Stephen Tierney Stephen Tierney
Martes, 05 de Agosto de 2014

Placeres pequeños

Eres peregrino y estás en Sahagún de paso, claro está. Has gozado de la austeridad majestuosa de esta comarca y has llorado porque el paisaje, el silencio y el ritmo de tus pasos te han hecho recordar penas ocultadas pero no olvidadas que llevas en el alma. Mañana caminarás y llorarás de nuevo. Pero hoy, sábado, te encuentras en una villa noble y hay que disfrutarlo. Es la hora del aperitivo y estás en El Cepo con el gracioso de Chema, peregrino como tú, cántabro, no como tú. Está el bar a tope de gente elegante y alegre.
- Dos claretes, le dice Chema al chaval que está detrás de la barra, y añade:
- Y a ver qué pinchos sacáis para los clientes de mucha confianza.
Os reís, el joven facundino también. No eres uno de esos clientes; no perteneces. Pero por lo menos por estos momentos puedes estar, y estar a gusto, entre esta gente acogedora. Perfectamente puedes compartir con ellos los placeres pequeños del mediodía de un sábado de otoño.

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