Del Viernes, 10 de Octubre de 2025 al Domingo, 19 de Octubre de 2025

Fray Bernardino / CRA de El Burgo / IES de Sahagún
Cuarentena y escuela rural: Internet 0 – Compromiso 1
Un mes sin clases presenciales
“Nunca me había enfrentado a algo así en mis más de 30 años de trabajo”. La crisis sanitaria del COVID-19 vació hace un mes los centros escolares convirtiendo en aulas salas de estar, comedores y dormitorios y transformando en docentes, a padres, madres, abuelos y tíos. Por el camino, cerca de 500 jóvenes de la comarca lidiando con la primavera, el confinamiento y el deber de seguir ‘empollando’.
Este nuevo escenario, que pilló con el pie cambiado a toda la comunidad escolar, revela también las fortalezas y debilidades de la escuela pública rural. A favor: la proximidad, el trato cercano que permite conocer los recursos de cada familia y las habilidades de cada estudiante. En contra: las nuevas tecnologías. Más del 10% del alumnado de la comarca tiene problemas para acceder a las plataformas educativas, bien por falta de dispositivos/Internet, bien por desconocimiento por parte de sus ‘nuevos educadores’.
Teléfono, WhatsApp, TokApp…
En el CRA de El Burgo Ranero tiraron por el camino más corto sacando provecho a la ventaja de ser pocos estudiantes: un total de 79 entre sus cinco colegios. “Fuimos a lo más sencillo: teléfono móvil. El 100% de las familias con estudiantes en el centro cuentan con esta herramienta, además de correo electrónico y WhatsApp. De esta última no soy muy partidario, pero en este caso son herramientas con mucha fiabilidad, aunque el contacto directo con el alumnado es fundamental en Infantil y Primaria”, explica el director del CRA, José Luis Vázquez. “También se han incorporado videollamadas y se mantiene activa la cuenta del colegio en Facebook”.
“En nuestro caso ya estábamos un poco preparados para afrontar esos 15 días iniciales de cuarentena”, explica Sheila Fernández, directora del Fray Bernardino de Sahagún. “Casi todas las familias se llevaron libros de texto y desde hace unos cuatro cursos empleamos la aplicación de mensajería educativa TokApp. Ha sido una suerte porque nuestras familias ya están acostumbras a su uso y el 95% cuenta con esa aplicación, gratuita para ellos. Así empezamos… mandando por ahí todo. Luego hemos cambiado un poco, incorporando para los Primaria el correo electrónico. Algunas profesoras han abierto un blog para colgar actividades… otros emplean Microsoft Teams…”. En cuanto a las aulas virtuales (Consejería de Educación) ninguno de los dos centros ha tenido en cuenta esta herramienta “que está dando muchos problemas. Las familias no dan abasto. Se está trabajando, pero de forma muy secundaria”.
Para el Instituto de Educación Secundaria de Sahagún la primera semana fue muy complicada. “Nos pilló sin margen para preparar nada y cada profesor (son 40 docentes) se montó la historia como pudo. Se pidieron correos electrónicos y poco más. Las plataformas educativas estaban saturadas, era complicada la videollamada... Ahora ya está todo más o menos solucionado porque hemos descubierto todo un mundo de herramientas digitales. También está siendo una lección de aprendizaje en este sentido, estamos transformando la forma de enseñar”, manifiesta Domingo Hernández, director del IES de Sahagún.
Sobre los contenidos, tanto en el Fray Bernardino como en el CRA coinciden y creen oportuno reforzar contenidos y no avanzar. “Hay que ponerse en la piel de las familias y los tiempos que se manejan en esos hogares. No podemos pretender que hagan lo que se hace en cinco horas lectivas dentro del centro”.
El Instituto de Educación Secundaria ‘juega en otra división’. La incertidumbre sí está condicionando mucho en los cursos superiores y más especialmente entre el alumnado de Segundo de Bachillerato, con un pie puesto en la EBAU. En las próximas horas se conocerán más detalles en este sentido si bien todo apunta a que se tendrán en cuenta las dos primeras evaluaciones y la prueba se modificará atendiendo al nuevo escenario.
