Antoni Brosa Rodríguez Antoni Brosa Rodríguez
Sábado, 06 de Septiembre de 2014

Siete pueblos, dos caminos

Leí hace un par de meses un cartel de vinilo, de cierta comarca próxima a León por el camino de Santiago, que recomendaba parar a reposar en Sahagún donde auguraba un lugar tranquilo y cargado de hospitalidad para aquel que la necesitase. También recomendaba, si se precisaba, hacer noche en un hostal que no recuerdo el nombre pero andaba por los alrededores de la Avenida de la Constitución, donde se podía sentir uno (según el cartel) más cerca de Santiago de lo que lo ha estado nunca. Siendo yo un hombre muy espiritista decidí dormir allí. A la mañana siguiente volví a emprender el viaje por esas tierras doradas pero con el camino bermejo. Al estar ya en marcha me percaté que me había olvidado en el hostal mi vieira de Santiago que compré como amuleto y que rompí por la parte inferior para llevarla atada. A la altura de El Burgo Ranero tropecé con un objeto que resultó ser mi misma vieira. No me he preguntado nunca que ocurrió pero advierto a quien crea que no le puede pasar que, efectivamente, me sentí como Santiago: volviendo inefablemente donde me correspondía.



Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.174

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.