Emilio Vilar Emilio Vilar 2
Jueves, 11 de Mayo de 2017

Once de mayo

[Img #3583]
 
Las elecciones de 1873 tuvieron carácter constituyente y fueron convocadas en la I República. Fueron las de menor participación en la historia de España, se presentaron pocos partidos y hubo un fuerte movimiento abstencionista. 
 
11.05.1873 – El Imparcial 
 
“Resultado de las elecciones de mesas. Sahagun, presidente y secretario, federales”.
 

 
A pesar de su extensión, nos parece interesante reproducir la nota necrológica completa de nuestro ilustre Fernando de Castro y Pajares. 
 
11.05.1874 – El Imparcial 
 
[Img #3584]“Necrología. D. Fernando de Castro. A las cuatro y media de la mañana del dia 5 de este mes pasó de esta vida á otra sin duda mejor el señor D. Fernando de Castro y Pajares, catedrático de Historia universal en la facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Madrid. Por singular que fuera su modestia en vida, que ciertamente lo fué, su nombre es conocido, es popular en España, tanto por sus virtudes como por sus obras. Tambien es bastante conocido en otros países, en los principales pueblos de Europa y de America; porque á ellos ha llegado su fama con sus escritos y con la noticia de ciertos hechos en que ha intervenido, poniendo de relieve las grandes dotes de su elevadísimo carácter.  Justo es,  por tanto, que consagramos un recuerdo siquiera á la memoria de varon tan insigne como el que acaba de perder la ciencia y con la ciencia la patria.
D. Fernando de Castro nació en Sahagun, provincia de Leon, el año 1814. Quedó huerfano á los doce de su edad, y aparte la vida, la buena crianza y la honradez, apenas podría contar otra herencia de sus excelentes padres. No debian ser muchos más los recursos de fortuna de aquel de sus hermanos mayores que le dió cariño y acogida; pero bastábale su natural dulce y simpático, bastaba de su clara inteligencia y su aplicacion para emprender con paso seguro la carrera de la vida. Dotado de vocacion religiosa eligió para su profesion la órden franciscana, cuya pobreza le seducia, y  en el convento de San Diego de Valladolid, que fué su asilo, comenzó á desplegar bien pronto un celo tan asíduo y tan ardiente caridad en los cargos de enfermero y hospedero, puestos á su cuidado, que á sus mismos hermanos de religion causaba maravilla. Pero ni estas virtudes, ni la piedad religiosa, que practicaba hasta con actos de exaltacion, eran parte á distraerle de sus estudios, en los cuales, con la asombrosa actividad de que tambien estaba dotado, progresaba de dia en dia visiblemente.
Sus conocimientos le proporcionaron cátedra, una vez exclaustrado, en el seminario de Leon, del que luego fué vice rector. Creacion suya fué la notable Biblioteca provincial de aquella ciudad, y los trabajos que en esta realizó como indivíduo de la comision de monumentos históricos, le valieron luego, en el año de 1845, la cátedra de historia del Instituto de San Isidro de Madrid, que despues obtuvo por oposicion. Ya en la córte, la aplicacion de profesor, la uncion religiosa del sacerdote y las virtudes privadas y públicas del hombre, encontraban ancho campo para su desenvolvimiento; y con efecto, se desenvolvieron rápidamente.
El aula y la prensa, el púlpito y la beneficencia fueron sus palenques, y bien debió lucir en ellos, cuando de la cátedra de San Isidro fué elevado á la direccion de la Escuela normal de filosofía, de imperecedera memoria, aunque de corta duracion, y de los modestos púlpitos de las monjas de Alarcon y de la capilla de los padres Escolapios ascendió á la de los Reyes, que le nombraron su capellan de honor.
Le abrieron sus puertas, en fin, la Universidad, la Academia de la Historia y el Senado sucesivamente, y si su modestia y su libre espíritu pudieron triunfar contra el empeño de que sus sienes ciñeran la mitra episcopal, que con repetidas instancias le ofrecieron, en su carrera de profesor no pudo ya rehusar la honra de regir la universidad Central.
Nunca fueron móviles para influir en su conducta el interés, la ostentacion, ni los honores. Los productos de su trabajo, que relativamente no han sido escasos, no han servido más para llenar sus reducidas necesidades que para satisfacer las de sus semejantes, así en el orden natural como como en el orden moral: por eso las asociaciones de beneficencia y los pobres llorarán su muerte, al par que la Universidad y las instituciones para la instruccion del pueblo.
