Hoy, dos de febrero, se conmemora el Día Mundial de los Humedales, fecha en la que se adoptó la Convención sobre los Humedales de 1971. La celebración busca poner el foco sobre la importancia de éstos para la biodiversidad y los beneficios que reportan, pero tal vez no haya muchos motivos para celebrar, sufriendo como sufren estas lagunas y charcas los continuos ataques ‘humanos’ en modo de incendios, contaminación o vertido de escombros, de ahí que la llamada de atención se haga quizá más necesaria que nunca.
El sureste leonés es especialmente rico y privilegiado en número de humedales, más pequeños que grandes, pero en todo caso son muchas las lagunas y charcas dignas de recibir una mayor atención, vigilancia y recursos. Las hay permanentes, semipermanentes y, las más, estacionales, es decir, que cogen agua o se secan en función de las lluvias de la temporada. En total son 73 los humedales registrados en esta zona, repartidos en los 20 ayuntamientos que la integran. En Castilla y León son 3.040 hectáreas de humedales acogidos al organismo internacional RAMSAR, repartidos en dos zonas: Villafáfila (Zamora) y La Nava (Palencia).
Los humedales son vitales para la vida. Se trata de uno de los entornos más productivos, alojan una importantísima diversidad biológica, y proporcionan el agua y los recursos de las que dependen innumerables especies de plantas y animales para sobrevivir y prosperar, además de ayudarnos a prevenir y adaptarnos al inevitable cambio climático.
En 1994, la Junta de Castilla y León aprobó el Catálogo Regional de Zonas Húmedas donde estableció su régimen de protección, incluyéndose en este catálogo hasta 20 zonas húmedas en la provincia de León, de las que en nuestro sureste se incluyeron a la Laguna Grande de Bercianos del Real Camino, Carnachos de El Burgo Ranero, Velaza de Villamuñío, Seca de Grajalejo de las Matas, Grande, Linos, Picos y Cifuentes de Valverde-Enrique y las de Vallejos y Villagrán de San Miguel de Montañán (Joarilla de las Matas).
Los más destacados
Dentro del elenco de esos 73 humedales censados en el sureste leonés destacan dos por su tamaño e interés: la Laguna Grande de Bercianos del Real Camino y la Sentiz de Valdepolo.
La Laguna Grande de Bercianos cuenta con una superficie de 15 hectáreas y está considerado como uno de los humedales más ricos en variedad ornitológica, sobre todo acuáticas, amén de peces, cangrejos, batracios, etcétera. También podemos encontrar en la zona aves esteparias residentes como Alcaraván, Avutarda, Ortega y Sisón, o estivales como el Aguilucho cenizo y el Cernícalo primilla. Aunque el ave estrella es sin lugar a dudas el Avetoro, una especie en peligro de extinción y muy singular que es objeto de estudios internacionales y de planes de recuperación específicos. El dormidero de estorninos (tordos) en las choperas cercanas hace que también sean todo un espectáculo visual los movimientos de las bandadas de estas aves en los momentos previos a la llegada de la noche en los atardeceres invernales. Valores añadidos a esta laguna grande en nombre y en extensión.
![[Img #18875]](http://sahagundigital.com/upload/images/02_2019/5689_laguna3.jpg)
En este humedal se han realizado acciones dignas de ser reseñadas, como la que organizó la Fundación Tierra Ibérica, en colaboración con el Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA-León) y la Asociación Cultural Padre Serapio de Bercianos, una jornada-taller de educación y sensibilización ambiental dedicada al Avetoro. O campañas de anillamiento donde se han dado casos de capturar, por ejemplo, un carricerín común (Acrocephalus schoenobaenus) que había sido anillado en Woumen (Bélgica), a más de 1.100 km. de distancia. Con sus ‘imponentes’ 10 gramos de peso, esta pequeña ave había atravesado media Europa en tan solo tres semanas.
El segundo ejemplo lo encontramos en la Laguna Sentiz (algunos autores la conocen como Sentiles) de Valdepolo. Esta laguna conserva todo el encanto de lo que, no hace muchos años, debieran ser todos los humedales de la provincia. Tan sólo unas torres de alta tensión cercanas pueden distraer de tanta belleza. Laguna esteparia asentada en el límite norte de tierra de Campos, al final de la extensa y reconocida altiplanicie de El Payuelo, es de aguas permanentes y tiene una extensión aproximada cinco hectáreas. Este paraje se ha convertido en un lugar predilecto para los aficionados a la fotografía que intentan obtener unas panorámicas idílicas y unos contrastes espectaculares, sobre todo en los atardeceres estivales.
Entre las aves que se pueden avistar en la Sentiz están la Espátula, Garza real, Zampullín, Ánade friso, Aguilucho lagunero, Somormujo lavanco, Pato cuchara, Azulón, Lavandera boyera, Collalba Gris o Rascón. Existen citas de interés de aves en paso como el citado Avetoro o la Polluela pintoja.
Excursiones para gozar
No es necesario ser un aficionado a la ornitología para disfrutar de estos humedales. Lo cierto es que con tantas y tan interesantes lagunas que hay en la comarca, bien se puede planificar una o varias excursiones para ver aves, hacer fotos o, simplemente, para darse una vuelta por los alrededores, ya sea a pie, en bici o en coche, cuidándose en esta última opción de dejar el automóvil un poco alejado del humedal. Unos circuitos que realizan asociaciones de ornitología como la SEO Birdlaif (https://www.seo.org) o los seguidores leoneses de BirdingLeon (http://birdingleon.blogspot.com.es) eligen algunos de los humedales citados en este reportaje provistos de prismáticos, catalejos y teleobjetivos fotográficos para pasar un hermoso día de campo, fiambrera en mano si fuera menester. También existe una alternativa más cómoda y descansada como es realizar una visita virtual por Internet aprovechando las fotos y los vídeos que circulan por la red.
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