Éxito rotundo de la primera pendonada de Valdespino Vaca

 

 

Valdespino Vaca celebró como pueblo anfitrión su primera pendonada el sábado pasado. Y no, no estuvieron solos los casi 60 miembros con los que cuenta su asociación –una de las más numerosas de la provincia-, pues un centenar de pendoneros más se apuntaron a esta primera fiesta que superó las más optimistas de las expectativas. 

 

Además del de Valdespino, los pendones de Calzada del Coto, Cerezales del Condado, Onzonilla, Prado de la Guzpeña, Reliegos, San Miguel de Montañán y Villamarco recorrieron calles y campos llenando de colorido y alegría el trayecto, a ritmo de dulzaina y tambor, creando una majestuosa e imponente estampa propia de otra época y que será difícil de olvidar.

 

La perfecta y minuciosa planificación que la Junta Directiva había preparado a conciencia, trajo de la mano una jornada en la que solo hubo buenos y entrañables momentos. La comida, con una riquísima fabada como plato principal, fue también todo un éxito. Postres, bebidas y licores completaron el discurrir de una tarde de cánticos, bailes y camaradería. De hermanamiento y complicidad entre los vecinos de los distintos pueblos lo que dejó en el ánimo de organizadores y asistentes las ganas de repetirlo el próximo año.

 

Es el seis de mayo cuando en Valdespino se festeja el santo patrón: San Juan Ante Portam Latinam, y se quiso que el fin de semana más próximo a tal festividad se organizara la Primera Pendonada de Valdespino Vaca. Es de esperar que dado el éxito alcanzado se mantenga así en años sucesivos. Más de uno ya dejó en su calendario particular marcadas esas fechas como disponibles para no faltar a la segunda.

 

 

 

Hasta el tiempo, que amenazaba el evento, puso todo de su parte dejando la lluvia para cuando ya habían terminado los actos.

 

Fuera de lo que era el antiguo Reino de León, la palabra tiene una connotación poco loable como primera acepción. Sin embargo, en estas tierras lo primero que viene a la cabeza es la imagen imponente de los pendones concejiles. 

 

El pendón se define como un estandarte o enseña integrada por una tela, normalmente de seda adamascada, que se coloca sobre una vara o mástil que alcanza entre los cinco y los trece metros. Generalmente termina en dos puntas, y en ocasiones se adorna con agremanes o flecos.

 

Los pendones pueden llegar a pesar hasta 40 kilos y, en muchas ocasiones, en la parte superior de la vara se coloca una pequeña cruz que representa la presencia de la parroquia en el acto concejil.

 

En cuanto a su significado son un símbolo de identidad de los pueblos y las tierras de León con un arraigo histórico, cultural y sentimental que va más allá del paso de los años. Antonio Barreñada, uno de sus mayores defensores, dice sin dejar espacio a la duda: “…no hay pueblo de León que no sienta orgullo de su pendón, ni vecino que no lo luzca y lo baile con devoción cuando la ocasión lo merece”. Y así tal cual lo vivimos en esta Primera Pendonada de Valdespino.

 

Desde aquí animamos a todos los que lo deseen a afiliarse, así como a las instituciones públicas para que no duden en contribuir a que estas asociaciones que velan por la promoción de las tradiciones y de la cultura popular no dependan únicamente de las aportaciones y el esfuerzo de los voluntarios. La contribución de la Diputación y de los ayuntamientos se hace imprescindible para que nuestros estandartes estén presentes en nuestras celebraciones religiosas, civiles y culturales pues estas concentraciones son fundamentales para el hermanamiento de los pueblos vecinos.