Para María: un tango y una tarta con 100 velas

 

La residencia Hogar San José, en Sahagún, celebró el pasado viernes por todo lo alto el centésimo cumpleaños de una de sus residentes, María Eugenia Rodríguez Álvarez, María, agasajada por sus compañeros, familia y amigos con una fiesta en la que no faltó de nada: actos religiosos, entrega de obsequios y detalles florales, recital de poemas, la proyección de un montaje con imágenes de la vida de la homenajeada, una comida especial, piñata… 

 

María Eugenia Rodríguez entró así en el ‘Club del Siglo’ repasando su larga e intensa vida, que tiene como punto de partida Villa Ballester, una ciudad ubicada en el centro del partido de General San Martín (provincia de Buenos Aires), Argentina, en la zona norte del Gran Buenos Aires, donde habían emigrado sus padres años atrás. No obstante, María Eugenia no guarda muchos recuerdos de esa etapa de su vida con ritmo de tango ya que, con solo doce meses regresó a España en los brazos de su madre, concretamente a Pobladura de las Regueras, una entidad local menor perteneciente al municipio de Igüeña, en la comarca de El Bierzo. 

 

Allí tocó trabajar desde niña. Trabajar muy duro. Unas veces como pastora, junto a su madre; otras como obreras en el campo o incluso clasificando carbón, en la mina… años difíciles que dieron paso a un giro decisivo en la vida de María Eugenia: su llegada a Sahagún. En la población jacobea residía un hermano y allí se fue, y allí también trabajó duro como hortelana en la vega del Cea, donde conoció a Bernabé Cuenca, con quien formó su familia.  

 

Como es habitual, el Ayuntamiento de Sahagún hizo entrega de un ramo de flores, rosas rojas, a esta nueva centenaria, la primera de las tres veteranas que, previsiblemente, cumplirán esa cifra este año en la residencia Hogar San José.