El escarabajo de cambió de nombre

Al salir de Sahagún, pasado el Puente del Canto, el peregrino ve en el camino un escarabajo cara arriba agitando desesperadamente sus patas al viento. Está pidiendo insistentemente que le ayuden a volver a ser lo que era, y para lo que fue creado. Lucha con todas sus fuerzas para lograrlo.

El peregrino se apiada de él, pues sin su ayuda nada logrará el escarabajo, morirá quemado por el sol.

Con la punta del bordón le ayuda a volverse y amorosamente le dice: “Vete y no vuelvas a arriesgarte más, solo por estos caminos, aprende de tus hermanas las hormigas o las aves que se ayudan unas a otras, cuando tienen un percance como el que tu has tenido.

Y “el salvado” se aleja contento y feliz, con la cara abajo, como tiene mandado el creador, que le ama tanto como al peregrino que le ha mandado para salvarle, y como mandó hace seis años a otros hermanos suyos para que también le ayudasen a él a “darse la vuelta”...y volver a ser más humano, más cristiano, mas...

Y agradecidos, el escarabajo y el peregrino procurarán no apartarse del Plan de Dios para ellos. Contando con Él y con su comunidad.

Hasta aquí el hecho verídico, pero los sentimientos del peregrino en su camino fueron: Miedo, Humildad, Hermandad, Amor, Solidaridad y Agradecimiento.