Juanda Rodríguez
Lunes, 05 de Mayo de 2025

La comuna

¿Recuerdas cuando los hippies venían de Europa a España a okupar pueblos abandonados en los años 60, alimentándose de lo que les daba la Madre Tierra, educando a sus hijos entre barro, piojos y gallinas, sin que los guajes tuvieran obligatoriamente que acudir a las escuelas-cárceles? Desde fuera, desde la parte ‘civilizada’, los veíamos como unos locos, unos románticos que no se habían adaptado a vivir en comunidad bajo el asfalto. Yo mismo los veía así. Un ejemplo claro lo tenemos en El Bierzo Alto, en Matavenero. Muchos turistas iban a hablar con ellos, a hacerles fotos, a ver cómo se alimentaban de sus huertos ecológicos que abonaban con sus propias deposiciones y tal y tal y tal. Eran los de la comuna. Como digo: locos, vagos y guarros.
 
Y así llegó el 28/4/25 (no es un día cualquiera) cosas del otro lunes. Entro en la farmacia del barrio y me dicen que se ha ido la luz, que no me pueden atender y que es ‘general, muy general’. Se nos encoge a todos el culo y nos asalta irremediablemente la pregunta: ¿Será para un ratico, para 5 horas, para un día, para una semana, para…? Bueno, bueno, bueno…. Tranquilidad en los pueblos. Tiene que volver; ha de volver, volverá… creo. Seamos optimistas. ¡Ostras! Me acordé de pronto del 14 de marzo de 2020, aquello del secuestro gubernamental en nuestras propias casas por lo de aquel bicho asesino, un secuestro en el que salíamos a aplaudir a las ventanas, jugábamos a la escoba y vimos más ‘terrodiarios’ que en toda la vida. Secuestro que uno se podía saltar si el can tenía que hacer pis en el pipican y, claro, para ir al estanco a por tabaco, para quitarse uno tanta ansiedad (los niños no podían desfogarse en el parque que allí había cienes y cienes de bichitos) Iban a ser unos días y estuvimos TRES meses de aquella manera absurda que provocó no pocos suicidios y la ruina de casi todos los autónomos, una ‘maniobra’ en favor de la salud pública por la que no se produjo ni una sola dimisión. Y después vivieron los pinchazos, dosis de recuerdo y todo aquel esperpento innombrable que sigue saliendo en la 1, en la 3, en Telecirco y en donde la gama de cómicos de los prime time (esto lo copié de un artículo que decía que era cuando más gente está como obnubilado delante de la caja diabólica). Muchos salimos tocados, muy tocados de esa barbaridad mundialplanetaria
 
¡Acción, reacción! Me cojo a los míos y me largo pal pueblo. Allí tengo pozo artesiano por si faltara también el agua, arcón frigorífico con la matanza y un generador con 55 litros de gasolina, leña a demanda para la lumbre y para la parrilla y verduras y frutas varias del preciado huerto, con mis generosas gallinas ponedoras y mis pollos de corral. Para una temporada tenemos mi familia y parte del pueblo (pequeñito) que no haya tenido tantas precauciones con los anuncios subliminares, perdón, quise decir los de la comuna.
 
Enchufa el generador, chiguito. Voy padre. ¿Ah, que no tenemos reservas de papel higiénico suficiente y que está todo el mundo cagado por si no vuelve la luz nunca más? Pues a tirar de pantalón a la cuadra del burro y nos limpiamos con hojas o trapos viejos lavables con el agua del manantial, que para eso también vale. Si el apretón te pilla cogiendo lecharinas para los conejos campo alante, pues piedra lisa al ojete, como toda la puta vida.
 
Papá, que se acabó la carne. Tranquilo guaje, que tengo 5 escopetas y un rifle, bien surtidos de cartuchos y balas, no para defenderme en una hipotética guerra, sino porque como una la heredé del abuelo, otra me la regaló tu tío Pedro, la del regalo de boda de tu madre, la repetidora que me compré con la primera extra que cobré en el periódico y el rifle, la última adquisición, para darle caña al cochino jabalí que está haciendo matarrasa en los maíces, que es que han se han multiplicado al mismo ritmo que los ecologistas. Y podemos salir todos a cazar, aunque no tengáis licencia, porque si viene la Benemérita y nos pone una multa no la pagamos, ¿con qué? ¿Y si nos llevan a la cárcel? Sin luz no pueden dejarnos allí a que muramos de inanición. Los guardias no son tan malos.
 
Pero ¿y mis amigos y familiares de la ciudad? ¿Qué va a ser de ellos? ¿Qué comerán? ¿Qué beberán? Ellos son tan pobres tan pobres, que sólo tienen dinero. Papá, que no funcionan los cajeros ni las transferencias para pedir Telepizza por Amazon. Bueno, pues que vengan para acá andando o en bici, si no tienen pollino, que hoy voy a hacer cabrito al horno con leña de roble que me sale…
 
Papá, dijiste ecologistas, ¿son esos que se manifiestan cada poco en la plaza pública, pidiendo que se prohíba la caza? Los mesmos ¿Y ellos, que comerán ahora en las ciudades? Tranquilo, estos son todos mayoritariamente vegetarianos. ¿Pero si no plantan cosas? Comerán hierba, de hambre no se van a morir, aunque alguno su flaqueza resulta amenazadora. Además, son animalistas y muchos tienen mascotas. ¡Papáááaáá, no seas bestia! ¿Bruto yo? ¿Nunca le escuchaste a tu bisabuelo decir aquello de que el hambre es muy cabrón? Pues eso.
 
Me viene a la mente esa canción de Manolo García: ¿Cómo decía…? “Cuando las piedras se puedan comer y ya nadie sea más que nadie”. Pues eso.
 
Papá, ¿este corte de la luz no habrá sido un ensayo y lo que va a pasar ahora es que igual sueltan unas bombas en plan boicot en las estaciones eléctricas, que hasta que se arregle eso, estaríamos mucho más tiempo sin luz?
 
Chiguito, pero qué imaginación tienes, te pareces a tu padre.
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