Del Jueves, 16 de Octubre de 2025 al Viernes, 24 de Octubre de 2025
Juanda Rodríguez
En estado salvaje y para la cetrería
Dueñas y señoras del cielo
Aves rapaces y de presa en el sureste leonés
Puede que estén ahí mismo, encima de ti, pero no te percates de ello. Las aves rapaces, también denominadas aves de presa, tienen una enorme presencia en el sureste de la provincia de León, aunque en la mayoría de los casos ni las veas. Y este ‘don de la invisibilidad’ se debe al enorme sigilo con el que otean y cazan; otras, la mayor de las veces, por su velocidad de acción. Repasemos las principales variedades y subvariedades; tanto las nidificantes como las invernantes.
Un dato: de las especies de rapaces analizadas, al menos 21 tienen presencia en esta amplia comarca leonesa:
Las diurnas
El HALCÓN PEREGRINO es el rey, tanto por la velocidad que adquieren como por la enorme belleza de su estampa. Durante todo el año tenemos peregrinos en la comarca de Sahagún (y no sólo jacobeos precisamente). Como el resto de aves rapaces, son las hembras las que tiene más peso y envergadura, oscilando entre 400 a los 800 gramos.
En invierno hay más presencia con los invernantes o pasajeros que bajan huyendo de los fríos, por ejemplo, de la Península Escandinava. En estas llanuras de las tierras de Sahagún y Tierra de Campos vienen a pasar los meses del invierno atraídas por las palomas domésticas que crían en aquellos palomares que aún permanecen en pie y en producción, datos que conocemos gracias al anillamiento puntual que realizan ONGs como SEO/BirdLife. “La variedad que está aquí todo el año es el peregrino (Falco peregrinus), la subespecie brookei, mientras que los centroeuropeos y nórdicos vienen a pasar el invierno desde países como Albania, Bulgaria, Rumania, Ucrania y hasta de Rusia”, explica Julio César Pérez Guerra, cetrero en activo desde hace casi 40 años y miembro del Club de Cetrería y Conservación de Aves de Presa ‘Baharí’, con sede en La Virgen del Camino.
Las zonas de cría del peregrino son los cantiles del río Cea, repetidores de señal de TV y los postes de las líneas de alta tensión, pero jamás estos bellos halcones utilizan los árboles para sacar adelante su pollada. “Tenemos constancia de que una pareja de peregrinos ha criado en el silo del pueblo de Cea”, apunta Pérez Guerra.
Además de la sufrida paloma zurita o bravía, los machos, por aquello de ser más ágiles y de menor peso, tienden a alimentarse también de estorninos (tordos) u otros pequeños pajaritos; las hembras, por su parte, también puede llegar a cazar ánade real (pato), al igual que córvidos o perdices. “Debemos tener en cuenta que una perdiz puede llegar a pesar 450 gramos, un peso mayor que alguno de los machitos de este tipo de halcón”, apunta Julio César, cetrero y criador con experiencia tanto en España como en los países de Oriente Medio.
Además de la belleza innegable de estas aves, en su haber cuentan con ser también las más veloces. Su técnica de caza es la altanería, es decir, que se eleva a alturas que pueden superar los 1.000 metros, para efectuar un ataque en picado superando los 300 kilómetros hora, lo que lo convierte en el animal más rápido del mundo. Su peso aproximado ronda entre los 400 gramos de los machos y los 800 de las hembras.
El CERNÍCALO VULGAR (Falco tinnunculus) o cernícalo común es estacionario y sin duda el más reconocible. La palabra cernícalo viene de cernir, es el arte de caza que utiliza quedándose con sus alas suspendido en la vertical del roedor o del insecto de turno, con una altura no superior a los siete u ocho metros, para lanzarse en picado por sorpresa hacia ellos.
