Álvaro Lora Cumplido Álvaro Lora Cumplido
Viernes, 12 de Septiembre de 2014

Llamadas

¡No puedo más! ¿Cómo se me ocurriría hacer en un día Carrión Sahagún? Como no esté al llegar a ese alto, me paro. ¡Qué calor! Y encima esta ampolla… Si fuera el Alto del Espino, se vería Sahagún. ¿No era en esta villa donde estaba la cuba más grande de Europa? ¿Y donde ocurrió el milagro de las lanzas? ¿Seguirán las choperas junto al río Cea? ¡Sí! ¡Allí está! 
Va para media hora y no acabo de llegar. ¡Qué sufrimiento! Ya entiendo por qué dicen que es ante todo un camino hacia dentro. Aquí estamos los tres: la soledad, el dolor y yo. ¡Qué susto la llamada de ayer…! Y no sé si he hecho bien en no volverme a casa. Pero me insistió tanto mi hermano que siguiera, que si había novedades con madre me avisaba y que hiciera el camino por ella... “Buen camino” “Gracias”. Qué amables. Luego dicen que los castellanos son secos… A ver si le dan el alta. Un hotel; y parece nuevo.
El sol era abrasador a mediodía y reverberaba en las paredes lisas del silo. Un tren aullaba al pasar la estación cuando el corazón del peregrino se encabritó: sonaba el móvil. 
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