Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

METEOROLOGÍA
Hablando de nieve...
Cuatro vecinos de la comarca de Sahagún prestan su tiempo de forma voluntaria suministrando diariamente datos a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) que sirven a este organismo para que la información climática sea hoy más rigurosa que nunca.
Es posible que nunca se les llegue a ver en la ‘tele’ dando el parte, ni sean tan conocidos como Paco Montesdeoca, José Antonio Maldonado, Mariano Medina, Mario Picazo o Mónica López pero, gracias ellos, la información meteorológica es hoy en día más rigurosa, puntual y detallada.
Hablamos de los colaboradores voluntarios de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en el partido judicial de Sahagún, un total de cuatro personas que, de forma totalmente desinteresada, sin sueldo, reservan una parcela de su propia casa y de su valioso tiempo a la recogida y envío de datos de carácter pluviométricos (los que se refieren a la lluvia), térmicos (temperatura) o fenológicos (fenómenos biológicos) que permiten a la Aemet seguirle la pista al clima.
El año pasado se cumplía el primer siglo de vida de esta cadena de observadores meteorológicos 'aficionados', conocida como la Red Climatológica Secundaria y que nació para ampliar la por entonces insuficiente red de observatorios. Y es que, para conocer el clima de una zona, y no el tiempo que hace, y que está afectado por la propia orografía, se necesitan muchos puntos de comprensión.
Así, 'armados' de bolígrafo y papel, esta nómina de voluntarios y voluntarias repite un ejercicio sencillo pero requiere tiempo, dedicación diaria y puntualidad, puesto que la toma de datos climáticos se tiene que realizar a las ocho de la mañana, los 365 días del año y aunque nieve, aunque hiele o aunque la niebla no permita ver ni a tres en un burro.
Básicamente son dos el número de variables que miden: temperatura y precipitación; la temperatura es más homogénea, así que hay menos personas que la miden, pero las precipitaciones son muy cambiantes. Se sabe bien por experiencia que, por culpa de una de esas temidas nubes, pueden caer 20 litros de agua de golpe en un pueblo y en otro a 10 kilómetros ni una sola gota. Por eso, todas las estaciones que hay repartidas por la zona la miden.
Además de la temperatura o la pluviosidad, los voluntarios rellenan fichas diarias donde constan otros datos, por ejemplo, si ha nevado, granizado, si hubo tormenta, niebla, rocío, si amaneció el suelo cubierto de nieve…
No obstante, la Agencia Estatal de Meteorología, en su proceso constante de modernización, ha empezado a sustituir la figura de los colaboradores altruistas que, por otro lado, son ya difíciles de encontrar. Y es que, mientras que la primera modalidad consigue un dato diario, los nuevos sistemas mandan uno cada diez minutos e incluso más detallados: cómo se distribuye el agua a lo largo del día, la humedad, el viento o la dirección. Además están conectadas y se reciben los datos en tiempo real.
Así todo, la red de colaboradores va disminuyendo al mismo ritmo que se van 'apagando' los pueblos. Hay cada vez menos habitantes, la gente se hace mayor y muchos nos dicen que tienen que dejarlo porque se van a la ciudad a pasar el invierno a casa de sus hijos.
Hasta trece puntos de recogida de datos
En la actualidad, son cuatro las poblaciones de la comarca que cuentan con personal voluntario de la Aemet: Villamuñío, que está en activo desde 1971 y que, hoy por hoy, está gestionada por el párroco local; Villadiego de Cea, en funcionamiento desde 1965 y que tiene al frente a la joven Elvira Antón; Sahagún, una de las más antiguas de la provincia (1931), situada en la Casa Consistorial y atendida por Fernando Aguayo y, finalmente, Joarilla de las Matas, en activo desde 1963 y atendida actualmente por Valentina Melero (Tina).
Son cuatro, pero fueron muchos más. Según los datos aportados por la Agencia Estatal de Meteorología, en el pardido judicial de Sahagún llegaron a estar operativas hasta trece estaciones meteorológicas, las cuatro que todavía están en funcionamiento y nueve que fueron desapareciendo por diversos motivos: Riosequillo (1965-1992); Dehesa de Valdelocajos (1931-1959); San Pedro de las Dueñas (1976-1978); Mozos de Cea (1965-1996); Villamizar (1966-1972); Renedo de Valderaduey (1965-2005); Almanza (1931-1975); Quintanilla de Almanza (1946-1956) y San Pedro de Valderaduey (1965-1967).
