Del Jueves, 18 de Septiembre de 2025 al Domingo, 28 de Septiembre de 2025

Oro del Camino
Vereda y calzada. Hermanadas por kilómetros, distintamente intencionada. La velocidad y la rutina marchan sobre una, y en la otra; la decisión, el descanso del cansancio, risas de grupo, meditación en soledad del ensimismado pensamiento, extrovertida paleta de pintor derramada en natura, silencio del campo, agua murmuradora, la música en El Burgo Ranero.
La seducción del descubrir perfuma el aire, y Los Adelantados se embriagaron de él. El encanto del camino, en la búsqueda loca de amor del Quijote. O tan simple como una caminata de amistad, salud o promesa.
Primavera y veranos, borbotones de colores y el bullicio de la vida. Cuando la gruesa frazada blanca del invierno llega a Calzadilla de los Hermanillos, todo se aletarga. Otoño de nostalgia y desafíos, encuentra a locos y no tanto, a paso firme siempre llegando.
Camino hecho al andar con dos puntas de mil intersecciones, donde llegadas y partidas se confunden. Sabores de comidas típicas, aromas de especias, vinos voluptuosos, cantar de mujeres, reíres de hombres, juegos de niños. Cada caminante, cada peregrino retorna llevando una porción del tesoro. Una riqueza que no se agota… oro… el corazón de su gente, en los caminos a Santiago.
Vereda y calzada. Hermanadas por kilómetros, distintamente intencionada. La velocidad y la rutina marchan sobre una, y en la otra; la decisión, el descanso del cansancio, risas de grupo, meditación en soledad del ensimismado pensamiento, extrovertida paleta de pintor derramada en natura, silencio del campo, agua murmuradora, la música en El Burgo Ranero.
La seducción del descubrir perfuma el aire, y Los Adelantados se embriagaron de él. El encanto del camino, en la búsqueda loca de amor del Quijote. O tan simple como una caminata de amistad, salud o promesa.
Primavera y veranos, borbotones de colores y el bullicio de la vida. Cuando la gruesa frazada blanca del invierno llega a Calzadilla de los Hermanillos, todo se aletarga. Otoño de nostalgia y desafíos, encuentra a locos y no tanto, a paso firme siempre llegando.
Camino hecho al andar con dos puntas de mil intersecciones, donde llegadas y partidas se confunden. Sabores de comidas típicas, aromas de especias, vinos voluptuosos, cantar de mujeres, reíres de hombres, juegos de niños. Cada caminante, cada peregrino retorna llevando una porción del tesoro. Una riqueza que no se agota… oro… el corazón de su gente, en los caminos a Santiago.
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