Día Sábado, 25 de Octubre de 2025
Emilio Vilar
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Quince de noviembre
Encontramos “suscriciones” para las causas más peregrinas.
15.11.1860 – La Esperanza
“Suscricion para socorro de los cristianos de Siria. Un presbítero de la abadía de Sahagun.............................................20 reales”.
La junta diocesana no se dio mucha prisa en reparar el techo del coro de las monjas, hundido en 1883.
15.11.1888 – El Siglo Futuro
“Subastas. El 14 de Diciembre, ante la junta diocesana de Leon, la reparacion del convento de religiosas de Sahagun, en 3.293’13 pesetas”.
La prensa agrícola nos ofrece con puntualidad los precios del mercado.
15.11.1901 – El Progreso Agrícola y Pecuario
“León.- En Sahagún estan los precios sostenidos. El mercado muy concurrido, presentándose á la venta 1.000 fanegas de todo grano, que se cotizaron á los precios que se anotan: Trigo, 44 reales fanega; centeno, 33; cebada, 28; avena, 19”.
15.11.1903 – El Progreso Agrícola y Pecuario
“En Sahagún se venden los garbanzos á 200 reales fanega”.
Hoy el obispado nos cuenta la historia del monasterio ‘barriendo pa’ casa’, atribuye a un castigo divino el declive de Sahagún. Según esta versión, todo era abundancia y prosperidad, pero la ingratitud de los liberales vecinos de la villa con los monjes, trajo la miseria con la marcha de estos.
15.11.1907 – Boletín del Clero del Obispado de León
“Monasterios leoneses. Sahagún. Al incorporarse Sahagún á S. Benito de Valladolid, perdieron la villa y el Monasterio su carácter típico, desaparecieron las rivalidades seculares, y lo que el convento ganó en disciplina, lo perdió la villa en importancia. No volvieron los burgueses de Sahagún á ver Reyes y Príncipes hospedados en el ámplio edificio de los hijos de S. Benito, ni legados Pontificios, ni Obispos moraban en Sahagún, con frecuencia, ni los Jueces del Rey deponían el cetro á las puertas de la Abacial villa, ni volvieron á ser respetados aquellos fueros que abrían las puertas á una crecida población flotante, haciendo de su mercado y de su comercio, el comercio más importante de León. Todo vino á menos: el poderío monacal y la grandeza del Municipio; hasta aquella industria floreciente, en la edad media, de curtidores, zapateros, forjadores, alfareros y constructores, desapareció, junto con el 70 por 100 de la población que soñaba con la independencia de los monjes y se encontró, por ley providencial de la ingratitud, con el yugo de pobreza y con la libertad de la emigración. Gracias á que la fiebre que invadió la sociedad leonesa, por ir á América –en donde hallaron fortuna y aventura no pocos hijos de Sahagún- equilibró á aquella población pletórica, abigarrada, exótica, revoltosa y altanera que no podía ver á los monjes, siendo éstos los que habían dado nombre é historia á la villa y á los moradores. Vino además sobre Sahagún la plaga que asoló á todo León, la guerra de las Comunidades y desde entonces cuasi desaparece el recuerdo de la famosa villa.
En 1528 tuvo necesidad Carlos V de fallar un pleito, en el que se negaba á los monjes el derecho de pescar en el rio Cea; y en 1554 el Duque del Infantado y la villa de Saldaña asumen la jurisdicción civil sobre aldeas que se poblaron con hombres y con fueros de Sahagún. Felipe II hace pagar al Monasterio 116.000 maravedises, á Gaspar Villafañe porque este ejercía, en Villafrades, la jurisdicción, en nombre del Rey, y si este exime al monasterio de pagar hospedaje de soldados en 1592, no es sino porque los monjes se obligaron á sostener un hospital para pobres y para peregrinos, oneroso privilegio confirmado por Felipe III en 1601, y por Felipe IV en 1625. En 1691 y 1693 pide Carlos II, dinero á Sahagún para sostener los hospitales militares de Cataluña y para socorrer á la plaza de Rodas, sitiada por los franceses, peticiones renovadas varias veces, con ocasión de hallarse muy empeñada la Hacienda. Felipe V, solo se acuerda de Sahagún para pedir socorros para la plaza de Ceuta durante el sitio de 1701, y con ocasión de la pérdida de Gibraltar en 1704. Así vino decreciendo el Monasterio, hasta que, después de la guerra de la Independencia, era Sahagún una de tantas villas de Castilla, que no tenía más importancia que la importancia de su vieja é interesante historia, una historia eminentemente clerical y monástica.
