El Belén mecánico de la familia Velasco, abierto por Navidad

 

Un leñador, una mujer planchando, el anestésico vaivén de una mecedora y una cantina, son las cuatro nueva escenas que se suben este año al Belén mecánico de la familia Velasco, vecinos de Villamuñío, y que han vuelto a abrir, como cada año, las puertas de su impresionante escenografía navideña dando continuidad a toda una tradición que se inició en 1997. 

El Belén de los Velasco recibe cada temporada la visita de cientos de curiosos de toda la provincia. No en vano es ya una de las paradas de la Ruta de los Belenes, que impulsa anualmente la Diputación de León, y que incluyó en ésta el Belén de Villamuñío hace unos siete años.  

Así, lo que empezó como una afición del cabeza de familia, Manolo Velasco, maestro herrero de profesión ya jubilado, se ha convertido en todo un icono navideño en Villamuñío y la ‘niña minada’ de toda la familia, que no duda en echar un cable para que este particular Belén ‘viviente’ crezca en tamaño y protagonistas Navidad tras Navidad.

El Belén ocupa una superficie de más de 40 metros cuadrados, con un decorado estrenado en 2013 y donde se pueden contemplar sobre 90 escenas, todas ellas con movimiento.  Además de los clásicos integrantes del Belén: San José, la Virgen María, el Niño Jesús, los Reyes Magos... la estampa también permite echar la vista atrás y recordar aquellos oficios que, hasta hace no mucho, ocupaban el tiempo de los vecinos de Villamuñío y, en general, de toda la comarca: la matanza, carpinteros, esquiladores, retejadores, alfareros, lavanderas, animales de tiro en plena acción...

El proyecto de los Velasco tiene mérito por partida triple: no reciben ningún tipo de ayuda económica para su ‘atracción’ y no cobran por la entrada; cada pieza está hecha de forma manual y, como ‘guinda del pastel’, los artefactos que dan vida a los personajes son recicladas: fuentes de alimentación de ordenadores, de microondas, de batidoras…