Este halconcillo cría principalmente en árboles, bajo teja e incluso en una maceta en una terraza como se ha dado el caso en un barrio conocido de la ciudad de León. Se alimenta de pequeños roedores e insectos como saltamontes, cigarras…
El CERNÍCALO PRIMILLA (Falco naumanni) es invernante y nidifica en colonias en viejas edificaciones de palomares, casetas e iglesias/ermitas. Puede poner hasta seis huevos.
Ambos, el Común y el Primilla, son buenos colaboradores de los labradores, manteniendo ‘a raya’ esas plagas de topillos o ratones de campo, al igual que los insectos, que tantos perjuicios causan en las cosechas de cereal. El peso ronda entre los 160 gramos del macho a los 220 de la hembra.
El ALCOTÁN (Falco subbuteo) es de los halcones distribuidos por nuestro territorio, el más escaso en presencia. Similar a un gran vencejo en vuelo, el adulto se ve muy oscuro y con la mejilla pálida. Ocupa zonas forestales donde sitúa el nido, con zonas abiertas donde caza. Su reproducción resulta tardía, de forma que el periodo de cría de los pollos coincide con una gran abundancia de insectos y con el paso migratorio de pequeñas aves a mediados del verano. En nuestra zona sólo llega para criar.
ÁGUILA CULEBRERA (Circaetus gallicus). El ave tiene una amplia distribución provincia, y aunque es mayor en zonas de montaña, también tiene presencia en las tierras llanas del sur, en Tierra de Campos. Nidifica en árboles y también es un ave invernante.
HALCÓN ABEJERO (Pernis apivorus). Ligado a áreas boscosas, el abejero es una rapaz estival que realiza largas singladuras hasta alcanzar el continente africano, donde inverna, para lo que necesita antes canalizar su migración a través del Estrecho de Gibraltar, donde se concentra en gran número. Las adaptaciones a sus curiosas preferencias alimentarias —avispas, abejorros— lo llevan a sincronizar su ciclo reproductor y migración con el periodo de mayor abundancia de estas singulares presas para una rapaz.
El ÁGUILA CALZADA (Aquila pennata) es invernante, sólo llega a la Península para criar y sacar adelante a su prole. Las áreas forestales y parcialmente arboladas cuentan con la mayor población europea de una rapaz viajera, de vuelo ágil y aspecto estilizado, que se alimenta sobre todo de aves medianas, conejos y lagartos. Puede presentar dos fases de coloración muy diferentes y que, al contrario que otras rapaces, parece mantener poblaciones estables o en ligero aumento.
El RATONERO COMÚN (Buteo buteo), también llamado ratonero o busardo, es sin lugar a duda la rapaz más abundantes junto con los cernícalos. Muchos habéis visto sin siquiera darse cuenta, pues la mayor parte de las rapaces que ocasionalmente se ven desde un coche, ya sea volando o posadas sobre algún poste de teléfono son, precisamente, ratoneros. Postes que utilizan en modo de atalaya desde el que se lanzan hacia su presa.
El AGUILUCHO CENIZO (Circus pygargus), una rapaz muy ligada a las actividades humanas pues depende estrechamente de las grandes extensiones cultivadas de trigo y cebada, donde instala los nidos. A cambio de alojarse en los cultivos del hombre, el aguilucho cenizo elimina ingentes cantidades de topillos, ratones, langostas y aves granívoras, que constituyen sus presas habituales. El cenizo es migrador, único de nuestros aguiluchos de la zona.
El AGUILUCHO PÁLIDO (Circus cyaneus) se ha asentado en las llanuras cerealistas del centro y norte de la Península, donde comparten hábitat con su cercano pariente el aguilucho cenizo. Caza buscando en el suelo con un vuelo de planeo rápido y bajo intentando sorprender a aves pequeñas o incapacitadas, pequeños roedores e incluso insectos grandes. Pone hasta nueve huevos, de color blanco-azulado, en un nido realizado en el suelo.
El AGUILUCHO LAGUNERO (Circus aeruginosus), al igual que sus ‘primos’ el pálido y cenizo, se alimentan de las mismas presas -roedores e insectos- si bien su principal cualidad es que frecuentan los humedales donde, además de nidificar, pueden alimentarse también de culebrillas y de batracios.