Hoy no queda de Sahagún, más que el montón de ruinas sobre las cuales puede hacer poesías un poeta romántico ó himnos un amante del derecho nuevo, pero uno y otro al cantar lo viejo que se fué, y lo nuevo que queda, convendrán en que lo viejo fué explendor, riqueza, vida, y lo que queda , es ruinas, escombros, desolación.
Solo el anticuario, para quien hasta hace poco, solo tenían las gentes desdenes y burlas, visita á Sahagún, y evocando estilos, y confrontando piedras, rehace la historia de un edificio llamado por Ramiro II “mira magnitudísima” y en el que pusieron sus manos artistas desconocidos, pero grandes y concienzudos artistas.
Hoy ya no podemos decir con Cuadrado: “presenta el grandioso edificio de S. Benito, una mezcla informe de épocas y estilos, como revueltas páginas de su historia, que nada tienen de común entre sí, sino la desolación presente” porque, más demoledores los revolucionarios del último tercio del siglo pasado, que los Franceses, ni siquiera respetaron la obra del P. Echano comenzada en 1827, por lo cual podíamos entrever la grandeza del templo de Alonso VI, ya que el construido por Alonso III, -que no debió de ser más que una modesta iglesia parroquial, en sus comienzos- ni era de grandes dimensiones, ni podía pasar de un modesto ensayo del primer período del estilo latino-Bizantino.
Hasta 1300 no consta que estuviese terminada la Iglesia que antes de la reconstrucción del P. Echano, tal cual Escalona lo describe, y según lo vió Ponz, era un templo de grandes dimensiones, en el cual habían dejado vestigios el estilo ojival florido, y los primeros atisbos del tan discutido renacimiento. Tenía la nave central 24 pasos de ancha, 100 de larga y cerca de 100 pies de alta, cortada por un vasto crucero, sobre el cual se levantaba un cimborrio terminado en aguja, que fué reemplazado en 1766, por una cúpula en pechina obra del Padre Pontones, arquitecto que á penas se dejó sujestionar por el funesto Churriguerismo. Pintáronse, al fresco las pechinas, y los pinjantes de la nave, ejecutados felizmente…parecidos, dice Ponz, á los tios de aquellos lugares, cuando bajan á Sahagún los días festivos.
Fué achaque común á la época, el embadurnar y encalar las góticas bóvedas y las de Sahagún no se libraron del estrago de la moda. Asi y todo la quisiéramos ver los leoneses para estudiar como el de Sta. María del Mercado de León, los tránsitos y cambios de las diversas escuelas arquitectónicas que en nuestro reino se desarrollaron. Pero durante la invasión francesa, se alojaron en el templo, los soldados de Napoleón, y los españoles –guiados por los ingleses- pusieron fuego al templo, del que apenas quedaron más que informes paredones y ennegrecidos arcos. En 1835, otra mano criminal incendió el Monasterio, haciendo alarde de ideas, que ya se decían liberales, y porque en España no dieron hasta ahora otro fruto que los frutos de la más ingrata de las barbaries, quisieron entonces los vecinos de Sahagún –por cuyas venas corre aún la sangre de aquellos revoltosos burgueses del siglo XI- destruir “hasta las raices del árbol gigantesco, según Cuadrado, que había cubierto con su sombra, toda la comarca”.
¡Y qué primores escultóricos perecieron en Sahagún!