No ha habido fuerzas humanas para conseguir que aceptase una gran cruz; pero jamás se ha negado á tomar parte activa en obras de caridad y de instruccion, de las cuales ha iniciado por sí un número extraordinario, animado siempre de una confianza, un candor y una abnegacion verdaderamente apostólicos.
No turbaron la existencia de D. Fernando de Castro grandes adversidades, fuera de las que le ocasionaron su memorable sermon de 1º de noviembre de 1861, predicado en la capilla Real en el aniversario del terremoto de Lisboa, y la separacion de su cátedra en 22 de enero de 1867, fundada en su negativa á firmar las protestas de adhesion que el Cláustro dirigió á la reina Isabel; pero estos contratiempos los afrontó con valor sereno y con tal igualdad de ánimo, que no se sabe qué admirar más, si su energía o su templanza. La pérdida de su cátedra, sobre todo, fué para él irreparable; mas no arrancó de sus labios ni una palabra dura, como lo prueba su discurso de 1868 al volver á su clase de la Universidad y tomar posesion del Rectorado.
Más graves fueron para él las luchas interiores de su espíritu, en las que la fé y la razón, la Teología y la Filosofía tenian en su ciencia un copioso arsenal de bien templadas armas: pero tambien estas luchas las sostuvo y dominó de una manera que solo él podia describir, y que por fortuna ha descrito en la Memoria testamentaria que esperamos ver publicada por sus fidei-comisarios, como por ejemplo la humana tolerancia  y de enseñanza moral para nuestro pueblo. En esta obra de ultra-tumba nos ha dejado el hombre muerto todo su espíritu, y enteramente vivo; por lo cual la recomendaremos desde luego á la consideracion de nuestros lectores, especialmente de aquellos á quienes nuestros juicios parezcan exagerados.
La razon y la ciencia triunfaron de la fé positiva es la terrible lucha, sin que el sentimiento religioso, cada vez más ámplio y profundo, ni la ardiente caridad humana padecieran en D. Fernando de Castro lo más mínimo; antes bien, su espíritu comulgaba juntamente en los grandes principios de la doctrina de Jesús, católica en este sentido, aunque no romana, en los de la religion universal y en los de la ciencia. ¡Cuan desconocido es este hombre para los que le han tachado de irreligioso y hasta de ateo!.
D. Fernando de Castro lega á la posteridad un Manual de historia general y de España para los alumnos de segunda enseñanza; con el que se ha iniciado en estos conocimientos casi toda la juventud española; un Compendio razonado de historia general, que comenzó á ver la lúz pública en 1863, y del que se ha impreso tres tomos y deja preparado el cuarto, siendo esta obra notabilísima, especialmente por sus investigaciones sobre la Edad media; una obra de Introduccion al estudio de la historia ó de Filosofía de la historia, en manuscritos sacados taquigráficamente de sus explicaciones en clase; una Memoria impresa en Madrid el año de 1859 sobre los Sistemas de segunda enseñanza colegial, para cuyo estudio fué comisionado á Francia por nuestro Gobierno; el Quijote para los niños y el Quijote para todos, libros que han popularizado notablemente la obra inmortal del gran Cervantes, de quien era admirador; un Discurso sobre los caractéres históricos de la Iglesia española, y muchos otros discursos y sermones notables, unos impresos y otros no, todos dignos de su autor y no pocos de mérito relevante. Tambien ha dejado á su muerte un modesto capital en rentas del Estado y una escogida biblioteca, consagrando aquel y esta á los dos fines principales de su vida; la beneficencia, discretamente ejercida, y la enseñanza. Por eso no ha dispuesto de sus bienes en favor de una sola persona, sino de muchas, no olvidando á nadie que le haya hecho bien, desde doña Isabel II hasta la humilde criada de su servicio doméstico, y ha distribuido sus libros entre las bibliotecas provincial y del seminario de Leon, la de la Universidad y sus amigos.
[Img #3585]Una vida tan fecunda como la de D. Fernando de Castro, en quien la ciencia, la caridad y la enseñanza han tenido siempre un paladin activo y vigoroso, el esclavo y el pobre un defensor, y la libertad y el derecho un amigo entusiasta, jamás dominado, sin embargo, por la pasion política ni por género alguno de intolerancia, bien merece más detenido exámen; para el cual no tenemos espacio. Por eso nos vemos obligados á terminar las breves notas expuestas, recomendando el ejemplo de sus virtudes á nuestros lectores y conciudadanos. Su grata memoria debemos conservarla todos, como de varon justo y exclarecido patricio. El dolor de su pérdida harto grabado está en el corazon de los desgraciados que ha socorrido y de los que hemos tenido la dicha de ser sus discípulos y sus amigos”.
 