Aquí debemos distinguir entre MILANO REAL (Milvus milvus), y el MILANO NEGRO (Milvus migrans), si bien este último no tiene un plumaje tan oscuro, por lo que entendemos que fue así bautizado sólo por distinguir con el primero. Existe una considerable población reproductora de milano real, considerada una mediana rapaz, de coloración rojiza, cola ahorquillada y vuelo extraordinariamente ágil, al tiempo que acoge un importante contingente invernante de aves europeas. A pesar de su aparente abundancia, la población de milano real ha experimentado un acusado descenso en los últimos años. Durante la invernada, esta rapaz de tendencias bastante carroñeras forma dormideros comunales situados en bosquetes o pequeños sotos fluviales. El negro también es un gran oportunista y adaptado, ya sea a la hora de reproducirse como en el momento de procurarse alimento. De hábitos bastante gregarios y tendencias decididamente carroñeras, el milano negro es capaz de explotar las más diversas fuentes de alimentación, desde las explosiones de insectos o topillos, hasta los animales atropellados en la carretera, sin olvidar la ingente cantidad de recursos que le ofrecen muladares, basureros, granjas y mataderos.
Este falconiforme, El ESMEREJÓN, (Falco columbarius) es ave invernante, “pero es curioso que cada vez pasa más tiempo por estos lares”, informa Pérez Guerra, cuando lo normal es que se le vea de noviembre a marzo. En esta zona de Sahagún tiene la enorme despensa que suponen los miles bisbitas y otras aves pequeñas y medianas que frecuentan baldíos, páramos y rastrojeras. Se trata del veloz esmerejón, el falcónido más pequeño de la fauna europea, un ave que se instala siempre en áreas abiertas. Es de todas las especies de rapaces, es el más acrobático y perseguidor. Puede cazar tanto por bajo vuelo como por altanería, si bien utiliza como atalaya un simple terrón/cavón dejado por la vertedera del arado.
Los accipiter
El GAVILÁN (Accipiter nisus) está con nosotros durante todo el año. Éste, cría en cualquier pequeña chopera o pinar. Su alimentación es a base de pequeños pajaritos como pueden ser estorninos y gorriones (pardales). Que sólo frecuenten las poblaciones habitadas es el motivo de que se dejen ver un poco más que sus parientes. “La bajada dramática que ha sufrido el gorrión no es para debito a sus predadores, sino a los cambios de las técnicas agrarias en extensivo y del modo de vida de la gente que resiste en el pueblo”, observa nuestro cetrero experto. Su peso ronda entre los 180-230 gramos.
El AZOR IBÉRICO (Accipiter gentilis) es más difícil de ver. Muy sigiloso, abunda en los bosques, pero también hace incursiones en las zonas llanas como la de buena parte del sureste leonés. Su técnica de caza es la del vuelo rasante (en cetrería sería bajo vuelo), pero en época de celo el macho suele subir en térmicas (elevarse con las corrientes de calor como si fueran halcones) dejándose ver más fácilmente.
Dentro de toda la comarca, hay testimonio de presencia de norte a sur y de este a oeste, si bien abunda más en la zona norte del alto Cea y alto Valderaduey. Sí que se ha dado el caso paradójico de una hembra de azor joven capturada (y soltada de nuevo al norte de la provincia) en el término municipal de Vallecillo, después de matar y comer tres gallinas del mismo gallinero.
El azor es ave estacionaria y tiene en el conejo la principal fuente de alimentación. El peso de macho ronda los 500 gramos y la hembra puede alcanzar los 800.
Las nocturnas
El rey de la noche es el BÚHO REAL (Bubo bubo), es más fácil de ver en los montes de Almanza y Cebanico. Hay testimonios de su presencia en pinar y robledal. También tiene en el conejo su principal fuente de alimentación, al igual que el erizo.
