Bercianos repicará las campanas de su nueva ‘iglesia’ veinte años después del inicio de las obras

 

Decía Gardel en aquel conocido tango eso de que “20 años no es nada”. Y 20 años ‘de nada’ es el tiempo que ha pasado desde que en Bercianos del Real Camino veían ponen la primera piedra de su nueva iglesia, a la vera del Camino de Santiago. Un nuevo templo que venía a reponer al que, dos años antes, en junio de 1998, se tragaba la tierra fruto del paso del tiempo, del olvido y de las grietas. Dos décadas y unos 300.000 euros después, esa primera piedra sujeta ya un edificio completo que, según calculan desde el Ayuntamiento, se podrá inaugurar este mismo año. 

 

Era lunes, ocho de junio de 1998. Una nube de polvo que salía de la iglesia de San Salvador, del siglo XV, activaba todas las alarmas. Algo se había hundido dentro. Pocos minutos después la torre, de 30 metros de altura, comenzaba a temblar, cuarteándose al poco y, casi sin hacer ruido, llegaba el desplome. Era crónica anunciada. El templo mayor de Bercianos sufría el mal de la ruina y, aquella mañana, volvía a la tierra entre lágrimas de feligreses y vecinos.

 

 

 

Aunque Bercianos ya contaba con otra alternativa en cuanto al culto -la ermita de San Roque- la corporación de entonces, liderada por el fallecido Nicolás Rivero, sopesó iniciar la construcción de una nueva iglesia, en las proximidades de las eras, en un pequeño altozano. 

 

La inversión era fuerte, 65 millones de pesetas, una cifra totalmente inasumible para el Ayuntamiento que, a base de subvenciones (Diputación, Junta de Castilla y León, los fondos europeos que gestiona el GAL Adescas, Obispado…) logrará este año poner fin a su particular Escorial. 

 

No obstante, el proyecto inicial ha sufrido modificaciones, acomodándose con coherencia a las necesidades del momento. “El edificio se concibió como iglesia, pero a medida que pasó el tiempo las necesidades de nuestros vecinos cambiaron y, por extensión, cambió el proyecto”, explica el alcalde de Bercianos, Víctor Fidel Rueda. “Ahora lo entendemos como un edificio polivalente, de usos múltiples. Si algún día tiene que ser iglesia… será… pero con el número de vecinos que tenemos la ermita de San Roque cubre las necesidades de culto… cada vez hay menos vecinos”, comenta con un punto de resignación el primer edil de Bercianos. 

 

 

 

En cuanto a las obras que faltan, la corporación municipal acaba de aprobar el proyecto técnico correspondiente a los aseos del edificio: “con esta intervención, de unos 30.000 euros y que sufraga principalmente la Diputación a través del Plan Provincial 2019, daremos por finalizada la obra”, adelanta el alcalde de Bercianos, Víctor Fidel Rueda García. “Nos quedaría para rematar incorporar algo de mobiliario”, también listo este mismo año.