1834, y que, además de sus usos rituales sacrificiales, eran símbolo de pureza y vida nueva de los guerreros, ofrendados al sol para la renovación espiritual.
La historia menos oficial cuenta también que el fundador del convento de Xochimilco, fray Bernardino de Sahagún (1499 – 1590), quiso que la flor estuviera en las decoraciones de las primeras pastorelas -representaciones teatrales de carácter religioso- ya que era una de las pocas plantas que florecía en la época de otoño y de invierno.
“Para utilizar la flor en las celebraciones navideñas, los frailes evangelizadores la adaptaron a la nueva religión creando una nueva leyenda. En ella se hablaba de la pequeña y muy pobre niña que no tenía ningún regalo que ofrendar a la Virgen María y al Niño Dios. Un ángel la vio desde el cielo y se le acercó para indicarle que recogiese hierbas que se daban en el camino y las llevase al altar de la virgen. La pequeña obedeció. Cuando colocó las hierbas en el altar se convirtieron en bellísimas flores de un rojo intenso que hicieron felices a la niña, la Virgen María y el Niño Jesús”, explica la Blogger, Patricia Bañuelos, en ‘El volar del colibrí’.
Desde las antiguas culturas mesoamericanas, la flor de Pascua ha sido un símbolo de vida y renovación estrechamente ligado a las festividades invernales. Esta planta, nativa del sureste de México y que según la transmisión oral descubrió Moctezuma, se ha convertido, gracias a que fray Bernardino de Sahagún la eligió como decoración de las primeras pastorelas (representaciones teatrales de carácter religioso), en un emblema universal de la Navidad.
![[Img #28658]](https://sahagundigital.com/upload/images/11_2024/3031_flor-de-pascua-2.jpg)
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