El BÚHO CHICO (Asio otus) es el siguiente en la escala de tamaño de las nocturnas. Al igual que el real, gusta de oquedades de viejas chopas, aunque el chico también suele invadir nidos de córvidos como es la corneja. Hay abundancia en toda la zona de estudio. Durante el invierno recibimos un importante contingente de aves procedentes de altas latitudes del continente europeo que, olvidando su carácter habitualmente esquivo y solitario, suelen agruparse en concurridos dormideros.
La LECHUZA CAMPESTRE (Asio flammeus) a diferencia de otros miembros de su familia, manifiesta hábitos parcialmente diurnos, por lo que no resulta raro verlo patrullar sobre baldíos, junqueras y herbazales, en busca de los pequeños vertebrados de los que se alimenta. De carácter viajero y nómada, las poblaciones reproductoras de este búho de los espacios abiertos han experimentado un considerable aumento en nuestro territorio, como consecuencia, sobre todo, de las explosiones demográficas del topillo campesino. Su peso ronda los 200 gramos.
La LECHUZA COMÚN (Tyto alba), como el resto de nocturnas, “desarrollan el periodo de crianza en función de la abundancia de alimento, por eso en año de explosión de topillos, hacen unas puestas muy grandes y pueden sacar hasta siete u ocho polluelos, que en el resto de las rapaces parece impensable”, apunta Julio César. Con querencia por los campanarios e iglesias, o casas en ruina para dormir y criar. El 90% de la alimentación es a base de roedores. Su peso oscila entre los 180-200 gramos.
El MOCHUELO EUROPEO o MOCHUELO COMÚN (Athene noctua) tiene unos 25 centímetros de longitud de pico a punta de la cola y un peso medio de 120 gramos. Abunda en toda España, por consiguiente, también en nuestra zona de estudio. Caza sobre todo pequeños roedores, insectos grandes, pequeños pájaros y gusanos. En algún pueblo del entorno se le conoce al mochuelo como ‘el Fonso’, sin que sepamos relación o causa al respecto.
El AUTILLO EUROPEO (Otus scops) es la más pequeña de nuestras rapaces nocturnas y también es invernante. Ave discreta y en general reservada, que suele pasar inadvertida gracias al excelente camuflaje que le proporciona su plumaje, aunque resulta, en cambio, fácil de detectar por su característico canto. De dieta básicamente insectívora, el autillo europeo resulta muy sensible a las transformaciones del hábitat y al uso de plaguicidas. Su peso de ‘superpluma’ ronda los 80 gramos.
Carroñeras
BUITRE LEONADO. Nada más que muere una res en el campo, principalmente de ovino que pastorea, comienzan a llegar desde largas distancias los buitres leonados, que tan bien conocemos y distinguimos por la forma de narrarlo el fallecido doctor Félix Rodríguez de la Fuente. Llegan desde la Montaña Central y desde Picos de Europa. “Para ellos hacer 100 kilómetros no les supone ningún tipo de esfuerzo”, observa Pérez Guerra. El peso del buitre anda entre los tres kilos del macho y los cuatro de la hembra.
La cetrería
La cetrería es la actividad de cazar con aves rapaces entrenadas, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa para la captura de especies de volatería o de tierra. Biológicamente se trata de una simbiosis entre hombre y animal. El 16 de noviembre de 2010, la Unesco la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, argumentando que se trata de un arte que ya practicaban los egipcios, pero que en la Edad Media su estuvo ligada a la nobleza y a los potentados. Acabó decayendo por el progreso de las armas de fuego. En los años 60 del siglo pasado, la figura del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente la hizo resurgir con la edición de sus libros y la emisión de programas de televisión como fue ‘El Hombre y la Tierra’.
En nuestra comarca no existen un número exagerado de seguidores del arte de amaestrar estas aves que nacen el 100% en centros de cría en cautividad (está prohibido el desnide), pero sí que al menos el Coto Privado de Caza de Vallecillo lo tiene habilitado para la caza a través de la cetrería.
