Del Viernes, 22 de Agosto de 2025 al Martes, 23 de Septiembre de 2025

Creación literaria
Castillo de Grajal
José Antonio Campillo Gayo
Erguido bastión, fetiche y talismán,
buque insignia en tierras de vino y pan,
que, con ojo de cíclope, oteas dilatadas superficies
donde otrora reinara la azada, la esteba y la besana.
Aupado en la plataforma de un diminuto altozano,
resurges cual ave fénix, entre escombros y cenizas
para tomar posesión nada menos que en Grajal.
Se desgarra el alma contemplando tu figura
cuando muestras tus encías desdentadas y dañadas,
tu deformada faz con pliegues y relieves,
y las troneras obstruidas de soportar tantos desmanes.
Semblante de plata y corazón de acero, imán de aves
y de pájaros alados eres: golondrinas que anuncian primaveras,
gorriones esquivos correteando por tus adarves,
la lechuza que con sus hechizos: cavila, observa y escucha,
y el sin par vuelo del vencejo que jamás pierde el reflejo…
Pero no daña la niebla ni la helada reiterada,
ni toda la lluvia o sol, que dádivas del cielo son.
Es el olvido mezquino el mal de nuestra desdicha, ¡sin duda!
Es el abandono enquistado que se perpetúa en el tiempo, ¡cierto!
Es la anquilosada abulia que la voluntad obnubila, ¡verdad!
Y a la tibieza añadamos: apatía, desidia e indiferencia…
Ante tamaño atropello, tu camino está marcado.
Álzate raudo con todas tus piedras sueltas,
levanta tu voz al viento para que suene tu nombre
y sepan de tus carencias…
No dejes por mucho tiempo que tus heridas te ahoguen
y tus venas te revienten; grita a los cuatro costados
y a la luna que te alumbra,
que ya se termina la burla en la loma que te acuna.
![[Img #21970]](http://sahagundigital.com/upload/images/12_2020/417_borja.jpg)
Erguido bastión, fetiche y talismán,
buque insignia en tierras de vino y pan,
que, con ojo de cíclope, oteas dilatadas superficies
donde otrora reinara la azada, la esteba y la besana.
Aupado en la plataforma de un diminuto altozano,
resurges cual ave fénix, entre escombros y cenizas
para tomar posesión nada menos que en Grajal.
Se desgarra el alma contemplando tu figura
cuando muestras tus encías desdentadas y dañadas,
tu deformada faz con pliegues y relieves,
y las troneras obstruidas de soportar tantos desmanes.
Semblante de plata y corazón de acero, imán de aves
y de pájaros alados eres: golondrinas que anuncian primaveras,
gorriones esquivos correteando por tus adarves,
la lechuza que con sus hechizos: cavila, observa y escucha,
y el sin par vuelo del vencejo que jamás pierde el reflejo…
Pero no daña la niebla ni la helada reiterada,
ni toda la lluvia o sol, que dádivas del cielo son.
Es el olvido mezquino el mal de nuestra desdicha, ¡sin duda!
Es el abandono enquistado que se perpetúa en el tiempo, ¡cierto!
Es la anquilosada abulia que la voluntad obnubila, ¡verdad!
Y a la tibieza añadamos: apatía, desidia e indiferencia…
Ante tamaño atropello, tu camino está marcado.
Álzate raudo con todas tus piedras sueltas,
levanta tu voz al viento para que suene tu nombre
y sepan de tus carencias…
No dejes por mucho tiempo que tus heridas te ahoguen
y tus venas te revienten; grita a los cuatro costados
y a la luna que te alumbra,
que ya se termina la burla en la loma que te acuna.
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