¿Fin de curso virtual?
En cuanto a un supuesto retorno estival a las aulas, desde el CRA de El Burgo sí son partidarios. Habla José Luis Vázquez: “particularmente sí. Me gustaría terminar el curso con nuestro alumnado en las aulas. Aunque sea un período mínimo. Resulta chocante pero los chavales quieren volver a clase. Nos lo hacen saber a través de sus menajes y considero que es importante no pasar de curso sin ese reencuentro final. También para hacer una evaluación más objetiva del curso, para despedir a los que dejan el centro y pasan el próximo año al instituto”. Sheila Fernández, directora del Colegio Fray Bernardino de Sahagún, también valora positivamente un recuentro, “si bien a nivel afectivo. Tras la segunda evaluación tenemos muy claro qué grupo de alumnos pueden promocionar (pasar de curso). No veo imprescindible un retorno a estas alturas”.
En el IES también coinciden: “el segundo trimestre es decisivo y no suele haber grandes cambios. Pero esperamos instrucciones de la autoridad educativa y homogeneizar criterios”.
Revisión del papel del docente
Un mes de confinamiento ha sido suficiente para que muchas familias revisen su opinión sobre el papel de los docentes y la relación de éstos con sus propios descendientes. “Hoy más que nunca valoran positivamente el esfuerzo que se hace desde el centro y sentimos el calor de las familias”, afirma José Luis Vázquez. “Por muchos equipos, por muy buena que sea la conexión, jamás, jamás, se podrá comparar al calor de un aula. Las situaciones de aprendizaje, las entradas, salidas, el patio, son las amigas, el comedor, la diversidad… el colegio es algo más que un contenedor de mates y lengua. La teleeducación llega hasta donde llega”, apostilla Sheila Fernández.
“La inmensa mayoría sí echa de menos el centro. Y el profesorado también. Creo que el anhelo general es retomar la normalidad, lo que incluye las clases. Ver un tema a distancia, de forma telemática, no cala de la misma forma. Si surge una duda en clase se resuelve para todos y, de esta forma, quedan cosas en el aire. Ese contacto directo, esa seguridad de tener al profesor a tu lado es determinante”, añade el director del IES de Sahagún y aporta una curiosidad: “En nuestro caso hemos detectado a grupos de alumnos que en clase no trabajaban demasiado y que ahora son los primeros que mandan las tareas. Al cambiar el sistema y poder trabajar a su aire ha funcionado en ellos. Lógicamente hay gente para todo, pero el primer grupo del que hablo nos ha sorprendido un montón”.
“Nos echamos de menos”
En cuanto al lado amable de esta epidemia los docentes lo tienen claro: “nos echamos de menos y eso significa que formamos parte de su vida y ellos de la nuestra”, comenta Vázquez. “Nos mandan vídeos, mensajes, nos dicen que tienen ganas de volver a clase… quién lo diría…”
Como docentes, también se trata de una nueva experiencia, de nuevas fórmulas de trabajo y una nueva metodología para llegar a los alumnos, más didáctica y adaptada a la coyuntura. “El claustro está muy unido en esta ‘aventura’ y nos ayudamos mucho unos a otros”, concluye Sheila Fernández.
“Vivir en el medio rural está permitiendo a los jóvenes llevar el confinamiento de una forma menos dramática. Quien más y quien menos tiene patio en su casa, un corral… un espacio para el esparcimiento, para tomar el sol o el aire. Es una bendición, la ‘España vaciada’ tiene sus ventajas”, celebra el directo del Colegio Rural Agrupado de El Burgo Ranero.
“La ventaja aquí es siempre la ratio. Tener menos alumnos y, por lo tanto, la personalización. Pero en este caso concreto (confinamiento y educación online) sí detectamos un problema en cuanto a la dispersión del alumnado y los recursos tecnológicos que hay en cada pueblo”, precisa Domingo Hernández.
