La iglesia que tenía el cielo bajo el techo

Aunque sabían de su existencia, no deja de ser sorprendente el singular tesoro que esconde la iglesia mudéjar de Vallecillo, que ahora, a propósito de las obras de restauración que se están acometiendo en su cubierta, vuelven a ver la luz.

Lamentablemente es temporal y sólo para los ojos de los que trabajan en esta intervención de altura. 

Se trata de una serie de policromías ocultas entre la cubierta y una falsa bóveda que formarían parte de un conjunto de murales decorativos con los que se habrían decorado las paredes del templo en tiempos pasados. Ahora éstos tampoco son visibles y ‘duermen’ bajo una película de yeso aplicada antaño. 

Además de las pinturas, restos de un complejo artesonado que fue desmontado en el siglo XVIII y posteriormente reciclado para arreglar el tejado y fijar la bóveda completan el hallazgo anunciado.  

“Las obras comenzaron hace un mes y, al desmontar el tejado y despejar la bóveda, han quedado al descubierto parte de las pinturas murales que, previsiblemente, decoran toda la iglesia. Algo así como una Capilla Sixtina mudéjar”, explica el alcalde de Vallecillo, Javier Lagartos Pacho. 

Lamentablemente, la falta de presupuesto -la obra sólo contempla las reparaciones en la estructura- ocultará de nuevo las pinturas. Igualmente, las tablas del antiguo artesonado pasarán a almacenarse hasta que puedan ser recuperadas. “Están pintadas en tonos azules. Se aprecian algunas estrellas, lo que hace suponer que se trata de una representación de la bóveda celeste. Las pinturas de las paredes son más difíciles de descifrar. Podemos ver motivos vegetales y alguna figura humana, desnudos masculinos, que podrían tener que ver con la representación del infierno o el Juicio Final”, apunta el edil.