Del Lunes, 29 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 01 de Octubre de 2025

Martes, doce de marzo
Sobre un cerro que domina el puente y el río, se levantan todavía los cuatro muros del torreón del castillo. Sube hasta él un camino empinado, que nos deja en la misma puerta. Hace mucho tiempo que bosteza la pared de piedra, forzada en sus batientes, dejando su intimidad abierta al viento. Mortero y canto, canto y mortero, se mantienen en equilibrio, difícil, dominando el pueblo.
La vega del Cea se abre a los pies, enseñoreada por un río, que se recrea en su pasar lento. El río, el puente, la arboleda y un horizonte largo, salteado de pueblos de sonoros nombres y extrañas resonancias.
Se aleja de la tierra el castillo y se acerca al cielo. Altivas, lejanas, las almenas parece que quieren escapar del suelo y tocar las estrellas con la piedra de sus dedos.
Allá abajo, camino estrecho sobre el río, abre sus arcos el puente, mientras se mira en el espejo del agua, y ríe y se goza en la caricia de la corriente.
Se refugia el pueblo, arracimado en torno de la iglesia, cobijado por el castillo, amorosamente entallado por el río, y parece haber quedado en los brazos de la Historia, plácidamente dormido.
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Luis Ángel | Domingo, 28 de Julio de 2013 a las 10:18:55 horas
En todo aciertas, amigo, salvo en lo de plácidamente dormido. Di mejor trágicamente abandonado.
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