Próxima estación: apeadero Sahagún

 

Envuelta en niebla, sin pasajeros ni esperadores, la de Sahagún parece hoy una estación fantasma. Ya no hay nadie que venda los billetes, que ofrezca información sobre horarios, retrasos, o sobre el número de andén en el que morderse las uñas antes de reencontrarse con la familia, con el viejo amor; la autoridad ferroviaria lo había anunciado hace dos años, lo retrasó (dicen que por la presión social), lo volvió a anunciar el mes pasado y, esta vez, las campanadas del nuevo año sí marcaron el cierre de la taquilla aquí, en la villa del Cea, y en otros 150 enclaves ferroviarios de toda España. Mal de muchos… 

 

El cierre del despacho de venta presencial de billetes es otra de las muestras evidentes de la intención del Estado: cerrar definitivamente las estaciones rurales que no son rentables, hacerlas apeaderos. Teoría con la que coquetea todo aquel que conoció la estación de Sahagún y la mira ahora.

 

Cerró la taquilla esta semana, pero la cantina ya llevaba un tiempo sin cantinera y los jardines, antaño envidiables espacios verdes, ahora lucen tomados por la basura, bolsas de chuches descoloridas, los clínex usados, colillas… 

 

 

 

El ascensor que permite acceder a los andenes no funciona. No es novedad. El aparato está averiado cada poco y desde que se estropea hasta que se enteran de que no funciona y lo arreglan pueden pasar semanas. La otra alternativa, el paso subterráneo, resulta totalmente inaccesible y un auténtico mamotreto desde su inauguración, denunciada por los usuarios por la peligrosa inclinación de las escaleras, su irregularidad, falta de adherencia, las goteras que hay dentro… 

 

Un usuario cuenta hoy hasta 14 farolas fundidas, que superan en número a las que alumbran la agonía de la que fue tercera estación de la provincia, detrás de Ponferrada y León en número de viajeros, la únicas, estas dos, que se han librado del cierre. 

 

 

 

“UGT lamenta que los recortes reduzcan la venta de billetes de tren en ventanilla”; “El PP de León pide explicaciones al Gobierno por dejar sin venta directa de billetes las estaciones de Astorga, Sahagún y San Feliz de Torío”; “CGT critica que la decisión tomada por estas empresas públicas se haya dado sin previo aviso y aprovechando la nocturnidad”… Va a dar igual. Esto no es Madrid. Ni Barcelona. Ni Bilbao. Esto es un pueblo de dos mil y poco y las cuentas nunca saldrán mientras dure la niebla.