Emilio Vilar Emilio Vilar 10
Domingo, 14 de Abril de 2013
14 de abril. La República

Los hermosos vencidos

Dos personajes de mi infancia yacen sepultados bajo un injusto y cruel olvido. Ambos tuvieron una brillante carrera militar en el Ejército Popular de la II República Española y los dos vivieron la derrota con dignidad en sus últimos años de vida en mi pueblo, Sahagún.

[Img #3096]Ernesto Güemes, era un hombre solitario, con aire distinguido al que nunca vi relacionarse con nadie, soltero, vivía con sus hermanas también solteras. Paseaba silencioso por el pueblo con sombrero, bastón y gafas oscuras. Solía usar un pañuelo al cuello, cuidado bigote y tenía amputada la parte anterior  de su pie derecho, por lo que usaba unas botas ortopédicas que me llamaban poderosamente la atención. Me producía un extraño temor, no sé por qué, quizás escuché algún comentario despectivo de alguien que lo dibujó como un malvado, un rojo lleno de odio y rencor.

El otro era mucho más entrañable. Pablo el chatarrero era un personaje del que guardo un gratísimo recuerdo. En mi infancia los niños le llevábamos a vender metales para sacarnos una propina. Pablo tenía una paciencia infinita y unas cualidades didácticas que ya quisieran para sí nuestros maestros. Algunas veces le llevaba una bola de cobre producto de la búsqueda de varias semanas, él lo pesaba con una balanza romana y empezaba una improvisada clase de cálculo matemático que uno intentaba evitar a toda costa. Te decía lo que había pesado tu mercancía, el precio del kilo y después de unos segundos  preguntaba lo que tenía que pagarte. La transacción acababa siempre con el mismo consejo: Tienes que aprender para que no dependas de los que saben. 

Ernesto Güemes Ramos nació en Sahagún en 1902. Inició su carrera militar en África y en 1923 alcanzó el grado de Capitán. Posteriormente se retiró con ese empleo hasta el 18 de julio de 1936. La sublevación militar fascista y su fidelidad a la República debieron remover su espíritu militar y volvió a vestir el uniforme de infantería, esta vez con el grado de Comandante. En diciembre del 36 se constituyó en Jaén la 24 Brigada Mixta, cuyo mando se encomendó al comandante Güemes. En enero del 37 se acantonó en Colmenar hasta febrero, que entró en combate en la Batalla del Jarama con una intervención muy destacada. 

Era la semana santa de 1977, aquel Sábado Santo el Partido Comunista fue legalizado. En cuanto saltó la noticia fui a buscar a Pablo a la chatarrería, estaba cerrada, pregunté por él en el bar al que solía ir, me dijeron que estaba en su casa de Villamol, un pueblo próximo a Sahagún del que era natural. No fue difícil dar con su casa, de adobe y planta baja; la puerta estaba abierta. “Entre quien sea” fue la respuesta a la llamada de mis nudillos. En la pared del pasillo de entrada había un tríptico gótico, seguí caminando unos pasos y entré en la cocina en la que Pablo leía junto a la ventana por la que entraba el sol de aquella luminosa tarde primaveral.

En septiembre  de 1937 se crea el XXI Cuerpo de Ejército, que en abril del año siguiente establece su cuartel[Img #3097] general en Binéfar. Allí se incorpora Ernesto Güemes que el 5 de mayo de 1938 había sido ascendido, por méritos de guerra, al  grado de Teniente Coronel al mando del Cuerpo de Ejército A. Su misión era la defensa de la línea XYZ, un sistema de fortificaciones, trincheras y otras edificaciones defensivas cuyo objetivo era el de contener la ofensiva de las tropas franquistas sobre Valencia. Su nombre se corresponde con las coordenadas geográficas usadas en 1936, también se llamó Cinturón de Hierro de Valencia o Línea Matallana, ya que fue ejecutada por Manuel Matallana, oficial del Ejército Popular de la República. Fue la última gran batalla librada en las trincheras, en ella  las tropas republicanas repelieron de forma contundente la ofensiva causando miles de bajas entre los sublevados.

Por fin una visita agradable, pasa y siéntate, me dijo mientras cerraba el libro. Le pregunté si el tríptico gótico era auténtico, “será” me contestó mientras se rascaba la cabeza sin quitarse la boina. La curiosidad me corroía y no pude evitar mirar la portada del libro: “Crítica de la razón pura” de Immanuel Kant. Pablo decía que a fuerza de leerlo veces, alguna cosa quedaba. Cuando le di la noticia de la legalización del partido se le iluminó la cara y sus ojos adquirieron un brillo especial, rápidamente encendió dos aparatos de radio a la vez, “la de Franco y la nuestra, la Pirenaica”, comentó, hasta escuchar la noticia. Me dio un abrazo, estaba eufórico como nunca lo había visto.

Al finalizar la Guerra Civil, Ernesto fue condenado a muerte, aunque la pena le fue conmutada por la de 30 años de prisión. Fue liberado, quizás por haber sido compañero de armas en la guerra de África de Mola y Franco, pero el régimen franquista le inhabilitó a perpetuidad. En sus últimos años se ganó la vida dando clases particulares de contabilidad, matemáticas y otras materias que impartía a vecinos del pueblo que preparaban oposiciones. Murió en Sahagún en 1970 antes de ser rehabilitado por el estado democrático.