Morales describe el altar mayor, de 16 pies de largo, chapeado de plata cincelada, con riquísimas y antiquísimas labores –quizá del tiempo de Alonso VI- y cuajado de medallas del mismo metal, con bustos de santos. Los retablos de S. Facundo, Primitivo y S. Benito fueron trazados por el famoso escultor Gregorio Hernández, (I) que tanto se distinguió en Valladolid, durante el siglo XVI en presencia de tanto extranjero como visitaba, entonces la corte de la más grande de las monarquías del mundo. ¡Gracias que se conserva, medio inservible la custodia que labró Enrique Darphe hacia el año 1540, la cual tanto llamó la atención por su esbeltez y hermosura, en la última exposición de San Marcos!
La capilla de S. Mancio, con bóvedas de medio cañón, antiquísima la de Nuestro Señor, de igual estilo aunque estropeada en el siglo XVIII, las góticas de S. Miguel y S. Jerónimo, la sacristía, cuajada de arabescos, las alhajas regalo de reyes y de Papas, de príncipes y de Obispos, los primorosos relicarios, los damascos y telas preciosas, los claustros con dos órdenes de galerías, los tres pisos de celdas, las inmensas bodegas y dependencias del suelo, todo desapareció, sin que queden más que ruinas “sin poesía, y memorias sin grandeza” ¡Y los sepulcros! ¡Ni siquiera sabemos qué paradero tuvieron los restos de Alonso VI que son los del conquistador de Toledo, que Felipe III quiso llevar al Escorial y los dejó en Sahagún, porque, sostenido el sepulcro por cuatro leones de alabastro, y cubierto el arca con tapices Flamencos, y colocada bajo dosel de brocado, pensó que estaban allí bien! Si queréis buscar los restos de las reinas Dª Berta é Isabel, esposas de Alonso VI, los de Dª Constanza, mujer de Fernando IV, los de Dª Beatriz, nieta de S. Fernando, preguntad á las pilas y abrevaderos que hoy poseen no pocos labradores de Sahagún y esas piedras, os dirían, si tuvieran lengua, que encerraron con lujo los despojos mortales de las damas que un dia brillaron por su hermosura, ó influían con sus consejos, en el ánimo de sus esposos reales. Las inscripciones funerarias han corrido la misma suerte.
¿Y los hombres ilustres de Sahagún? Son tantos y tan notables las biografías de algunos, que quizá, si Dios nos dá salud, algún dia aparezcan en el Boletín, al lado de otros muchos Leoneses famosos, de los cuales tenemos más de 200 notas biográficas y bibliográficas (II).
Cerremos estos ya largos artículos, recordando que su archivo ha ido á parar, por fortuna, á la academia, el cual es todo una escuela de paleografía de Geografía Leonesa, de derecho foral, y de filosofía comparada, y al leer aquellas escrituras sancionadas, muchas de ellas con firmas reales, ó Episcopales, pensemos que quizá hoy sean propiedad aquellas tierras que se deslizaron, y aquellos prados y bosques que se donan, de los descendientes de los siervos del monasterio. ¡Así son de estables los fundamentos jurídico-legales, del derecho de propiedad! - José González”.
(I) Gregorio Hernández hizo furor en toda España, por sus esculturas, la de Sta. Teresa, en éxtasis para el Carmen de Valladolid, y el Cristo de la luz para S. Benito, notable por la expresión del alma reflejada en el semblante, según Monzi, le acreditaron tantos que al pagar á su viuda el retablo de Eibar, dice el P. Orbea, “no hay en el mundo con que le pagar dignamente.” A sus talleres asistían excultores extranjeros.
(II) Todavía, en las postrimerías de la Inquisición, fué recluido en Sahagún, el famoso Americano Olavide, que soñó con colonizar á Sierra- Morena, y no logró otra cosa que dejar semilla de Volterianismo en toda España. En Sahagún se convirtió y escribió “el Evangelio in triunfo” y varios himnos sagrados.
Parece ser que también los seglares se asociaban al montepío del clero.
