50 novias para 50 ‘hermanos’

 

Las mozas se hicieron esperar pero sólo el tiempo justo para dar el punto de emoción a uno de los acontecimientos sociales más destacados del año en la siempre rompedora población de Villamuñío: su primera ‘caravana de mujeres’. 

 

Medio centenar de féminas llegadas en autobús desde Madrid se encontraban, pasadas las tres de la tarde, con otros tantos mozos de la comarca ‘armados’ con la mejor de las sonrisas, galas, y apasionados claveles reventones que fueron entregando a las recién llegadas a medida que descendían, cual divas del Moulin Rouge parisino, por las escalerillas del vehículo.

 

Los nervios iniciales desaparecían de inmediato gracias al salero demostrado por las pretendientas, muy agradecidas con el calor recibido por la población de Villamuñío, volcada  en pleno con el evento,  y las decenas de curiosos de la zona que no dudaron en acompañar el arranque de la fiesta del amor. 

 

‘Cuetes’, música de charanga, ovaciones, gritos de “guapa, guapa”, besos y abrazos ocuparon los primeros minutos del encuentro, trasladado posteriormente a la Casa de la Villa, donde, ya a puerta cerrada, las propias mujeres de Villamuñío (contagiadas de ilusión) se encargaron de servir la comida de hermandad que daba un paso más en este curioso ritual de seducción. 

 

Aunque la I Caravana de Mujeres de Villamuñío nació con el propósito de hacer pasar a los mozos de la tierra un día de diversión e intercambio, de baile y mesa,  lo cierto es que, este ya clásico sistema para buscar el amor verdadero, oculta una segunda lectura menos amable: la ‘estampida’ de las mujeres jóvenes del pueblo a la ciudad, una constante en el medio rural, que ni la fuerza del amor consigue poner freno. Por lo menos hasta hoy…