Toque de queda: “la 'última estación' antes de volver al confinamiento de marzo”

 

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha solicitado al jefe del Ejecutivo central por medio de una carta remitida esta misma mañana el establecimiento del toque de queda en la comunidad, en el marco normativo que corresponda.

 

El máximo responsable del Gobierno autonómico asume que se trata de una medida dura, pero defiende que es imprescindible en este momento. Advierte de que la evolución epidemiológica en Castilla y León en esta segunda ola es preocupante, como evidencian los datos, lo que implica que las medidas preventivas puestas en marcha hasta el momento sean ya insuficientes para revertir la tendencia.

 

En la carta dirigida al presidente de España, Fernández Mañueco expresa su confianza en que la implantación del toque de queda pueda ser eficaz para ayudar a controlar la expansión del virus; una expectativa que comparten tanto el conjunto del Gobierno autonómico, como los expertos que lo asesoran.

 

Al respecto, Fernández Mañueco recuerda que la experiencia está demostrando que el riesgo de contagio se está concentrando especialmente en las relaciones sociofamiliares, dentro de ámbitos privados y en horario nocturno. De ahí que defienda que es trascendental actuar de forma urgente y con más precisión para limitar al mínimo estos contactos.

 

 

Por otro lado, el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, han coincidido hoy en pintar un muy negro panorama de la pandemia. Tan negro, advirtió Igea, que el toque de queda sería ya sólo "la última estación" antes de "volver al confinamiento de marzo", es decir, doméstico.

 

Casado, que resumió que todas las capitales sin excepción están en "riesgo extremo" de contagios, defendió que el toque de queda "que ha funcionado en otros países" sería "la medida intermedia a la que sí se ha demostrado (eficaz), la del confinamiento, pero es muy drástica y probablemente la última". De modo que admitió que si la situación "no se consigue controlar se tendrá que valorar" volver al encierro doméstico, pero primero "hay que dar tiempo".

 

Entre la dureza de las palabras y expresiones, destacó cuando la consejera vaticinó que la situación "va a empeorar, habrá más afectados, habrá más ingresos y más en UCI, se someterá a mucha presión sobre Atención Primaria y en la atención hospitalaria, el riesgo de colapso está ahí". Igea apostilló que será muy tarde "cuando la gente se muera en los pasillos" de los hospitales.

 

La consejera advirtió de que el índice de reproducción del virus está en el 1,19 y todas las provincias están por encima del uno. Tras recalcar que la tendencia del virus es "creciente" en las nueve provincias, Casado señaló que Castilla y León es la quinta autonomía en incidencia activa, con una media de 517,81 casos por 100.000 (frente a la media nacional de 332,69) y la quinta también en incidencia acumulada a siete días, con 272 frente a los 178,25 contagios de la media nacional. En León, en concreto, la cifra de incidencia es la segunda más alta, con la friolera de 816,55.

 

También recomendó a los municipios con medidas más restrictivas que extremen las precauciones y se limiten los contactos, con el fin de evitar que se junten varias personas en espacios cerrados. Además, aconsejó consumir en terrazas y no en el interior, disminuir las reuniones y visitas a las casas, así como ventilar la habitación y estancias compartidas y mantener el uso de la mascarilla. "Hay que eliminar de nuestras vidas el contagio, que se ha desplazado de la hostelería a los hogares y los domicilios", concluyó el vicepresidente Igea.

 

Sin embargo, por último, la Junta mantendrá aún las clases presenciales en todos los ámbitos educativos, considerando incluso que, en algunos como el universitario, "es más seguro" que acudan a los centros que a otros lugares de ocio, de manera que "mantendremos la presencialidad, de la que siempre hemos sido partidarios, hasta que se dé un nivel de restricciones que nos lo impida", como sería el confinamiento domiciliario de marzo.