15.11.1911 – Boletín del Clero del Obispado de León
“Montepio del Clero Legionense. Sres. Socios que han solicitado socorro por haber padecido enfermedad aguda. D. Anastasio Antón.- Sahagún; 27 Septiembre á 9 Octubre: 12 dias, 18 pesetas”.
Este diario madrileño destaca la pujanza del asociacionismo obrero en el sudeste leonés.
15.11.1919 – El Sol
“Desde 1914 acá se ha transformado radicalmente el aspecto social de la provincia. En la tierra llana, en los distritos de Sahagún y Valencia de Don Juan, que forman lo que pudiéramos llamar el granero leonés, han nacido pujantes Asociaciones obreras, que en poco tiempo han sabido dar pruebas fehacientes de una saludable vitalidad”.
Esta noticia nos informa de la participación de algún vecino en la revolución de Asturias.
15.11.1934 – La Época
“La rebelión en la zona leonesa. En Sahagún ha sido detenido el autor de la muerte de un guardia de Asalto. León 15.- Por la Guardia Civil del puesto de Sahagún ha sido detenido un sujeto llamado Ciriaco Arroyo Trapal, de cuarenta y cinco años, jornalero. Se confesó autor de haber dado muerte a un guardia de Asalto en La Felguera. También dijo que había tomado parte activa en los últimos sucesos revolucionarios, haciendo fuego de fusil contra el cuartel de la Guardia Civil de Sama”.
A Zacarías su participación en la guerra no le libró de la causa por robo que tenía pendiente en Palencia.
15.11.1939 – Boletín Oficial de la Provincia de Palencia
“Requisitoria. Ferreras Rojo, Zacarías, de 32 años de edad, hijo de Pablo y María, soltero, natural y vecino de Sahagún, que estuvo en el frente de Cataluña, no está acreditado su fallecimiento ni actual paradero, comparecerá dentro del término de diez días ante la Ilma. Audiencia Provincial de Palencia a responder de los cargos que se le resulten en causa que se le sigue con el número 334-1935 por robo; bajo apercibimiento de que en otro caso sería declarado rebelde”.
NUEVAS INCORPORACIONES
La dotación económica de cada escuela suponemos estaba en función del número de alumnos. Las diferencias son muy llamativas.
”BOLETIN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE OVIEDO” (15/11/1880)
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El médico de Sahagún regresa a casa después de visitar a su hijo.
“HERALDO ALAVES” (15/11/1920)
Los que viajan.
"A Sahagún don Emiliano Llamas".
La inevitable información de los precios del mercado.
”EL DIARIO PALENTINO” (15/11/1928)
Alfredo Güemes Ramos era hermano del teniente coronel del ejército republicano Ernesto Güemes, había estudiado derecho y ejerció de juez municipal en funciones. En esta ocasión le toca dirimir en una reclamación de una sociedad de Grajal contra otra de Asturias.
”BOLETIN OFICIAL DE LA PROVINCIA DE OVIEDO” (15/11/1933)
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Las amonestaciones es el anuncio público de la intención de contraer matrimonio que se solía hacer seis meses antes de la boda. Esta notificación también se hace en las bodas civiles.
“EL DIA DE PALENCIA” (15/11/1939).
"Amonestaciones. Eustaquio Rodríguez Dominguez, de Villatoquite, con María Santos González, de Sahagún".
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NUEVAS INCORPORACIONES
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Piedad Luna | Lunes, 18 de Noviembre de 2013 a las 10:12:49 horas
El argumento podrá parecer estúpido, pero dice algunas verdades como puños. El impulso de destruir en vez de reutilizar y el expolio de desamortizadores, vecinos, extranjeros, anticuarios, colecccionistas etc… han impedido que hoy pudiéramos obtener beneficio turístico, al menos, de la historia. Pero una cosa hemos perdido sobre todas, ese talante liberal que dice el narrador que caracteriza a la población, heredada de los burgueses del siglo XI, una pena.
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