![[Img #20929]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2020/4029_coles1.jpg)
“Nunca me había enfrentado a algo así en mis más de 30 años de trabajo”. La crisis sanitaria del COVID-19 vació hace un mes los centros escolares convirtiendo en aulas salas de estar, comedores y dormitorios y transformando en docentes, a padres, madres, abuelos y tíos. Por el camino, cerca de 500 jóvenes de la comarca lidiando con la primavera, el confinamiento y el deber de seguir ‘empollando’.
Este nuevo escenario, que pilló con el pie cambiado a toda la comunidad escolar, revela también las fortalezas y debilidades de la escuela pública rural. A favor: la proximidad, el trato cercano que permite conocer los recursos de cada familia y las habilidades de cada estudiante. En contra: las nuevas tecnologías. Más del 10% del alumnado de la comarca tiene problemas para acceder a las plataformas educativas, bien por falta de dispositivos/Internet, bien por desconocimiento por parte de sus ‘nuevos educadores’.
Teléfono, WhatsApp, TokApp…
En el CRA de El Burgo Ranero tiraron por el camino más corto sacando provecho a la ventaja de ser pocos estudiantes: un total de 79 entre sus cinco colegios. “Fuimos a lo más sencillo: teléfono móvil. El 100% de las familias con estudiantes en el centro cuentan con esta herramienta, además de correo electrónico y WhatsApp. De esta última no soy muy partidario, pero en este caso son herramientas con mucha fiabilidad, aunque el contacto directo con el alumnado es fundamental en Infantil y Primaria”, explica el director del CRA, José Luis Vázquez. “También se han incorporado videollamadas y se mantiene activa la cuenta del colegio en Facebook”.
“En nuestro caso ya estábamos un poco preparados para afrontar esos 15 días iniciales de cuarentena”, explica Sheila Fernández, directora del Fray Bernardino de Sahagún. “Casi todas las familias se llevaron libros de texto y desde hace unos cuatro cursos empleamos la aplicación de mensajería educativa TokApp. Ha sido una suerte porque nuestras familias ya están acostumbras a su uso y el 95% cuenta con esa aplicación, gratuita para ellos. Así empezamos… mandando por ahí todo. Luego hemos cambiado un poco, incorporando para los Primaria el correo electrónico. Algunas profesoras han abierto un blog para colgar actividades… otros emplean Microsoft Teams…”. En cuanto a las aulas virtuales (Consejería de Educación) ninguno de los dos centros ha tenido en cuenta esta herramienta “que está dando muchos problemas. Las familias no dan abasto. Se está trabajando, pero de forma muy secundaria”.
Para el Instituto de Educación Secundaria de Sahagún la primera semana fue muy complicada. “Nos pilló sin margen para preparar nada y cada profesor (son 40 docentes) se montó la historia como pudo. Se pidieron correos electrónicos y poco más. Las plataformas educativas estaban saturadas, era complicada la videollamada... Ahora ya está todo más o menos solucionado porque hemos descubierto todo un mundo de herramientas digitales. También está siendo una lección de aprendizaje en este sentido, estamos transformando la forma de enseñar”, manifiesta Domingo Hernández, director del IES de Sahagún.
![[Img #20930]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2020/1780_coles3.jpg)
Sobre los contenidos, tanto en el Fray Bernardino como en el CRA coinciden y creen oportuno reforzar contenidos y no avanzar. “Hay que ponerse en la piel de las familias y los tiempos que se manejan en esos hogares. No podemos pretender que hagan lo que se hace en cinco horas lectivas dentro del centro”.
El Instituto de Educación Secundaria ‘juega en otra división’. La incertidumbre sí está condicionando mucho en los cursos superiores y más especialmente entre el alumnado de Segundo de Bachillerato, con un pie puesto en la EBAU. En las próximas horas se conocerán más detalles en este sentido si bien todo apunta a que se tendrán en cuenta las dos primeras evaluaciones y la prueba se modificará atendiendo al nuevo escenario.