![[Img #19291]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/8035_alcon-seo.jpg)
Puede que estén ahí mismo, encima de ti, pero no te percates de ello. Las aves rapaces, también denominadas aves de presa, tienen una enorme presencia en el sureste de la provincia de León, aunque en la mayoría de los casos ni las veas. Y este ‘don de la invisibilidad’ se debe al enorme sigilo con el que otean y cazan; otras, la mayor de las veces, por su velocidad de acción. Repasemos las principales variedades y subvariedades; tanto las nidificantes como las invernantes.
Un dato: de las especies de rapaces analizadas, al menos 21 tienen presencia en esta amplia comarca leonesa:
Las diurnas
El HALCÓN PEREGRINO es el rey, tanto por la velocidad que adquieren como por la enorme belleza de su estampa. Durante todo el año tenemos peregrinos en la comarca de Sahagún (y no sólo jacobeos precisamente). Como el resto de aves rapaces, son las hembras las que tiene más peso y envergadura, oscilando entre 400 a los 800 gramos.
En invierno hay más presencia con los invernantes o pasajeros que bajan huyendo de los fríos, por ejemplo, de la Península Escandinava. En estas llanuras de las tierras de Sahagún y Tierra de Campos vienen a pasar los meses del invierno atraídas por las palomas domésticas que crían en aquellos palomares que aún permanecen en pie y en producción, datos que conocemos gracias al anillamiento puntual que realizan ONGs como SEO/BirdLife. “La variedad que está aquí todo el año es el peregrino (Falco peregrinus), la subespecie brookei, mientras que los centroeuropeos y nórdicos vienen a pasar el invierno desde países como Albania, Bulgaria, Rumania, Ucrania y hasta de Rusia”, explica Julio César Pérez Guerra, cetrero en activo desde hace casi 40 años y miembro del Club de Cetrería y Conservación de Aves de Presa ‘Baharí’, con sede en La Virgen del Camino.
Las zonas de cría del peregrino son los cantiles del río Cea, repetidores de señal de TV y los postes de las líneas de alta tensión, pero jamás estos bellos halcones utilizan los árboles para sacar adelante su pollada. “Tenemos constancia de que una pareja de peregrinos ha criado en el silo del pueblo de Cea”, apunta Pérez Guerra.
Además de la sufrida paloma zurita o bravía, los machos, por aquello de ser más ágiles y de menor peso, tienden a alimentarse también de estorninos (tordos) u otros pequeños pajaritos; las hembras, por su parte, también puede llegar a cazar ánade real (pato), al igual que córvidos o perdices. “Debemos tener en cuenta que una perdiz puede llegar a pesar 450 gramos, un peso mayor que alguno de los machitos de este tipo de halcón”, apunta Julio César, cetrero y criador con experiencia tanto en España como en los países de Oriente Medio.
Además de la belleza innegable de estas aves, en su haber cuentan con ser también las más veloces. Su técnica de caza es la altanería, es decir, que se eleva a alturas que pueden superar los 1.000 metros, para efectuar un ataque en picado superando los 300 kilómetros hora, lo que lo convierte en el animal más rápido del mundo. Su peso aproximado ronda entre los 400 gramos de los machos y los 800 de las hembras.
![[Img #19287]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/3299_cernicalo.jpg)
El CERNÍCALO VULGAR (Falco tinnunculus) o cernícalo común es estacionario y sin duda el más reconocible. La palabra cernícalo viene de cernir, es el arte de caza que utiliza quedándose con sus alas suspendido en la vertical del roedor o del insecto de turno, con una altura no superior a los siete u ocho metros, para lanzarse en picado por sorpresa hacia ellos.
Este halconcillo cría principalmente en árboles, bajo teja e incluso en una maceta en una terraza como se ha dado el caso en un barrio conocido de la ciudad de León. Se alimenta de pequeños roedores e insectos como saltamontes, cigarras…
El CERNÍCALO PRIMILLA (Falco naumanni) es invernante y nidifica en colonias en viejas edificaciones de palomares, casetas e iglesias/ermitas. Puede poner hasta seis huevos.
