El Grupo de Acción Local Adescas (Sahagún-Sureste de León), junto con otros 17 grupos españoles de Madrid, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Galicia y Valencia, y los finlandeses (Lag Mansikka Ry y Lag Kalakukko Ry), han puesto en marcha un interesante proyecto de cooperación que tiene como protagonistas a los jóvenes del medio rural y que, en los últimos días, han protagonizado un encuentro en aquel país que ha tenido como embajadora de la comarca a la estudiante Marta Estarriaga Gamasa.
Recién llegada de su viaje, Estarriaga no ha dudado en compartir con Sahagún Digital su grata experiencia, que explica junto a la responsable de este proyecto en la comarca, Esther Benito…
“Para todos nosotros, la juventud supone el mayor recurso con el que cuenta cualquier población y únicamente trabajando eficazmente con ellos y grabándoles los valores de lo rural podremos conseguir el desarrollo pretendido en nuestra comarca. Por eso nace este proyecto, con el objetivo de generar autoconfianza entre los jóvenes del medio rural, en sus propias capacidades para afrontar proyectos profesionales y personales”, comenta Benito.
Para conseguirlo, a lo largo de estos años, se han llevado a cabo diferentes actividades. La última que se ha desarrollado ha sido en este mes de agosto, en el que se ha llevado a cabo un intercambio con jóvenes finlandeses en ese país. Han pasado cinco días conociendo la cultura finlandesa, haciendo una inmersión en todos los aspectos de su vida: tradiciones, educación, familia, religión, juventud…
“El programa de actividades ha sido muy completo, intentando vivir el día a día de los jóvenes finlandeses. Pero quién mejor que las dos personas que han tenido la oportunidad de participar en este encuentro para que os lo cuenten: Ana Atienza, de Valderas y Marta Estarriaga, de Sahagún”.
“El siete de agosto, 30 jóvenes españoles esperaban en el aeropuerto de Madrid, dispuestos a coger el avión con destino Helsinki. La aventura iba a comenzar. Entre todos ellos estábamos Ana Atienza y yo, Marta Estarriaga. En el aire se respiraban todo tipo de emociones: nervios, alegría, ganas de conocer… Cuando llegamos a Kuopio, nos estaban esperando Paula y Mikko, los responsables del campamento. Estaba situado cerca de Leppävirta, en un área rural en medio de la naturaleza y con un lago precioso al lado, al que íbamos a bañarnos todas las tardes después de la sauna y en el que nos divertíamos con las canoas y pescando. El fin de este intercambio era relacionarnos con jóvenes rurales finlandeses, aprender de su cultura y costumbres y, por supuesto, practicar inglés. Al principio entre la timidez y el miedo a decir algo mal hizo que la comunicación pareciera imposible. Sin embargo, poco a poco nos fuimos abriendo todos y sólo importaba preguntar cosas para sacar el máximo partido a esta experiencia. Han sido solamente cinco días, pero muy intensos. Hemos aprendido muchas cosas sobre Finlandia, ese país tan adelantado en aspectos muy importantes para la sociedad como son la sanidad y la educación. Han surgido amistades, con el resto de españoles, pero también con los finlandeses. Por último, hay que dar las gracias a todos aquellos que han hecho posible esta experiencia, en especial a Adescas, por habernos dejado disfrutar de ella y aprovecharla al máximo”.
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