Las Grañeras, el hogar mágico del Ratoncito Pérez

 

 

Un halo de misterio y emoción envuelve a la localidad de Las Grañeras desde el pasado viernes. Lo que comenzó como un peculiar hallazgo infantil, se ha convertido en el centro de todas las miradas. Y es que, el mismísimo Ratoncito Pérez ha elegido este tranquilo pueblo leonés para pasar lo que queda del invierno.

 

Sin previo aviso, los niños de Las Grañeras se convirtieron en los primeros testigos de su llegada, descubriendo su acogedor refugio en el corazón de un árbol del parque. "Tras la celebración del carnaval escolar, de vuelta a casa, una señal en el Parque Cantarranas nos anunció su llegada. Al principio, pensamos que era una broma, pero la curiosidad nos pudo...", relata una vecina, cuya ventana mira al parque, aunque confiesa no haber visto ni oído nada inusual.

 

La sorpresa fue mayúscula al descubrir su morada: una miniatura de hogar, con libros, luz y una camita, que revelaba la presencia de un habitante diminuto.

 

 

 

La noticia corrió como la pólvora, desatando una ola de preguntas. ¿Por qué Las Grañeras? ¿Qué le atrajo de este lugar? Algunos hablan de la paz del pueblo, otros de la abundancia de sonrisas infantiles. Lo cierto es que el Ratoncito Pérez ha decidido quedarse, y los vecinos lo reciben con los brazos abiertos. Los niños, con la ilusión a flor de piel, le dejan comida y mensajes, esperando resolver el gran enigma: ¿Qué hace con tantos dientes?

 

"La emoción se respira en cada rincón, especialmente entre los más pequeños. Queremos agradecerle públicamente al Ratoncito Pérez por elegir nuestro pueblo para sus vacaciones", comenta otra vecina con una sonrisa. Dicen que el Ratoncito Pérez tiene aliados invisibles, pequeños seres de alma grande que tejen la magia en silencio. No buscan aplausos, solo el brillo de unos ojos que descubren la sorpresa de un regalo inesperado.