Ambos, el Común y el Primilla, son buenos colaboradores de los labradores, manteniendo ‘a raya’ esas plagas de topillos o ratones de campo, al igual que los insectos, que tantos perjuicios causan en las cosechas de cereal. El peso ronda entre los 160 gramos del macho a los 220 de la hembra.
El ALCOTÁN (Falco subbuteo) es de los halcones distribuidos por nuestro territorio, el más escaso en presencia. Similar a un gran vencejo en vuelo, el adulto se ve muy oscuro y con la mejilla pálida. Ocupa zonas forestales donde sitúa el nido, con zonas abiertas donde caza. Su reproducción resulta tardía, de forma que el periodo de cría de los pollos coincide con una gran abundancia de insectos y con el paso migratorio de pequeñas aves a mediados del verano. En nuestra zona sólo llega para criar.
ÁGUILA CULEBRERA (Circaetus gallicus). El ave tiene una amplia distribución provincia, y aunque es mayor en zonas de montaña, también tiene presencia en las tierras llanas del sur, en Tierra de Campos. Nidifica en árboles y también es un ave invernante.
HALCÓN ABEJERO (Pernis apivorus). Ligado a áreas boscosas, el abejero es una rapaz estival que realiza largas singladuras hasta alcanzar el continente africano, donde inverna, para lo que necesita antes canalizar su migración a través del Estrecho de Gibraltar, donde se concentra en gran número. Las adaptaciones a sus curiosas preferencias alimentarias —avispas, abejorros— lo llevan a sincronizar su ciclo reproductor y migración con el periodo de mayor abundancia de estas singulares presas para una rapaz.
El ÁGUILA CALZADA (Aquila pennata) es invernante, sólo llega a la Península para criar y sacar adelante a su prole. Las áreas forestales y parcialmente arboladas cuentan con la mayor población europea de una rapaz viajera, de vuelo ágil y aspecto estilizado, que se alimenta sobre todo de aves medianas, conejos y lagartos. Puede presentar dos fases de coloración muy diferentes y que, al contrario que otras rapaces, parece mantener poblaciones estables o en ligero aumento.
![[Img #19289]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/8767_ratonero.jpg)
El RATONERO COMÚN (Buteo buteo), también llamado ratonero o busardo, es sin lugar a duda la rapaz más abundantes junto con los cernícalos. Muchos habéis visto sin siquiera darse cuenta, pues la mayor parte de las rapaces que ocasionalmente se ven desde un coche, ya sea volando o posadas sobre algún poste de teléfono son, precisamente, ratoneros. Postes que utilizan en modo de atalaya desde el que se lanzan hacia su presa.
El AGUILUCHO CENIZO (Circus pygargus), una rapaz muy ligada a las actividades humanas pues depende estrechamente de las grandes extensiones cultivadas de trigo y cebada, donde instala los nidos. A cambio de alojarse en los cultivos del hombre, el aguilucho cenizo elimina ingentes cantidades de topillos, ratones, langostas y aves granívoras, que constituyen sus presas habituales. El cenizo es migrador, único de nuestros aguiluchos de la zona.
El AGUILUCHO PÁLIDO (Circus cyaneus) se ha asentado en las llanuras cerealistas del centro y norte de la Península, donde comparten hábitat con su cercano pariente el aguilucho cenizo. Caza buscando en el suelo con un vuelo de planeo rápido y bajo intentando sorprender a aves pequeñas o incapacitadas, pequeños roedores e incluso insectos grandes. Pone hasta nueve huevos, de color blanco-azulado, en un nido realizado en el suelo.
El AGUILUCHO LAGUNERO (Circus aeruginosus), al igual que sus ‘primos’ el pálido y cenizo, se alimentan de las mismas presas -roedores e insectos- si bien su principal cualidad es que frecuentan los humedales donde, además de nidificar, pueden alimentarse también de culebrillas y de batracios.
