“Marta aporta esperanza, ilusión y futuro”

Se llama Marta (Marta González Cambronero), es de Ciudad Real, tiene 19 años y el próximo sábado entrará ‘oficialmente’ a formar parte de la comunidad benedictina que se asienta, desde hace casi cinco siglos, a las puertas de la villa de Sahagún.

Así, el próximo día 16, esta joven de ojos vibrantes y llenos de ilusión, vestirá por primera vez los hábitos benedictinos en un acto sencillo al que está invitada toda la comunidad. Éste tendrá lugar en la iglesia del Monasterio Santa Cruz a las 17:00 horas.

A pesar de su juventud, Marta ha tenido siempre las ideas muy claras y su vocación ha ganado la batalla a la distancia que la aleja de su tierra. “En casa siempre nos educaron en la fe pero, en una ocasión, mis padres nos llevaron al monasterio navarro de Leyre y fue allí donde sentí que una vida monástica encajaba conmigo, que ese estilo de vida podría dar sentido a la mía. A través de Internet fui conociendo carismas de otros puntos del país y contacté finalmente con el Monasterio Santa Cruz de Sahagún. Hablamos, nos fuimos conociendo y, en Navidad de 2013, visité el cenobio por primera vez”.

Parece que lo suyo con esta orden contemplativa fue algo así como amor a primera vista ya que, aunque después de esa primera experiencia continuó haciendo su vida ‘normal’ en Ciudad Real y completando sus estudios, esa visita a Sahagún seguía ‘latiendo’ fuerte. “Desde la primera toma de contacto hasta ahora han pasado casi dos años. En verano de 2014 volví a compartir una experiencia en la comunidad y, animada por familiares y amigos, tomé la decisión de completar el postulantado”, en el que ha permanecido seis meses.

“Ahora, permanecerá como novicia durante dos años; otros tres de votos simples y, finalmente, profesión solemne”, apunta la responsable del cenobio, María Anunciación Ríos, “todavía queda camino –comenta la priora- pero su llegada a la comunidad es totalmente ilusionante. Marta aporta esperanza, ilusión, y futuro”.

Y no es para menos. Actualmente el convento está habitado por 11 religiosas y la más joven hasta la llegada de la postulante tiene 49, por lo que la presencia ciudadrealeña resulta todo un acontecimiento que se sigue hasta en las redes sociales. 

En este sentido, Marta tiene muy claro qué papel ocupará en el cenobio. “Me gustaría dar a conocer el trabajo de esta comunidad a través de las redes sociales; ofrecer una visión fresca, renovada, un mensaje joven y alegre”, manifiesta Marta, “la alegría de la edad”, apostilla sonriendo María Anunciación mientras escucha a su joven compañera. “Es buena repostera, seguro que acaba de encargada del obrado”, añade.  

“Animamos a la gente joven, con Marta como ejemplo, a visitar nuestra comunidad y convivir en ella por unos días. Brindamos la oportunidad de compartir este tipo de experiencias para chicas con inquietudes espirituales, sin compromiso, tal vez para confirmar esa llamada, tal vez para disiparla, ¿no era?, no pasa nada. 

Una última pregunta de la entrevistadora cierra el encuentro…

- ¿Echarás de menos el uso de pantalón vaquero?

- “Espero acostumbrarme rápido al hábito y no echar de menos el pantalón… de todos modos, siempre me puedo poner unos cortos debajo para combatir el frío”, (responde divertida la última ‘inquilina’ del Monasterio Santa Cruz de Sahagún).