Manteos y espundias por Las Candelas

La localidad de Grajal de Campos celebró ayer la fiesta de Las Candelas, un encuentro de carácter íntimo en el que sobresale la alta participación de los graliarenses y la diversidad de actos que acompañan la cita.

A pesar del frío y de las espundias que cayeron a primeras horas de la mañana, la comunidad de Grajal no dudó en hacer piña entorno a una colorista tradición que se encarga de organizar el Centro de Iniciativas Turísticas ‘El Palacio de Grajal’.

La jornada arrancó con los correspondientes actos religiosos. La flamante iglesia de San Miguel Arcángel fue el escenario elegido y donde radican todo el año y a buen recaudo las históricas reliquias de santos y santas que fueron donándose a lo largo de la historia por los distintos ilustres del lugar. Su adoración, junto a la Bendición de los Cirios fueron los actos centrales de este primer acto.

Otro de los guiños que acompañan la celebración es el desfile de trajes regionales que organizan las mujeres del pueblo. Históricos manteos, pañoletas, picos, abalorios y buenas medias lucieron como nunca.

Para cuando los parroquianos y parroquianas salieron de misa, en el salón principal de la Casa Consistorial ya estaba todo preparado para la recepción de los vecinos, que compartieron un generoso menú degustación a base de los productos más representativos de la tierra, dulces, vinos y licores. No cabía ni un alfiler en el comedor… y la comida de hermandad resulto todo un éxito.

Como brochee de oro, el Grupo de Teatro de la Asociación de Amas de Casa de Villada representó la obra ‘La zapatera prodigiosa’ de Federico García Lorca.