El término ‘droguería’ proviene del neerlandés droog y hace alusión a las plantas secas que traían los comerciantes de las colonias asiáticas a finales del siglo XVI. Cuando hablamos hoy de droguería, se entiende como un negocio que vende principalmente productos relacionados con el cuidado personal, el mantenimiento del hogar, de la huerta y del jardín, pero sin perder esa esencia primitiva que hace de estos establecimientos un centro de conocimiento de los remedios y fórmulas que han sobrevivido al paso del tiempo.
Sucesora de la Fuente, en Sahagún, representa a las mil maravillas el espíritu de esas viejas droguerías, de esos comercios de toda la vida que, a pesar de sumar más de un siglo, como es su caso, siguen en primera línea con el combinado infalible que acompaña al comercio tradicional: escucha y consejo personalizado.
Cristina Pereira, al frente de la droguería Sucesora de la Fuente desde hace tres décadas, sonríe al ser preguntada por el número de referencias que se pueden encontrar en las decenas de estanterías y cajones que forran las paredes de la tienda, radicada en la calle Avenida Constitución, 26 de Sahagún, muy cerca de su Plaza Mayor. De la ‘a’ a la ‘z’, Sucesora de la Fuente es el lugar ideal para adquirir, abonos, aceites esenciales, bandas anti moscas, detergentes, esparadrapo, fregonas y geles de baño y ducha, herbicidas, irrigadores, maquillaje, quitamanchas, repelentes, pinturas, perfumes y colonias…
Y junto a lo más común, las rarezas. Esas marcas de toda la vida en peligro de extinción que todavía ocupan un lugar privilegiado en las estanterías de Sucesora de la Fuentes. Primeras marcas de perfumería comparten espacios con los ‘top 10’ del siglo pasado: Brummel, Varón Dandy, Azur de Puig… jabonetas de afeitado, brocha y cuchillas, lociones, azulete para la ropa, Blanco de España, tónico capilar Ron-Quina Kesmar… algunos ya difíciles de encontrar incluso en grandes superficies comerciales y que esta droguería sahagunense sigue sirviendo e incluso enviando a muchos puntos del país.
Para la huerta, semillas, abonos y herbicidas (además de buenos consejos) se abren hueco en Sucesora de la Fuente, que también cuenta con una amplísima gama de artículos de regalo para todos los bolsillos: complementos para el vestir, bisutería, marroquinería, carteras, neceseres, paraguas.
La cesta de la compra es inabarcable e incluye algunos imprescindibles de la repostería, como gelatina en láminas, papeletas de gaseosa y la auténtica esencia de vainilla, la que se ha usado toda la vida para hacer las famosas Galletas de Hierro de Sahagún.