Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

Creación literaria
A un álamo solitario
Desde Grajal de Campos, por José Antonio Campillo Gayo
Te debo decir sin remilgo
con todo aliento de amigo,
ya no tendrás compañía
ni harás tertulia en la orilla,
porque una mano atrevida
ahogó el latir de la vida.
Empero,
tu copa mira al cielo,
mostrando la diversidad
de ramas largas y hermanas
en busca de la estoicidad.
En vida,
tú serás puntual a la cita,
obviando la afrenta que clama,
para reverdecer por enésima vez
con la lluvia que apaga tu sed.
Por tanto,
sabrás que tu presencia es deleite
para la hormiga audaz y valiente,
recorriendo tu añosa corteza
con habilidad, sigilo y destreza.
Tal vez,
una araña indolente y silente
apresará con saña a todo insecto vil,
que le servirá en la caña
de grato festín.
Más adelante,
cuando el sol caliente y abrase,
un sobrio y sudoroso pastor,
buscará en tus sombras
cobijo, descanso y botijo.
No tardando,
un aire molesto y helado
te mecerá suavemente,
y en ocasiones te vestirá de armiño
aunque tú sientas frío.
Bien con reflejos,
ya de cerca o de lejos,
oirás el agua pasar
camino de otro río
con apariencias de mar.
Sin duda,
guardarás en el interior de tu tronco
un sentimiento de pesar y de culpa,
porque a tus sarmientos
los verás con frecuencia sedientos.
Inevitablemente,
pasarán años de primaveras verdes,
e inexorablemente,
retornará un nuevo otoño
a teñir de oro tus laxos cabellos.
Al final de la ruta,
una sierra laminará tu figura,
viéndote tendido en mitad del camino,
mas en tu cuna
nacerá otra vida que será algo tuya.
![[Img #30705]](https://sahagundigital.com/upload/images/09_2025/5512_1757663060974.jpg)
Te debo decir sin remilgo
con todo aliento de amigo,
ya no tendrás compañía
ni harás tertulia en la orilla,
porque una mano atrevida
ahogó el latir de la vida.
Empero,
tu copa mira al cielo,
mostrando la diversidad
de ramas largas y hermanas
en busca de la estoicidad.
En vida,
tú serás puntual a la cita,
obviando la afrenta que clama,
para reverdecer por enésima vez
con la lluvia que apaga tu sed.
Por tanto,
sabrás que tu presencia es deleite
para la hormiga audaz y valiente,
recorriendo tu añosa corteza
con habilidad, sigilo y destreza.
Tal vez,
una araña indolente y silente
apresará con saña a todo insecto vil,
que le servirá en la caña
de grato festín.
Más adelante,
cuando el sol caliente y abrase,
un sobrio y sudoroso pastor,
buscará en tus sombras
cobijo, descanso y botijo.
No tardando,
un aire molesto y helado
te mecerá suavemente,
y en ocasiones te vestirá de armiño
aunque tú sientas frío.
Bien con reflejos,
ya de cerca o de lejos,
oirás el agua pasar
camino de otro río
con apariencias de mar.
Sin duda,
guardarás en el interior de tu tronco
un sentimiento de pesar y de culpa,
porque a tus sarmientos
los verás con frecuencia sedientos.
Inevitablemente,
pasarán años de primaveras verdes,
e inexorablemente,
retornará un nuevo otoño
a teñir de oro tus laxos cabellos.
Al final de la ruta,
una sierra laminará tu figura,
viéndote tendido en mitad del camino,
mas en tu cuna
nacerá otra vida que será algo tuya.
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