 [Img #3098]A Pablo García Delgado no le gustaba hablar del pasado, aunque en una ocasión me contó que en un consejo de guerra (farsas parajudiciales en las que el régimen franquista llevaba a cabo la depuración ideológica), el juez militar le condenó a muerte. Al preguntarle si tenía algo que alegar, tomó la palabra y dijo que su único delito era el de no traicionar la bandera a la que había jurado fidelidad. Dirigiéndose a quien le acababa de condenar, añadió: “el mismo juramento que usted, por edad y por graduación, hizo”. La pena de muerte le fue conmutada por una larga condena, que no cumplió en su totalidad. Murió en los años 80, con la misma discreción con que vivió.

LOS HERMOSOS VENCIDOS es un relato incluido en la publicación “Cops Amagats” editado en El Prat de Llobregat (Barcelona) por Deltaedrica en abril de 2012.

Comentarios (10)
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.38

  • Luisa

    Luisa | Domingo, 28 de Diciembre de 2014 a las 21:52:58 horas

    He encontrado esta página por casualidad y he visto que sale mi familia a relucir en unos de los comentarios vertidos aquí. Me refiero al comentario hecho por Mar, relativo a mi abuela Escolástica Abascal, conocida por "la abascala", en referencia a su apellido. En ese comentario, fechado el día 16 de abril de 2013, se dice que fusilaron a dos hijos de mi abuela Escolástica, cuando en verdad sólo fue uno, Florencio Serinaldo Abascal. Sólo quería hacer esta aclaración.

    Accede para responder

  • emilio vilar

    emilio vilar | Jueves, 23 de Mayo de 2013 a las 23:53:06 horas

    Gracias por tu aclaración Mar, posiblemente no se tratase de una amputación y fuera otro tipo de lesión o malformación, pero lo de la bota ortopédica es un detalle que otras personas también recuerdan.

    Accede para responder

  • Mar

    Mar | Miércoles, 22 de Mayo de 2013 a las 22:12:18 horas

    otra aclaración en la descripción de mi tío-abuelo Ernesto Güemes, no sufrió ni antes ni después de combatir en la guerra, de ninguna amputación en el pie, este detalle que recuerda de niño el autor, no es correcta. Tuvo heridas de balas en los combates, pero las heridas fueron limpias, por lo que no le dejaron marcas importantes.

    Accede para responder

  • Mar

    Mar | Miércoles, 17 de Abril de 2013 a las 18:38:38 horas

    Quería hacer una aclaración del artículo, mi tío Ernesto no era soltero, se casó ya mayor con la que había sido su “madrina de guerra” María Viñals, vivió en Madrid y falleció en Sahagún donde regresó el 20 de Febrero de 1970 a la edad de 67 años, pocos meses de fallecer su esposa en Badajoz.

    Accede para responder

  • Mar

    Mar | Martes, 16 de Abril de 2013 a las 12:50:55 horas

    Gracias Carlos por pasarme este enlace. Soy una sobrina-nieta de Ernesto Güemes, mi madre su sobrina también vive, se lo he enseñado y le ha gustado. Recuerda a la familia de Alberto Gordo. Victoriano y a Florian, como ha los Pamparacuetro, la familia de mi madre por la otra parte la materna se dedicaban a vender por los pueblos, de esta otra parte también fusilaron a dos de los hijos de mi bisabuela "la abascala" y a su marido. Me gustaría conocer más cosas de mi tío Ernesto Güemes.

    1 Respuestas Accede para responder

  • javier gonzález tocino

    javier gonzález tocino | Martes, 16 de Abril de 2013 a las 09:57:08 horas

    Alberto,te felicito por tu comentario y recordar a todas esas personas y familias enteras que sufrieron tantos y sólo por defender sus ideas,hubo mucha injusticia,yo podía decir mucho más pero me voy a abstener porque seguro que me denunciarían,aquí es lo que saben hacer denunciar,porque no tienen cojones para dar la cara.

    Accede para responder

  • Emilio Vilar

    Emilio Vilar | Lunes, 15 de Abril de 2013 a las 22:55:29 horas

    Duras histórias, interesantísimas la de los "Cascarillas" o la del abuelo de Piedad. Tanto a uno como a otra les pediría que escribieran sobre el tema. Por la memoria histórica, por la justicia, para rendirles un homenaje que todos les debemos. Salud y República!

    Accede para responder

  • Carlos

    Carlos | Lunes, 15 de Abril de 2013 a las 12:36:10 horas

    Excelente artículo. Ya era hora que desde el pueblo natal de Ernesto se recuerde que fue uno de los mejores militares que tuvo el ejército republicano. Desde Levante recordamos que gracias a su labor no se rebasara la Sierra de espadán y se llegara a Valencia, objetivo final franquista.

    Accede para responder

  • Don Emilio

    Don Emilio | Domingo, 14 de Abril de 2013 a las 23:31:02 horas

    Pues si, Don Javier, me acompañó el amigo que Vd. cita, pero déjeme apuntarme el tanto.
    Un abrazo.

    Accede para responder

  • Javier Robles

    Javier Robles | Domingo, 14 de Abril de 2013 a las 15:13:07 horas

    Conoci a los dos, a Pablo por ser vecino del barrio, y a Ernesto porque sus hermanas fueron muy amigas de mi abuela Lucila, y mas de una vez acompañe a mi abuela a su casa. Con el tiempo conoci parte se su historia, y creo que es tiempo de que en el pueblo se les reconozca, a ellos y seguramente otros muchos que fueron fieles a sus ideales, pero la mala suerte les coloco en el bando de los "perdedores".
    Por cierto, D. Emilio cuando fue a Villamol a dar la noticia de la legalizacion del partico comunista a Pablo, ¿no se cruzaria usted con alguien?, un gran amigo de mi hermano y amigo mio tambien se acerco a darle la noticia.
    Un saludo.

    Accede para responder

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.