Del camposanto a la escombrera por despiste

 

La Guardia Civil de León ha cerrado la investigación abierta a propósito de la aparición de un ataúd con restos humanos en El Burgo Ranero. Finalmente, tal y como se sospechaba, pertenecen a una anciana fallecida en 1995 y enterrada en el camposanto de esa localidad.  

Según confirman fuentes oficiales, fue en septiembre de 2016 cuando los restos de la nonagenaria, nacida en Palencia y que falleció en una clínica leonesa, fueron exhumados para llevar a cabo en el mismo nicho otro enterramiento familiar.

La investigación ha puesto al descubierto al autor de tan siniestra maniobra: el albañil encargado de la tarea de exhumación que, según declaró ante la Guardia Civil, no se percató de que todavía quedaban dentro algunos huesos correspondientes a la parte inferior del cuerpo. Debido a las condiciones meteorológicas el albañil no incineró el féretro, que fue hallado  semanas después por un agricultor del pueblo.