Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025
Néstor Hernández Alonso
Firmas
De vacaciones
![[Img #11173]](upload/img/periodico/img_11173.jpg)
Llega julio y con él, agarradas del brazo, las vacaciones, ese periodo tan esperado, de sabor tan dulce, que tanto esperamos.
-¿Dónde vamos este año? –dice el padre a sus hijos-. La playa no está mal, aunque hay mucha gente y en la montaña puede hacer mucho frío y apenas hay sitio para jugar.
-Vayamos a Calzada, al pueblo –contesta convencida la madre.
-Eso, al pueblo –replican los hijos, porque allí lo pasaremos bien.
Búscame aquí…
Me convocas junto al mar
para que contemple cómo del
agua surge el sol al tiempo
que la luna se retira,
relojes cuyas agujas
señalan la luz o la sombra.
“En esta orilla, Dios ha pintado
el cuadro más hermoso”, dices.
O me citas en la montaña
para que observe cómo el río
arrastra todos los colores,
cómo revolotea el viento sobre la cima.
“De este lado, dibuja la naturaleza
el cuadro más bello”, insistes.
Búscame aquí,
en este páramo inmenso,
sin agua ni colores,
donde la vida dibuja
un boceto secular:
rostros esculpidos por el cierzo,
hombres de manos grandes y pies firmes,
de miradas tiernas y almas solidarias.
Búscame aquí, en esta tierra
seca y dulce, pobre y caliente,
que no se pinta los labios,
pero sí te gana el corazón.
Búscame aquí,
porque en ella esperaré el final.
Llega julio y con él, agarradas del brazo, las vacaciones, ese periodo tan esperado, de sabor tan dulce, que tanto esperamos.
-¿Dónde vamos este año? –dice el padre a sus hijos-. La playa no está mal, aunque hay mucha gente y en la montaña puede hacer mucho frío y apenas hay sitio para jugar.
-Vayamos a Calzada, al pueblo –contesta convencida la madre.
-Eso, al pueblo –replican los hijos, porque allí lo pasaremos bien.
Búscame aquí…
Me convocas junto al mar
para que contemple cómo del
agua surge el sol al tiempo
que la luna se retira,
relojes cuyas agujas
señalan la luz o la sombra.
“En esta orilla, Dios ha pintado
el cuadro más hermoso”, dices.
O me citas en la montaña
para que observe cómo el río
arrastra todos los colores,
cómo revolotea el viento sobre la cima.
“De este lado, dibuja la naturaleza
el cuadro más bello”, insistes.
Búscame aquí,
en este páramo inmenso,
sin agua ni colores,
donde la vida dibuja
un boceto secular:
rostros esculpidos por el cierzo,
hombres de manos grandes y pies firmes,
de miradas tiernas y almas solidarias.
Búscame aquí, en esta tierra
seca y dulce, pobre y caliente,
que no se pinta los labios,
pero sí te gana el corazón.
Búscame aquí,
porque en ella esperaré el final.
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