Aquí debemos distinguir entre MILANO REAL (Milvus milvus), y el MILANO NEGRO (Milvus migrans), si bien este último no tiene un plumaje tan oscuro, por lo que entendemos que fue así bautizado sólo por distinguir con el primero. Existe una considerable población reproductora de milano real, considerada una mediana rapaz, de coloración rojiza, cola ahorquillada y vuelo extraordinariamente ágil, al tiempo que acoge un importante contingente invernante de aves europeas. A pesar de su aparente abundancia, la población de milano real ha experimentado un acusado descenso en los últimos años. Durante la invernada, esta rapaz de tendencias bastante carroñeras forma dormideros comunales situados en bosquetes o pequeños sotos fluviales. El negro también es un gran oportunista y adaptado, ya sea a la hora de reproducirse como en el momento de procurarse alimento. De hábitos bastante gregarios y tendencias decididamente carroñeras, el milano negro es capaz de explotar las más diversas fuentes de alimentación, desde las explosiones de insectos o topillos, hasta los animales atropellados en la carretera, sin olvidar la ingente cantidad de recursos que le ofrecen muladares, basureros, granjas y mataderos.
Este falconiforme, El ESMEREJÓN, (Falco columbarius) es ave invernante, “pero es curioso que cada vez pasa más tiempo por estos lares”, informa Pérez Guerra, cuando lo normal es que se le vea de noviembre a marzo. En esta zona de Sahagún tiene la enorme despensa que suponen los miles bisbitas y otras aves pequeñas y medianas que frecuentan baldíos, páramos y rastrojeras. Se trata del veloz esmerejón, el falcónido más pequeño de la fauna europea, un ave que se instala siempre en áreas abiertas. Es de todas las especies de rapaces, es el más acrobático y perseguidor. Puede cazar tanto por bajo vuelo como por altanería, si bien utiliza como atalaya un simple terrón/cavón dejado por la vertedera del arado.
![[Img #19288]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/2966_gavilan-villeza-mia.jpg)
Los accipiter
El GAVILÁN (Accipiter nisus) está con nosotros durante todo el año. Éste, cría en cualquier pequeña chopera o pinar. Su alimentación es a base de pequeños pajaritos como pueden ser estorninos y gorriones (pardales). Que sólo frecuenten las poblaciones habitadas es el motivo de que se dejen ver un poco más que sus parientes. “La bajada dramática que ha sufrido el gorrión no es para debito a sus predadores, sino a los cambios de las técnicas agrarias en extensivo y del modo de vida de la gente que resiste en el pueblo”, observa nuestro cetrero experto. Su peso ronda entre los 180-230 gramos.
![[Img #19285]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/1852_azor.jpg)
El AZOR IBÉRICO (Accipiter gentilis) es más difícil de ver. Muy sigiloso, abunda en los bosques, pero también hace incursiones en las zonas llanas como la de buena parte del sureste leonés. Su técnica de caza es la del vuelo rasante (en cetrería sería bajo vuelo), pero en época de celo el macho suele subir en térmicas (elevarse con las corrientes de calor como si fueran halcones) dejándose ver más fácilmente.
Dentro de toda la comarca, hay testimonio de presencia de norte a sur y de este a oeste, si bien abunda más en la zona norte del alto Cea y alto Valderaduey. Sí que se ha dado el caso paradójico de una hembra de azor joven capturada (y soltada de nuevo al norte de la provincia) en el término municipal de Vallecillo, después de matar y comer tres gallinas del mismo gallinero.
El azor es ave estacionaria y tiene en el conejo la principal fuente de alimentación. El peso de macho ronda los 500 gramos y la hembra puede alcanzar los 800.
Las nocturnas
El rey de la noche es el BÚHO REAL (Bubo bubo), es más fácil de ver en los montes de Almanza y Cebanico. Hay testimonios de su presencia en pinar y robledal. También tiene en el conejo su principal fuente de alimentación, al igual que el erizo.
