Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

DESPENSA
347 participantes en el II Concurso de Microrrelatos ‘Lenteja de Tierra de Campos’
Augusto Blanco Alfonso con el microrrelato ‘Lenteja’; Juan Carlos Mata Sánchez, con el microrrelato ‘La vuelta al mundo’ y Juan Folgeral Martín, con el microrrelato ‘Amor’, son los ganadores del II concurso de microrrelatos Lenteja de Tierra de Campos organizado por el Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida Lenteja de Tierra de Campos, en colaboración con los cinco grupos de acción local terracampinos –Adescas (Sahagún-Sureste de León), Araduey Campos, Campos y Torozos, Adri Palomares y Adri Norte-
Los tres finalistas se llevan a casa un fin de semana para dos personas en un centro de turismo rural de Tierra de Campos además de una bolsa de viaje con 200 y 100 euros para los dos primeros clasificados.
La elección de los ganadores ha tenido lugar en el Consejo Regulador de la IGP Lenteja de Tierra de Campos el 18 de febrero y ha contado con un jurado de excepción compuesto por el catedrático de literatura y crítico literario Nicolás Miñambres, el director del aula de cultura de El Norte de Castilla, Fernando Conde Parrado, la redactora jefe de Diario Palentino, Carmen Centeno San Martín, la representante de los grupos de acción local, Esther Benito y el periodista Agustín Remesal.
II CONCURSO DE MICRORRELATOS
LENTEJA DE TIERRA DE CAMPOS
PRIMER PREMIO
MICRORRELATO: LENTEJA
Tenía un lunar en la comisura de la boca que le daba ese aire misterioso que confieren las pequeñas imperfecciones, capaces de transformar ciertos rostros en sublimes.
En la capital hubiera concitado mil miradas, allí en casa, en su pueblo, sólo era Lenteja.
Los viajantes y los camioneros paraban en la fonda, donde trabajaba, sólo para verla. La comida era razonable y las habitaciones aseadas, pero era ella la que los reunía.
Su risa fresca imantaba oídos y miradas a partes iguales, pero una vez posadas éstas en la boca, la mancha pardina, de apenas unos milímetros, se erigía en la reina sin que nadie fuera consciente de su poder.
Cuando hablaba, la marca mágica de la Luna en su piel congregaba la atención palideciendo casi su discurso, siempre bien hilado.
La verdadera magia consiste en que no se sea consciente de su existir.
Un mal día, entró en la fonda, acompañado de dos vecinos, el nuevo médico del pueblo de al lado. Tras los saludos de cortesía, sin mediar otro motivo antes de sucumbir a su influjo, dijo:
-¡Caramba! Tienes un nevus melanocítico…
La magia ancestral huyó ante el abrupto diagnóstico, como tragada por el sumidero. Nada volvió a ser igual.
AUGUSTO BLANCO ALFONSO. Madrid
SEGUNDO PREMIO
MICRORRELATO: LA VUELTA AL MUNDO
Nunca supo qué fue lo que le impulsó a echar a andar aquella fría mañana de febrero. Muchos años después, al ser preguntado, tan sólo pudo explicar que tuvo un impulso irresistible que no supo combatir.
El caso fue que, sin más equipaje que la ropa que llevaba puesta y una cartera con unos viejos cromos de fútbol, comenzó a caminar hacia el este, sin importarle si atravesaba carreteras asfaltadas, caminos de tierra, campos abiertos, valles o montañas; sin reparar en si lucía el sol o nevaba, hacía frío o calor.
Comía lo que encontraba a mano. Dormía en cualquier rincón.
Así pasaron semanas, meses, años.
Un buen día, llegó a un mar inmenso. Le dijeron que en la otra orilla estaba su casa.
De pronto, recordó los platos de lentejas que le hacía su madre.
Y, entonces, se echó a nadar.
JUAN CARLOS MATA SANCHEZ. Gijón, Asturias
TERCER PREMIO
MICRORRELATO: AMOR
Debió de contagiármelo con la saliva del primer beso. Entonces no me di cuenta. Supongo que algo, después de pellizcarme la lengua, descendió por mi garganta hasta instalarse finalmente en el lado izquierdo de mi pecho.
Los primeros síntomas fueron taquicardias y un enrojecimiento súbito de la piel a la altura de las mejillas. Aunque el definitivo fue un inusitado aumento de peso. Engordé tanto que apenas cabía por las puertas. Para atravesarlas, debía colocarme de perfil. Menos mal que nueve meses después di a luz a nuestro primer hijo y nos casamos.
Dos hijos más tarde, comencé a perder peso, a razón de unos setenta gramos por día. Ningún médico supo explicarme el motivo. A mí también me costó descubrirlo. Una noche, volviendo de la cocina, encontré a mi marido repanchingado en el sofá con los pies descalzos encima de la mesa. Me di cuenta de que tenía las uñas mal cortadas. Sentí, entonces, cómo algo partió de mi pecho, atravesó la garganta y me obligó a estornudar. Instintivamente me tapé la boca con la mano. Cuando la examiné, descubrí un corazón del tamaño de una lenteja que, poco a poco, fue dejando de latir.
JUAN FOLGERAL MARTÍN. El Escorial, Madrid
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Javier Robles Ruiz | Viernes, 20 de Febrero de 2015 a las 14:59:52 horas
De los tres, para mi, tambien seria ganador el primero, felicidades al autor. Espero que podamos leer alguno mas.
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