¿Fin de curso virtual?
En cuanto a un supuesto retorno estival a las aulas, desde el CRA de El Burgo sí son partidarios. Habla José Luis Vázquez: “particularmente sí. Me gustaría terminar el curso con nuestro alumnado en las aulas. Aunque sea un período mínimo. Resulta chocante pero los chavales quieren volver a clase. Nos lo hacen saber a través de sus menajes y considero que es importante no pasar de curso sin ese reencuentro final. También para hacer una evaluación más objetiva del curso, para despedir a los que dejan el centro y pasan el próximo año al instituto”. Sheila Fernández, directora del Colegio Fray Bernardino de Sahagún, también valora positivamente un recuentro, “si bien a nivel afectivo. Tras la segunda evaluación tenemos muy claro qué grupo de alumnos pueden promocionar (pasar de curso). No veo imprescindible un retorno a estas alturas”.
En el IES también coinciden: “el segundo trimestre es decisivo y no suele haber grandes cambios. Pero esperamos instrucciones de la autoridad educativa y homogeneizar criterios”.
Revisión del papel del docente
Un mes de confinamiento ha sido suficiente para que muchas familias revisen su opinión sobre el papel de los docentes y la relación de éstos con sus propios descendientes. “Hoy más que nunca valoran positivamente el esfuerzo que se hace desde el centro y sentimos el calor de las familias”, afirma José Luis Vázquez. “Por muchos equipos, por muy buena que sea la conexión, jamás, jamás, se podrá comparar al calor de un aula. Las situaciones de aprendizaje, las entradas, salidas, el patio, son las amigas, el comedor, la diversidad… el colegio es algo más que un contenedor de mates y lengua. La teleeducación llega hasta donde llega”, apostilla Sheila Fernández.
![[Img #20931]](http://sahagundigital.com/upload/images/04_2020/3555_coles2.jpg)
“La inmensa mayoría sí echa de menos el centro. Y el profesorado también. Creo que el anhelo general es retomar la normalidad, lo que incluye las clases. Ver un tema a distancia, de forma telemática, no cala de la misma forma. Si surge una duda en clase se resuelve para todos y, de esta forma, quedan cosas en el aire. Ese contacto directo, esa seguridad de tener al profesor a tu lado es determinante”, añade el director del IES de Sahagún y aporta una curiosidad: “En nuestro caso hemos detectado a grupos de alumnos que en clase no trabajaban demasiado y que ahora son los primeros que mandan las tareas. Al cambiar el sistema y poder trabajar a su aire ha funcionado en ellos. Lógicamente hay gente para todo, pero el primer grupo del que hablo nos ha sorprendido un montón”.
“Nos echamos de menos”
En cuanto al lado amable de esta epidemia los docentes lo tienen claro: “nos echamos de menos y eso significa que formamos parte de su vida y ellos de la nuestra”, comenta Vázquez. “Nos mandan vídeos, mensajes, nos dicen que tienen ganas de volver a clase… quién lo diría…”
Como docentes, también se trata de una nueva experiencia, de nuevas fórmulas de trabajo y una nueva metodología para llegar a los alumnos, más didáctica y adaptada a la coyuntura. “El claustro está muy unido en esta ‘aventura’ y nos ayudamos mucho unos a otros”, concluye Sheila Fernández.
“Vivir en el medio rural está permitiendo a los jóvenes llevar el confinamiento de una forma menos dramática. Quien más y quien menos tiene patio en su casa, un corral… un espacio para el esparcimiento, para tomar el sol o el aire. Es una bendición, la ‘España vaciada’ tiene sus ventajas”, celebra el directo del Colegio Rural Agrupado de El Burgo Ranero.
“La ventaja aquí es siempre la ratio. Tener menos alumnos y, por lo tanto, la personalización. Pero en este caso concreto (confinamiento y educación online) sí detectamos un problema en cuanto a la dispersión del alumnado y los recursos tecnológicos que hay en cada pueblo”, precisa Domingo Hernández.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.27