Es posible que nunca se les llegue a ver en la ‘tele’ dando el parte, ni sean tan conocidos como Paco Montesdeoca, José Antonio Maldonado, Mariano Medina, Mario Picazo o Mónica López pero, gracias ellos, la información meteorológica es hoy en día más rigurosa, puntual y detallada.
Hablamos de los colaboradores voluntarios de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en el partido judicial de Sahagún, un total de cuatro personas que, de forma totalmente desinteresada, sin sueldo, reservan una parcela de su propia casa y de su valioso tiempo a la recogida y envío de datos de carácter pluviométricos (los que se refieren a la lluvia), térmicos (temperatura) o fenológicos (fenómenos biológicos) que permiten a la Aemet seguirle la pista al clima.
El año pasado se cumplía el primer siglo de vida de esta cadena de observadores meteorológicos 'aficionados', conocida como la Red Climatológica Secundaria y que nació para ampliar la por entonces insuficiente red de observatorios. Y es que, para conocer el clima de una zona, y no el tiempo que hace, y que está afectado por la propia orografía, se necesitan muchos puntos de comprensión.
Así, 'armados' de bolígrafo y papel, esta nómina de voluntarios y voluntarias repite un ejercicio sencillo pero requiere tiempo, dedicación diaria y puntualidad, puesto que la toma de datos climáticos se tiene que realizar a las ocho de la mañana, los 365 días del año y aunque nieve, aunque hiele o aunque la niebla no permita ver ni a tres en un burro.
Básicamente son dos el número de variables que miden: temperatura y precipitación; la temperatura es más homogénea, así que hay menos personas que la miden, pero las precipitaciones son muy cambiantes. Se sabe bien por experiencia que, por culpa de una de esas temidas nubes, pueden caer 20 litros de agua de golpe en un pueblo y en otro a 10 kilómetros ni una sola gota. Por eso, todas las estaciones que hay repartidas por la zona la miden.
Además de la temperatura o la pluviosidad, los voluntarios rellenan fichas diarias donde constan otros datos, por ejemplo, si ha nevado, granizado, si hubo tormenta, niebla, rocío, si amaneció el suelo cubierto de nieve…
No obstante, la Agencia Estatal de Meteorología, en su proceso constante de modernización, ha empezado a sustituir la figura de los colaboradores altruistas que, por otro lado, son ya difíciles de encontrar. Y es que, mientras que la primera modalidad consigue un dato diario, los nuevos sistemas mandan uno cada diez minutos e incluso más detallados: cómo se distribuye el agua a lo largo del día, la humedad, el viento o la dirección. Además están conectadas y se reciben los datos en tiempo real.
Así todo, la red de colaboradores va disminuyendo al mismo ritmo que se van 'apagando' los pueblos. Hay cada vez menos habitantes, la gente se hace mayor y muchos nos dicen que tienen que dejarlo porque se van a la ciudad a pasar el invierno a casa de sus hijos.
Hasta trece puntos de recogida de datos
En la actualidad, son cuatro las poblaciones de la comarca que cuentan con personal voluntario de la Aemet: Villamuñío, que está en activo desde 1971 y que, hoy por hoy, está gestionada por el párroco local; Villadiego de Cea, en funcionamiento desde 1965 y que tiene al frente a la joven Elvira Antón; Sahagún, una de las más antiguas de la provincia (1931), situada en la Casa Consistorial y atendida por Fernando Aguayo y, finalmente, Joarilla de las Matas, en activo desde 1963 y atendida actualmente por Valentina Melero (Tina).
Son cuatro, pero fueron muchos más. Según los datos aportados por la Agencia Estatal de Meteorología, en el pardido judicial de Sahagún llegaron a estar operativas hasta trece estaciones meteorológicas, las cuatro que todavía están en funcionamiento y nueve que fueron desapareciendo por diversos motivos: Riosequillo (1965-1992); Dehesa de Valdelocajos (1931-1959); San Pedro de las Dueñas (1976-1978); Mozos de Cea (1965-1996); Villamizar (1966-1972); Renedo de Valderaduey (1965-2005); Almanza (1931-1975); Quintanilla de Almanza (1946-1956) y San Pedro de Valderaduey (1965-1967).
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