El BÚHO CHICO (Asio otus) es el siguiente en la escala de tamaño de las nocturnas. Al igual que el real, gusta de oquedades de viejas chopas, aunque el chico también suele invadir nidos de córvidos como es la corneja. Hay abundancia en toda la zona de estudio. Durante el invierno recibimos un importante contingente de aves procedentes de altas latitudes del continente europeo que, olvidando su carácter habitualmente esquivo y solitario, suelen agruparse en concurridos dormideros.
La LECHUZA CAMPESTRE (Asio flammeus) a diferencia de otros miembros de su familia, manifiesta hábitos parcialmente diurnos, por lo que no resulta raro verlo patrullar sobre baldíos, junqueras y herbazales, en busca de los pequeños vertebrados de los que se alimenta. De carácter viajero y nómada, las poblaciones reproductoras de este búho de los espacios abiertos han experimentado un considerable aumento en nuestro territorio, como consecuencia, sobre todo, de las explosiones demográficas del topillo campesino. Su peso ronda los 200 gramos.
La LECHUZA COMÚN (Tyto alba), como el resto de nocturnas, “desarrollan el periodo de crianza en función de la abundancia de alimento, por eso en año de explosión de topillos, hacen unas puestas muy grandes y pueden sacar hasta siete u ocho polluelos, que en el resto de las rapaces parece impensable”, apunta Julio César. Con querencia por los campanarios e iglesias, o casas en ruina para dormir y criar. El 90% de la alimentación es a base de roedores. Su peso oscila entre los 180-200 gramos.
El MOCHUELO EUROPEO o MOCHUELO COMÚN (Athene noctua) tiene unos 25 centímetros de longitud de pico a punta de la cola y un peso medio de 120 gramos. Abunda en toda España, por consiguiente, también en nuestra zona de estudio. Caza sobre todo pequeños roedores, insectos grandes, pequeños pájaros y gusanos. En algún pueblo del entorno se le conoce al mochuelo como ‘el Fonso’, sin que sepamos relación o causa al respecto.
El AUTILLO EUROPEO (Otus scops) es la más pequeña de nuestras rapaces nocturnas y también es invernante. Ave discreta y en general reservada, que suele pasar inadvertida gracias al excelente camuflaje que le proporciona su plumaje, aunque resulta, en cambio, fácil de detectar por su característico canto. De dieta básicamente insectívora, el autillo europeo resulta muy sensible a las transformaciones del hábitat y al uso de plaguicidas. Su peso de ‘superpluma’ ronda los 80 gramos.
![[Img #19286]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/478_a1.jpg)
Carroñeras
BUITRE LEONADO. Nada más que muere una res en el campo, principalmente de ovino que pastorea, comienzan a llegar desde largas distancias los buitres leonados, que tan bien conocemos y distinguimos por la forma de narrarlo el fallecido doctor Félix Rodríguez de la Fuente. Llegan desde la Montaña Central y desde Picos de Europa. “Para ellos hacer 100 kilómetros no les supone ningún tipo de esfuerzo”, observa Pérez Guerra. El peso del buitre anda entre los tres kilos del macho y los cuatro de la hembra.
![[Img #19290]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2019/6880_cetreria-mia.jpg)
La cetrería
La cetrería es la actividad de cazar con aves rapaces entrenadas, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa para la captura de especies de volatería o de tierra. Biológicamente se trata de una simbiosis entre hombre y animal. El 16 de noviembre de 2010, la Unesco la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, argumentando que se trata de un arte que ya practicaban los egipcios, pero que en la Edad Media su estuvo ligada a la nobleza y a los potentados. Acabó decayendo por el progreso de las armas de fuego. En los años 60 del siglo pasado, la figura del naturalista Félix Rodríguez de la Fuente la hizo resurgir con la edición de sus libros y la emisión de programas de televisión como fue ‘El Hombre y la Tierra’.
En nuestra comarca no existen un número exagerado de seguidores del arte de amaestrar estas aves que nacen el 100% en centros de cría en cautividad (está prohibido el desnide), pero sí que al menos el Coto Privado de Caza de Vallecillo lo tiene habilitado para la caza a través de la cetrería.








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