[Img #3586]
 
El liberal Sagasta pactó con el conservador Cánovas la alternancia en el poder de ambos partidos durante la restauración borbónica. Los arreglos y pactos como el que reproduce la noticia permitían mantener los turnos en el poder.
 
11.05.1889 – La Fidelidad Castellana
 
“Señálanse como factores secundarios del fracaso de la conspiracion de fusionistas conspicuos contra Sagasta el haber ofrecido éste al Sr. Romero Robledo la vacante de diputado por Velez-Málaga para un reformista y al señor Gamazo para uno de sus amigos la vacante tambien de diputado del distrito de Sahagun”.
 

[Img #3587]
 
Oferta de empleo en ‘La Lectura Dominical’, Madrid (1894 – 1936). Publicación semanal del Apostolado de la Prensa que difunde el conservadurismo y el integrismo católico.
 
11.05.1907 – La Lectura Dominical
 
“En el convento de Religiosas Benedictinas de San Pedro de las Dueñas (León), por Sahagún, se necesita una organista; la que lo sea puede dirigirse á la reverenda Madre Abadesa del expresado monasterio”.
 

 
Suceso con todo lujo de detalles, salvo la identidad del atropellado.
 
11.05.1918 – El Sol 
 
“Destrozado por un tren. León 10 (7,20 t.).- Entre las estaciones de Calzada y Sahagún fue cogido en un puente y destrozado por el tren, un sujeto cuyo nombre se ignora. El viandante intentaba cruzar el puente coincidiendo con el convoy que venía en sentido contrario. Entre la via y la barandilla apenas si hay más espacio que el ocupado por los estribos, y éstos destrozaron al individuo citado en tal forma que no ha podido ser identificado. La cabeza y un brazo fueron a parar al río y el resto del cuerpo quedó en el puente, completamente magullado”.
 

NUEVAS INCORPORACIONES

 
La prensa palentina también informa de los precios del mercado de Sahagún con regularidad. 
 
11.05.1908 – El Día de Palencia 
 
[Img #7197]
 
Comentarios (2)
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  • don Emilio

    don Emilio | Sábado, 11 de Mayo de 2013 a las 13:25:44 horas

    Existe la Fundación Fernando de Castro en la C/ San Mateo 15 de Madrid, (www.fernandodecastro.org) donde encontrará abundante información de la vida y obra de nuestro ilustre paisano. Un saludo.

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  • Javier Robles

    Javier Robles | Sábado, 11 de Mayo de 2013 a las 10:42:14 horas

    Buen dia D. Emilio, muy interesante la "esquela" de D. Fernando de Castro y Pajares. ¿Sus escritos editados, estan en librerias, bibliotecas, archivos, museos?, seria interesante conocerlos.
    El que escribi la necroligica de IMPARCIAL, tenia poco, pero es curioso el lenguaje, por momentos me recordo la novena de S. JUAN DE SAHAGUN.
    Respecto al pobre hombre atropellado por el tren, es comprensible las ultimas palabras.
    "Completamente magullado".
    La cabeza y un brazo fueron a parar al rio, y el resto del cuerpo lleno de moratones.
    Impecable.

    Un saludo

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